«Buena parte del alza del gas es pura especulación, y eso es intolerable»
La ministra insiste en que los beneficios 'caídos del cielo' no tienen cabida, y pide empatía a las empresas energéticas en medio de la crisis por Rusia
Teresa Ribera (Madrid, 1969), vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, visitó esta semana Irun para poner en valor el ... aumento de la capacidad del gasoducto Euskadour, que conecta la planta de regasificación Bahía Bizkaia Gas con el almacenamiento subterráneo francés de Lussagnet y se erige como un activo «estratégico» y de primer orden en ese desafío de solidaridad con Europa que se le presenta a España en plena 'guerra energética' provocada por unos precios fuera de toda lógica, alentados por la guerra en Ucrania. La ministra, firme defensora de los impuestos extraordinarios a las energéticas ante los llamados 'beneficios caídos del cielo', lanza varios y afilados recados a los pagadores de esos tributos, y desliza algunos de los próximos movimientos en la política de ayudas y contra la inflación del Gobierno. Así, deja entrever que los 20 céntimos como ayuda universal no parece que pueda ser prorrogada en enero, al contrario que otras rebajas fiscales que hoy minoran la factura eléctrica, dice, en un 20%, o la reciente rebaja del IVA del gas.
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–Somos la regasificadora de Europa. ¿Qué papel ha de jugar España en esta crisis energética?
–Tenemos una situación muy peculiar que, por necesidad, nos ha llevado a tener una disparidad de proveedores y a invertir en infraestructuras más que los demás. Eso nos da una fortaleza que no tiene nadie en la UE. Pero también hay un desajuste entre la capacidad construida y la dificultad para que eso sirva a nuestros socios. Europa necesita solidaridad a espuertas. En el gas, las renovables, que nos permitirán exportar electricidad, o en el hidrógeno, España tiene un papel clave. Tenemos una estabilidad que nos permite acelerar la transformación de nuestro sistema energético, incluso en un contexto en el que hay vecinos que en el muy corto plazo van a tener que volver a fórmulas mucho más intensivas en CO2. En el centro y norte de Europa cuando hablan de flexibilidad piensan en sustituir el gas este invierno y el que viene por derivados del petróleo. Ese no es nuestro caso, de ninguna manera. Al contrario, nos ha de servir de catalizador del cambio. Esta semana hemos visto a la Comisión Europea confirmar que uno de cada cinco proyectos de hidrógeno con cargo a presupuesto IPCEI, que son 5.200 millones, están en España. Uno, de Petronor. Hay una apuesta enorme por las renovables, la flexibilidad, el almacenamiento y la inteligencia en gestión de redes.
–¿Pero el hidrógeno no es una tecnología aún en pañales?
–No es una solución para hoy, pero con estos precios del gas empieza a ser interesante producirlo. Es un debate que a lo mejor no hubiera llegado hasta dentro de unos años. La tecnología del hidrógeno es algo que conocen bien en el sector químico y en la refinería, pero no se había testado ni aprovechado bien su potencial. Por eso nosotros apostamos por la producción y el consumo, y por los bienes de equipo industrial para ese proceso. Nos interesa centrarnos en ese desarrollo industrial. Y el País Vasco tiene un papel muy importante que jugar. También las pymes, que se verán arrastradas por los grandes.
–Se ha reconocido usted «frustrada» ante una factura eléctrica que «no refleja» las medidas de ahorro del Gobierno. ¿Contempla obligar a detallarlo?
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–Las asociaciones de consumidores están molestas por la manera en la que las comercializadoras están mostrando las facturas. Queremos mejorarlas. El sector ha querido trasladar que a usted le cuesta más por las medidas del Gobierno, sin detallar que usted se ahorra todo esto en impuestos y costes fijos y esto otro por el mecanismo ibérico. Sin nuestras medidas, el precio hubiera sido un 20% más caro. Es normal que la gente se lleve un disgusto al recibir facturas más caras, pero el gas se ha multiplicado por diez y nuestra factura ha crecido, pero no por diez. Ni mucho menos. Con respecto a futuro, nos estamos centrando en consumidores vulnerables y familias en las que el coste de la energía pesa mucho sobre sus ingresos.
