Primero de Mayo, una fecha viva entre los jóvenes
Las nuevas generaciones también ven una oportunidad en el Primero de Mayo para reivindicar mejoras y derechos laborales o reclamar una adecuación entre empleos y estudios
Sábado, 1 de mayo 2021, 07:40
Son jóvenes muy formados que están a punto de acabar sus estudios, están ya insertados en el mercado laboral o en una especie de limbo, ... como son los predoctorados. Hugo, Nora y Endika aportan su visión sobre el Primero de Mayo bien desde el punto de vista personal o como miembros de colectivos representativos como son el Consejo de Estudiantes de la UPV y el Colectivo Predoctoral, con una problemática específica pero que es un reflejo de «la precariedad del mercado laboral y en concreto del ámbito de la investigación».
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Una precariedad en la que también ponen el foco los sindicatos vascos con motivo de esta jornada reivindicativa, en la que las centrales han querido recuperar la calle tras las movilizaciones virtuales del año pasado para recordar a los gobiernos que no caben más recortes. Las marchas han quedado condicionadas por las limitaciones de movilidad impuestas por la Ertzaintza, apoyadas desde el Gobierno Vasco, recurridas sin éxito por los sindicatos, por lo que la asistencia a las manifestaciones se tendrá que limitar a los vecinos de cada localidad en la que están convocadas. Los sindicatos defendían que la libertad de movimiento para asistir a un acto de este tipo entraba en las actividades permitidas por el decreto del lehendakari.
Pero más allá de esta cuestión, que determinará que las manifestaciones sean menos masivas y guardando todas las medidas de seguridad, los sindicatos centran sus reivindicaciones de este Primero de Mayo en la necesidad de articular un cambio.
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Un cambio que debe venir, según reivindican, de la derogación de la reforma laboral, también de la de pensiones, y en el caso de las centrales nacionalistas, incluso de una fiscal. Por su parte, CC OO y UGT, inciden en que 'Ahora toca cumplir, langile Klaseari zor diogu'.
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Endika Alabort | Colectivo Predoctoral de la UPV
«Hace falta movilizarse para lograr mejorar las condiciones laborales»
Endika Alabort señala que pertenece a un colectivo muy heterogéneo, el predoctoral de la UPV, que es reflejo de la propia sociedad. Y como parte de ese colectivo indica que el Primero de Mayo tiene una vigencia absoluta, porque «permite tomar más conciencia de que hace falta movilizarse para lograr mejoras laborales».
Una conciencia, según este investigador de la UPV, que parte de lo colectivo, no solo desde la realidad laboral o la experiencia de cada uno. «El Primero de Mayo es un punto de referencia. Es una fecha que nos permite juntarnos con nuestros compañeros pero también con otros colectivos y poder luchar todos juntos».
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Y no lo dice como algo teórico o por quedar bien, ya que la experiencia del colectivo de predoctorados de la UPV lo avala. «Cuando en la universidad han estado de huelga los trabajadores de limpieza hemos salido a apoyarles, ya que están en la misma situación de precariedad que vivimos nosotros. Y también lo hicimos en la huelga convocada la semana pasada en todo el sector público vasco, porque no dejamos de ser trabajadores de este ámbito».
Este 1 de mayo tampoco será diferente y «cada uno saldremos con los sindicatos en los que nos veamos mejor reflejados. Es la fiesta del trabajador y todo el mundo tiene su lugar», insiste.
El colectivo de predoctorados de la UPV está compuesto por más de 200 personas y señala que su situación es un reflejo de la realidad que atraviesa la investigación en Euskadi y en el conjunto del Estado. Una situación que se resume en una palabra, remarca, «precariedad». Recuerda que muchos se han tenido que ir a otros países de Europa que ofrecen mejores condiciones laborales y económicas. «Aquí no se le da la importancia que debería».
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Endika espera que no haya otra ola de recortes tras esta crisis tal y como sucedió en la anterior. «Esperemos que se haya aprendido de aquello, porque todavía no nos hemos recuperado de los recorte de entonces y supondría la puntilla definitiva».
Reivindica que la investigación no deja de ser un trabajo como otro cualquiera y que tiene que tener el mismo reconocimiento, aunque cree que la tendencia va seguir siendo la misma. Incide en que se requiere un cambio estructural para que las instituciones valoren la importancia que tiene la investigación para la sociedad, como se ha demostrado ahora con el Covid.
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La situación que vive el colectivo de predoctorados es un reflejo de ello. Endika tiene un contrato de cuatro años para poder investigar y desarrollar la tesis doctoral, como muchos de sus compañeros. Pero el cierre de los laboratorios durante unos meses del año pasado por el Covid supuso un freno a sus investigaciones y aunque el Gobierno central aprobó una prórroga de tres meses, indica que «hay que pedirlo de forma individualizada y no está nada claro cómo se va a hacer». La investigación de estos doctorandos las financia el Ministerio de Economía y en caso de que no haya respuesta o sea negativa explica que podría cubrirlo la UPV. «Si no, nos quedamos en paro».
