«Los recintos pequeños podemos buscar nuevas oportunidades»

-El suyo es uno de los sectores más afectados por el Covid...

-Desde que llegó el estado de alarma, hemos tenido que cancelar siete ferias y unos treinta y cuatro eventos. Algunas cosas las hemos podido plantear en otoño, si hay suerte, que tampoco lo tengo del todo claro. En cualquier caso, creo que vamos a perder unos 150 eventos este año, muchos de ellos pequeñitos, pero...

-¿Eso es mucho respecto a un año normal?

-Bueno, yo parto de una premisa, y es que en septiembre, más bien octubre, podamos trabajar bien. Eso sí, nos llevaremos por delante, entre el 30% y el 40% de lo habitual. Espero que a partir de ese momento estemos trabajando ya a tope. Espero...

-¿Tienen algo ya cerrado?

-Sí. Bioterra, el Congreso de Cambio Climático, Ficoauto y algunas reservas de galas, presentaciones y ceremonias. Todo está en el aire, pues no sé lo que terminará celebrándose. Pero sí tenemos cosas.

-¿Y la plantilla?

-El 85% de la plantilla está en ERTE de fuerza mayor. Estamos con lo mínimo.

-¿Y la cuenta de resultados?

-Lo que prevemos es una caída de ingresos del 35% y terminar, con suerte, con pocos números rojos. No lo sé… No creo que este año lleguemos a tener superávit.

-¿Le consuela la ampliación hasta el 30 de junio de los ERTE?

-Sí. Somos uno de los sectores que más tarde vamos a trabajar con normalidad. Por eso necesitamos que se prolongue todo lo posible.

-Cómo está viviéndolo el sector en Europa?

-Aquí tenemos a la Asociación de Ferias Española (AFE), que coordina nuestras demandas y nos orienta. Hay todavía muchas incógnitas. Pero no es solo aquí. En Europa está pasando lo mismo. La Unión de Ferias Internacionales (UFI) está en las mismas. Cada Gobierno está intentando adivinar cuál es el camino sector a sector, y éste es el más complejo de todos. Esta semana, el Gobierno federal alemán ha dicho que se empezará a hablar de ferias en agosto. Y Francia ni pone fechas. Nos dedicamos a juntar personas en un lugar, y eso va en contra del distanciamiento social. Y como nadie sabe cuándo acabará esto, solo hay incertidumbre.

-En el momento en que todo regrese, ¿prevé mucha competencia por parte de Francia o, incluso, de otros palacios de congresos de Euskadi?

-No. Hay bastante 'fair play'. Y con Francia no hemos colisionado nunca. Lo que sí creo es que los recintos pequeños tenemos más capacidad de ratonear y buscar oportunidades que los grandes, que necesitan grandes volúmenes de visitantes.

-¿Aún en esta tesitura, surgen nuevas oportunidades?

-Pues sí. Siempre hay oportunidades. Vamos a poder utilizar Ficoba para una OPE, en la que es obligatorio guardar una distancia entre personas. Este tipo de eventos puede suponer una oportunidad. Vamos a trabajar para que Ficoba sea el recinto de reuniones extensivas del territorio, con lo que si antes se hacía una reunión para cincuenta personas en una sala pequeña, ahora se pueda hacer en nuestros pabellones cómodamente.

-¿El auge del teletrabajo es un hándicap para ustedes?

Creo que poco a poco se instalará la normalidad. Hemos visto estos meses un 'boom' de las reuniones telemáticas, pero lo que nos ofrecen estas tecnologías es bastante limitado. y las reuniones son cansinas. Eso nos da baza para seguir montando cosas. Esto va a pasar y volveremos a la situación anterior.

-Pero todo habrá cambiado, ¿no?

-Lo que prevemos es que caerán los desplazamientos internacionales. Eso supondrá también una oportunidad para las ferias regionales. Hemos visto tensiones de las cadenas de suministro, que en algunos sectores importantes ha sido dramático, con lo que supongo que las Administraciones intentarán hacer algo. Y nosotros podemos ser una herramienta para esas pymes en Euskadi o España que necesitan plantearse algo en este sentido. Tenemos que buscar cualquier oportunidad. Soy bastante optimista con el futuro de Ficoba a medio plazo. Nos queda partido por jugar.

-¿Para cuándo la normalidad?

-Yo espero que en 2021 estemos ya a tope, dentro de esa nueva normalidad, que requerirá mucha más seguridad. Vamos a implantar sensorización de temperatura de los visitantes, reforzaremos la limpieza, la asistencia sanitaria 'in situ', haremos las ferias más extensivas, con menos expositores y más espacio… El distanciamiento va a costar pero nos tendremos que acostumbrar. Hay soluciones de inteligencia artificial que también vamos a utilizar para analizar los flujos y evitar aglomeraciones.

-Creo que Ficoba va a jugar un papel importante en el arranque de la Vuelta a España, que sale este año de Irun…

-Sí, será en octubre, y ha resultado algo muy importante para Irun y esperanzador para nosotros. Ficoba les da mucho juego, pues les permite contar con un espacio para su set de prensa, la recepción de corredores, el almacén logístico, el parking... No tenemos detalles, pero, en función de lo que se permita hacer esas fechas, creo que quieren que el fin de semana anterior haya bastante actividad en torno a la Vuelta. Y también estaremos ahí.

-Qué tipo de ayudas pueden ofrecerles las administraciones?

-El sector ha enviado una carta al Ministerio de Industria en la que ponemos en valor nuestra actividad y, sobre todo, la de todas esas empresas que trabajan a nuestro alrededor, desde hoteles a montadores de stands pasando por organizadores de eventos o agencias de azafatas. Es mucha gente, que hoy no tienen actividad, y creemos que merecen cariño por la Administración.

-Cómo ha vivido usted el confinamiento?

-Pues el 3 de febrero me operaron el tobillo y hasta hace quince días he estado de baja. Una baja en la que he permenecido conectado. Y menos mal, que si no te mueres de aburrimiento. Así que he tenido un confinamiento largo.