«Con 48 años quiero estudiar para adaptarme y optar a trabajos mejores»
Aintzane explica que «las condiciones de muchos empleos no responden a las necesidades» de las personas de su edad
Bien abrigada, sin dejar hueco a que el frío entrase en su cuerpo, Aintzane (48 años) ha vuelto estos días a presentarse a primera ... hora en la oficina de Lanbide de Gros en busca de buenas noticias que mejoren su situación laboral. Actualmente se encuentra desempleada, pero no pierde el ánimo por revertir su situación pese a que los datos apuntan a que las personas mayores de 45 años tienen más dificultad de retornar al mundo laboral que aquellas de menor edad. «Por haber, hay trabajo. Pero las condiciones en muchos casos no corresponden a las necesidades que tenemos las personas más adultas. Por eso tengo claro que me tengo que formar, estudiar y optar a nuevos trabajos», apunta.
Aintzane apenas lleva un par de semanas en situación de desempleo. «Siempre he trabajado en la hostelería y a raíz de estar tanto tiempo al otro lado de la barra he acabado con problemas en las muñecas. Mis manos se han ido quedando sin fuerzas. Le comuniqué a mi jefa que necesitaba operarme y, al día siguiente de decírselo, me presentó la carta de despido. Me puso de 'patitas' en la calle después de haber estado trabajando ahí el último año», lamenta. «Ahora mismo estoy cobrando la baja, pero cuando se acabe necesito encontrar un nuevo trabajo».
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Por lo que ha escuchado en sus visitas a Lanbide, el sector de la hostelería es el que más oportunidades ofrece, pero tiene claro que quiere dar un cambio en su vida y alejarse de un mundo que empieza a chocar con sus necesidades. «También he notado dolores en las piernas, en las rodillas y en la espalda. Quiero estudiar, formarme y optar a puestos más elaborados. He estado muchos años dedicándome a la hostelería, pero según vas cumpliendo años es más difícil seguir. Es un trabajo muy duro, exigente. De mucho desgaste».
«Hay trabajo para quien quiera trabajar, pero los sueldos que se ofrecen son muy precarios y así es imposible», señala
En el poco tiempo que lleva en busca de trabajo, apunta a que su edad no ha supuesto ningún impedimento, por el momento. «No me han rechazado por mi edad ni he tenido problemas por ello», aunque sí que reconoce que las exigencias de este grupo generacional chocan con las ofertas que le plantean. «En hostelería te encuentras con jornadas larguísimas y, generalmente, los fines de semana, que es cuando más trabajo hay. Es complicado. Mi madre está enferma y tengo que cuidarla. ¿Cómo haría para conciliar mi trabajo con mi vida privada?». El de Aintzane no es un caso aislado. Muchos amigos de su edad se hallan en una situación similar: «Hay trabajo para quien quiera trabajar, pero los sueldos y las condiciones que se ofrecen son muy precarias y así es imposible».
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