–¿Veremos medidas nuevas?
–Estamos viendo el modo de ampliar la base de personas que pueden beneficarse de reducciones y del bono social y, en su caso, un incremento de la cobertura del mismo. El Plan de Recuperación dedica una cantidad enorme de recursos a rehabilitación, eficiencia, bombas de calor y frío, comunidades energéticas... La palanca más rápida y eficiente es usar bien esos fondos. Es muy importante encontrar fórmulas más simplificadas. Tras el éxito del Kit Digital para los pequeños comercios a lo mejor tenemos que hacer un digital de eficiencia verde; poder facilitar directamente desde el Estado, a través del ICO y la banca de segundo piso y de servicios asociados, que quien quiera se pueda apuntar e ir con su cheque y cobrar directamente. Eliminar al máximo el papel de las administraciones.
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–Varias industrias electrointensivas vascas han comenzado a parar. ¿A qué nos enfrentamos?
–Estamos ultimando nuestro Plan de Contingencia teniendo muy presente el impacto en las familias y al tejido productivo. A mi no me interesa pagar a la industria para que pare, sino que funcione. Puedo requerir una flexibilidad, por eso hemos aprobado un mecanismo nuevo que busca una respuesta rápida. Dime si estás dispuesto a parar no mucho, de quince minutos a tres horas. Yo te pago por esto. Ante los pìcos me permite que todo el mundo siga funcionando y reducir la entrada de la electricidad más cara en el sistema. Vamos a ver si funciona. Y también trabajamos con los electrointensivos la firma de contratos bilaterales a largo plazo con garantía del Estado. Estos PPA eran muy pocos y eso es peligroso.
–¿Liberar el efecto del gas en el precio de la electricidad en Europa es una quimera?
–Bueno, nos ha costado un año que se lo planteen. Desde junio de 2021 veníamos diciendo que si teníamos un problema con el precio del gas era una absurdez política consentir que eso nos contaminara el precio de la electricidad. Un año ha tardado Europa en reaccionar. Ahora se abre un interesante debate de fondo.
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Las frases
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Amenaza «Va a ser un invierno muy complicado en los países más expuestos a Rusia. Y nosotros no somos inmunes»
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Empresas «No se pide a las energéticas que no tengan beneficios, sino que no tengan tantísimos como de repente les pueden llegar»
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Prórroga de las medidas «En los 20 céntimos por litro habría que pensar más en los profesionales o en aquellos que viven en zonas más aisladas»
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Mercado «En la anterior crisis descubrimos la poca transparencia del sistema financiero; hoy vemos algo parecido en la energía»
–El presidente francés afirma que se acabó «la era de la abundancia» y usted, que vienen «tiempos complicados»...
–Va a ser un otoño-invierno muy complicado en los países más expuestos a Rusia. Por eso es importante activar todas las medidas de solidaridad. Nosotros, por bien que estemos, no somos inmunes. Que a Finlandia o Alemania les vaya mal nos termina afectando. No hay fantasmas ni cosas raras. Aquí no hay un problema de racionamiento ni de cortes. No nos interesa un invierno frío, claro, pero... Es un problema de precio, serio y que afecta a las familias y las empresas. Hay que entender de qué hablamos y no ser frívolos. El objetivo es que la afección sea lo más limitada y equitativa posible. Sin medidas de los Gobiernos hay quien sale ganando de forma extraordinaria y quien sale perdiendo de igual manera.
–Por eso los impuestos extraordinarios a energéticas y banca...
–Cuando hablamos de introducir cordones sanitarios entre el precio de la electricidad y el del gas, aunque sea a costa de reducir de forma importante los beneficios extraordinarios que hubieran tenido las eléctricas que no usan gas, hablamos de mitigar esa diferencia entre grandes beneficiarios y grandes pagadores. No se puede mirar a otro lado.
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–¿Hablamos de dos impuestos, con lo que habrá que negociarlos con Euskadi cumpliendo con el Concierto o de prestaciones públicas no tributarias, que evitarían esa concertación?
