Alessandro Curioni, vicepresidente de IBM Research en Europa y África y director de los laboratorios de Zúrich, durante su intervención. IBM

El superordenador cuántico de IBM coge ritmo y ya funciona al 25% de su capacidad

DV visita el cuartel general científico de la compañía en Europa, enclavado en Zúrich, donde se subraya el papel estratégico del polo de San Sebastián

Mikel Calvo

Zúrich

Lunes, 8 de diciembre 2025, 23:59

En los laboratorios de IBM Research de Zúrich, enclavados en las nevadas colinas que dominan el lago de la capital económica de Suiza, la computación ... cuántica no se presenta como una promesa distante, sino como una tecnología que empieza a mostrar resultados tangibles. Esta pasada semana, el gigante azul abrió su cuartel general de ciencia en Europa -cuna de varios premios Nobel- a un grupo de medios europeos, entre ellos DV, para enseñar sin artificios en qué punto real está la carrera cuántica que lideran IBM, Google y Microsoft. Prototipos, ingeniería, simulaciones y datos sobre la mesa para explicar una transición clave: la entrada en la llamada fase útil. Y en esa fotografía continental, Euskadi ocupó un lugar visible. El IBM Quantum System Two de Donostia, operativo desde el 14 de octubre, funciona ya al 25% de su capacidad, un ritmo inusualmente alto para una máquina recién desplegada.

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El encargado de definir ese nuevo terreno fue Alessandro Curioni, vicepresidente de IBM Research en Europa y África y director de los laboratorios de Zúrich. Su mensaje, lejos del futurismo, fue quirúrgico: «Estamos entrando en la fase útil de la computación cuántica». Una expresión que, en boca de uno de los principales arquitectos de la hoja de ruta cuántica de la tecnológica estadounidense, tiene un peso especial. Esa «fase útil» significa que los procesadores cuánticos actuales ya permiten ejecutar cálculos que la computación clásica no puede abordar con la misma eficiencia, especialmente en tres frentes -simulación de materiales, optimización compleja y dinámica de fluidos- donde la cotizada neoyorquina asegura haber validado resultados imposibles de replicar con arquitecturas tradicionales.

Curioni ilustró esa frontera con un dato contundente: hoy, un procesador cuántico, como el de San Sebastián, puede realizar unas 5.000 operaciones antes de que el ruido arruine el cálculo; en 2029, con el procesador tolerante a fallos que el gigante azul bautiza como Starling -todos sus procesadores tienen nombres de aves; en este caso, se refiere al estornino-, esa cifra debería ascender a 100 millones de operaciones. Un salto que, según el directivo, marcará «el primer momento plenamente industrial de la cuántica». Cabe añadir que el sistema vasco es actualizable, lo que significa que el supercomputador de Ibaeta está abierto a mejoras en el futuro, la primera prevista para 2027.

El ejemplo estrella

Una de las aplicaciones que Curioni destacó como «ejemplo estrella porque todo el mundo lo entiende» fue la fluidodinámica, es decir, cómo se comporta el aire cuando rodea un coche de carreras o el fuselaje de un avión. Hoy, simular ese comportamiento exige meses de cálculo y el uso masivo de supercomputadores, y en algunas cuestiones es sencillamente imposible, porque hay que recrear millones de pequeñas turbulencias y microcorrientes que cambian a cada instante. La promesa de la cuántica -siempre combinada con IA y GPU, insistió- es acortar drásticamente esos tiempos, permitiendo probar miles de configuraciones aerodinámicas casi en paralelo. «El objetivo no es sustituir a la clásica, sino ampliarla. Es como añadir una dimensión que no existía, y realizar un proceso que antes requería 30 minutos, en 10 segundos», resumió.

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Si Curioni puso la teoría encima de la mesa, Philip Intallura -responsable global de cuántica en HSBC- llevó la conversación al terreno de los datos reales. Explicó cómo el banco británico ha logrado mejorar un 34% la precisión de modelos financieros al mapear parte de sus datos de producción a un estado cuántico antes de aplicarlos a algoritmos de 'machine learning'. Lejos de la imagen abstracta de la cuántica, Intallura describió algo mucho más cotidiano: operaciones de compraventa de bonos cuyo precio final es imposible de anticipar con exactitud mediante métodos clásicos.

En medio de las intervenciones europeas, la voz vasca llegó de la mano de Adolfo Morais, viceconsejero de Ciencia e Innovación, que detalló la foto más completa hasta la fecha del ecosistema cuántico vasco. Recordó que Euskadi es el segundo territorio del mundo, junto a Kobe (Japón), fuera de Estados Unidos, en disponer de un IBM Quantum System Two, y que no ha llegado de vacío. En dos años, dijo, se ha preparado una comunidad con más de 250 usuarios activos, 300 estudiantes formados, 200 profesionales de la industria, varias universidades volcadas en programas cuánticos y una red de centros tecnológicos que ya están planteando casos de uso. «No consideramos a IBM un proveedor: trabajamos en investigación conjunta con varios de sus laboratorios», subrayó.

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«Contruimos un ecosistema previo»

Uno de los mensajes más llamativos que dejó Adolfo Morais en Zúrich fue que el avance vasco en computación cuántica no empieza el 14 de octubre, día en que arrancó el IBM Quantum System Two de Donostia. Empieza mucho antes. Durante dos años, Euskadi se dedicó a construir un ecosistema capaz de utilizar la máquina desde el minuto uno: acceso adelantado a los sistemas de IBM, experimentación remota, pruebas de estrés -en mayo de 2025 se demostró que el ecosistema vasco podía utilizar hasta la mitad de la capacidad del ordenador sin cuellos de botella- e identificación de empresas, centros tecnológicos y universidades con potencial real para trabajar en cuántica.

Adolfo Morais, viceconsejero de Ciencia e Innovación, durante el evento de IBM en Zúrich. IBM

Ese trabajo previo explica que, apenas un mes después de su puesta en marcha en Ibaeta, el System Two vasco funcione ya al 25% de su capacidad, un nivel inusual en despliegues tan recientes. La comunidad supera los 250 usuarios activos, con más de 300 estudiantes formados, 200 profesionales de industria y alrededor de 150 investigadores y doctorandos capacitados. Las cuatro universidades vascas ofrecen ya programas cuánticos, un porcentaje de población formativa «extraordinariamente alto para un territorio del tamaño de Euskadi», subrayó Morais.

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El viceconsejero enfatizó además un aspecto que no suele aparecer en los discursos públicos: la alianza con IBM Research es profunda, científica y bidireccional. «No consideramos a IBM un proveedor», insistió. «Estamos haciendo investigación conjunta con distintos laboratorios del mundo, co-desarrollando métodos, herramientas y casos de uso». Este matiz -añadió- marca la diferencia, porque sitúa a Euskadi en la cadena global de investigación cuántica, «no solo como consumidor de tecnología, sino como cocreador».

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