Statkraft promete «socializar» su energía eólica para disipar las dudas de los vecinos de Azpeitia
PROYECTO DE PIASPE ·
La firma noruega explica su proyecto de parque eólico en una asamblea tensa con algunos gritos de varios opositores dirigidos a directivos y a la alcaldesa de EH BilduLa firma noruega explica su proyecto de parque eólico en una asamblea tensa con algunos gritos de varios opositores dirigidos a los directivos y a ... la alcaldesa de EH Bildu imanol lizasoainazpeitia. La «socialización» de la energía eólica de «kilómetro cero» que genere el futuro parque eólico de Piaspe es el nexo de unión con los vecinos de Azpeitia que planteó este martes la noruega Statkraft para disipar las dudas ante su proyecto en la comarca del valle del Urola. Así lo expusieron los dos responsables de la empresa pública nórdica en una inédita asamblea vecinal abierta de casi tres horas que vivió momentos de tensión, con gritos e interrupciones de un grupo de opositores que se manifestó antes del acto. Statkraft insistió en que tanto los ciudadanos azpeitiarras como la industria local pueden beneficiarse de unos precios eléctricos competitivos a través de la energía que produzcan los molinos de viento.
El irundarra Jon Zayas, director de proyectos de la empresa noruega y que intervino en euskera, en un claro guiño de la multinacional, explicó, ante un abarrotado antiguo cine Soreasu, que Statkraft baraja varias opciones: desde un cable que conecte físicamente, por ejemplo con las fábricas de Fagor en Debagoiena, a contratos de suministro a precios bajos. En cuanto a los ciudadanos, les ofrecerán constituir cooperativas energéticas «cuyo modelo estamos definiendo» y siempre «acordando los proyectos».
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Disparidad de opiniones entre los vecinos
El antiguo cine de Soreasu fue el espacio escogido por el ayuntamiento azpeitiarra y Statkraft para exponer los beneficios del parque eólico de Piaspe. Cerca de 500 vecinos no quisieron perderse una asamblea vecinal en la que, por momentos, también se interrumpió a la alcaldesa, Nagore Alkorta, que intervino junto al teniente de alcalde, Josu Labaka, ambos de EH Bildu. Los dos se mostraron posibilistas con el proyecto y consideraron que puede ser «una oportunidad», aunque comprometiéndose a ser vigilantes.
24.300 hogares
Zayas y Luis Miguel Álvarez, director de desarrollo de la firma noruega, expusieron que la futura central de Piaspe contaría con 33 megavatios de potencia y una inversión estimada de 32 millones de euros. Pretende alcanzar una producción anual de 84,7 gigavatios/hora (Azpeitia tiene un consumo eléctrico al año de 110 GWh), lo que bastaría para proveer de electricidad a 24.300 hogares, convirtiéndose en el más importante de Gipuzkoa. Statkraft propone menos molinos pero más potentes y altos, de hasta 205 metros. Se instalarían tres aerogeneradores en Azpeitia, dos entre Errezil y Zestoa (localidad esta última también en manos de EH Bildu y que celebrará otra asamblea en próximas semanas), uno en Eskoriatza y siete en Aramaio (estos dos últimos pueblos pertenecientes al segundo parque que proyecta la pública noruega, el de Itsaraz).
Los dos futuros parques surtirían de energía a alrededor de 68.000 hogares guipuzcoanos. Statkraft prevé invertir 90 millones en la construcción de estas dos redes de molinos de viento, que deberían funcionar en 2027. Statkraft explicó que avanza en «fórmulas de participación social» como son las comunidades energéticas locales, para que perciban un beneficio económico directo y se abrió a la colaboración con empresas e instituciones locales, como el propio Gobierno Vasco, interesado en colaborar e, incluso, invertir en la iniciativa.
Tras la exposición por parte del ayuntamiento de Azpeitia y Statkraft, llegó el turno de ruegos y preguntas de los vecinos de la localidad, que plantearon cuestiones como la «vida útil que tienen estos aerogeneradores y qué impacto tienen esos molinos en la flora y fauna de la zona», «cuál sería la siguiente fase del proyecto», o «qué ocurre con los molinos tras su vida útil y cómo se reciclan».A la conclusión, Zayas se mostró satisfecho con el resultado y consideró que la reunión «ha ido bien». Recalcó que estamos «en una fase incipiente» y reconoció que en el turno de preguntas «ha habido de todo. Personas que tenían claro el no, pero también mucha curiosidad, y hemos tratado de responder a todo el mundo lo mejor posible».
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