–En nuestra propuesta no aparece calificado como un impuesto, como tampoco en la contribución solidaria que hace la Comisión Europea. Es un debate en el que es importante que el liderazgo lo lleven los responsables de las Haciendas.
Inversiones
–Hemos sabido que Repsol/Petronor podría estar replanteándose inversiones como consecuencia del impuesto. ¿No nos pegaremos un tiro en un pie?
–Hay un dicho que dice que el negocio más rentable del mundo es una petrolera, y el segundo más rentable, una petrolera mal gestionada. La responsabilidad del sector no está en frenar su propio interés, que es posicionarse para seguir siendo rentable en el medio plazo. No puede ser el chuleta de clase que no entiende cuál es la situación de sus clientes, sus vecinos y del espacio en donde ubica su actividad y saca sus rendimientos. Hay un debate abierto para mejorar técnicamente pero debería haber poca duda sobre la oportunidad de repartir costes. El sector de la energía es cada vez más financiarizado y sus inversores y accionistas esperan unos rendimientos que... Hay que poner pie en pared y entender de qué hablamos. Lo que es responsable es facilitar la transformación de la empresa, y con carácter general Repsol lo entiende. Las petroleras han comprendido que su vocación es ser energéticas y evolucionar, por eso han apostado por el hidrógeno y otras cosas. No se pide que no tengan beneficios. Una compañía sin beneficios no podría funcionar. Se pide que no te ngan tantísimos como de repente de modo inesperado parece que pueden llegar a tener. Se les pide que sean empáticos con la población.
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–¿Se prorrogarán los 20 céntimos o la rebaja del IVA del gas más allá del 31 de diciembre?
–El compromiso es mantener donde más se necesite. Las medidas fiscales en la factura eléctrica o del gas es más que probable que las tengamos que prorrogar. Pero todo a su debido tiempo. Estamos muy contentos con los descuentos en el transporte público y los abonos. En el apoyo a los carburantes habría que pensar en los profesionales o en quienes viven en zonas aisladas.
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–¿Entonces, los 20 céntimos universales sí desaparecerán?
–Tenemos que aprender a focalizar en los más necesitados. Hicimos lo que era más viable para cubrir al conjunto de la sociedad. En aquel momento, cualquier filtrado lo hubiera complicado mucho. No hubiéramos llegado a tiempo.
–¿Hay quien se esté 'forrando' con esta crisis?
–Cunde la sensación de que el precio del gas está muy por encima del coste de producción real. Ahora bien, si esa diferencia se la llevan los productores o los intermediarios es algo por aclarar. Igual que en la anterior crisis descubrimos la poca transparencia que había en el conjunto del sistema financiero, ahora descubrimos algo parecido en la energía. Hay muy poca transparencia. No sabemos el precio de venta en origen, el margen del intermediario y el precio final. Europa tiene una cuota importante del mercado de GNL y puede ejercer de una forma más inteligente su capacidad de compra. Somos partidarios de mandar mensajes al mercado sobre el precio al que estamos dispuestos a comprar. Piense que las grandes plazas de intermediarios, en Países Bajos, Nueva York, Londres, son financieros. No es el productor de gas.
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–¿Pura especulación?
–Todo apunta a que parte importante del incremento del precio es puro beneficio financiero. Pura especulación frente a una demanda por parte de países angustiados y con capacidad de compra. Eso es intolerable. Hay que evitar que ocurra.
«Putin es un sátrapa que demuestra una crueldad infinita»
Teresa Ribera carga sin ambages contra Vladímir Putin, solo horas después de que el líder ruso haya ordenado la movilización de sus reservistas. «Es de una crueldad infinita, primero con Ucrania y ahora con su propio pueblo. El problema adicional es que está demostrando ser imprevisible y no atender a ningún criterio racional, siendo muy cruel», señala. «Incluso con amenazas veladas del uso de la energía nuclear... No hay que arredrarse. La comunidad internacional ha de permanecer unida. Los rusos aspiran a vivir tranquilos y no con un sátrapa que les lleve al cementerio», dice.
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