Pero no es el único problema al que se enfrenta este colectivo. Explica que en 2019 se aprobó el Estatuto de Investigación Predoctoral, que conlleva mejoras salariales, pero que la UPV se resiste a reconocerlo a aquellos que llevan desde antes de esa fecha. Y apunta que a ello se añade que la institución no reconoce a todo el colectivo como trabajadores, sino como estudiantes. «La investigación de la UPV necesita el trabajo de los predoctorales, somos trabajadores a todos los efectos», insiste.
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«Tenemos contratos laborales y desarrollamos un trabajo. De hecho cotizamos y tenemos derecho al desempleo. Por lo tanto, queremos que se nos considere trabajadores como cualquier otro colectivo de la UPV y que se nos incluya en el convenio colectivo de la universidad, lo que permitiría mejorar el salario que fija el Estatuto del Personal Investigador Predoctoral, que es un suelo».
Hugo Jacob | Consejo de Estudiantes de la UPV
«Es frustrante que el mercado laboral no reconozca tu máster»
A Hugo Jacob le quedan dos meses para graduarse en Psicología en la facultad de la UPV en Donostia. Se podría decir que está a las puertas del mercado laboral, pero al igual que otros muchos jóvenes en su situación lo ven todavía «un tanto lejano, porque la mayoría de las veces te ves obligado a realizar un máster, porque con el grado no es suficiente, cuando no es obligatorio», incide.
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Eso no significa que no tengan experiencia laboral, ya que muchos de esos jóvenes también tienen que compatibilizar los estudios con trabajos «que ni se relacionan con lo que estás estudiando». Es su caso. «He trabajado en un restaurante mexicano de comida rápida». Admite que no es exclusivo de esta generación, «porque mi madre también trabajó en una gasolinera mientras estudiaba».
Pero a Hugo le preocupa sobre todo que una vez acabada toda esa fase de formación -algunos con hasta dos másteres y casi dos años de experiencia práctica- no puedan encontrar un trabajo en su campo «y tengan que trabajar por ejemplo como monitores de tiempo libre».
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Con esta perspectiva, apunta que «todas las reivindicaciones acaban en lo mismo: necesitamos ciertos cambios en el mundo laboral. Hay que actualizarlo porque habrá otros empleos. Los de nuestros padres prácticamente ya no existen y ahora hay otras carreras que hace diez años tampoco existían».
Para estos estudiantes, el 1 de Mayo dice que les pilla «un poco lejos porque todavía nos queda el máster, las prácticas... para poder entrar en el mercado laboral. El problema que veo es que el mundo laboral ha cambiado por completo y nuestras profesiones también, pero la visión que predomina sigue siendo anterior. Es decir, ese cambio laboral no va acompañado de medidas que lo actualicen».
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Y pone un ejemplo, que es lo que les pasa a algunos estudiantes. «Realizan másteres que luego no les sirven. No les habilitan porque el mercado no te lo reconoce. Casi va más por delante el mundo académico que el mercado laboral, lo que es muy frustrante».
En este contexto hablar de emancipación se convierte prácticamente «en una quimera». «En estos momentos lo más parecido a la emancipación es poder estudiar un máster fuera de casa y tener trabajos temporales para poder costeartelo».
Nora Armendia | Empleada de Irizar E-mobility
«Es un día para reconocer y reivindicar los derechos de los trabajadores»
Nora Armendia está insertada ya en el mercado laboral. Esta ingeniera industrial de Elgoibar trabaja desde noviembre de 2019 en Irizar E-Mobility, en Aduna. Su juventud, 25 años, no le impide tener una visión positiva y esperanzadora del Primero de Mayo. «Es un día para reconocer y reivindicar los derechos de los trabajadores».
Unos derechos laborales que, a su entender, pasan por varios aspectos que considera fundamentales. Uno de ellos, dice, es la conciliación, pero tanto para quienes tienen hijos menores o dependientes como para las personas jóvenes, «porque los jóvenes también tenemos familia y queremos conciliar», subraya.
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El segundo aspecto son las condiciones salariales y la equiparación retributiva entre hombres y mujeres. «Se está luchando mucho en este aspecto, pero todavía no se ha llegado».
Para Nora, otro punto importante es el reconocimiento profesional, «ya que no está tan valorado como debería estarlo. En general cuesta reconocer el buen trabajo de la gente. Es más fácil que te digan lo negativo que lo positivo».
Finalmente, echa de menos que haya más dinamismo en las empresas. «Faltan nuevos retos. Hay puestos de trabajo que son muy aburridos y sería bueno que se fomentara la participación de los trabajadores en los nuevos proyectos o en otras decisiones que se toman en las compañías. Si cuentan contigo te sientes más valorado y motivado».
En definitiva, Nora Armendia destaca que el Primero de Mayo tiene que ser un día para «reivindicar que se tienen que mantener ciertas condiciones en los puestos de trabajo, lo mismo que ocurre en la calle y en general en la sociedad».
Dice que a título personal no se puede quejar porque tras finalizar la carrera en Tecnun y realizar un máster de I+D Industrial, Irizar E-Mobility le ha dado la oportunidad de integrarse en un proyecto innovador.
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Con todo, cree que ahora, con la crisis provocada por el Covid, el empleo se ha visto muy afectado, lo que tiene un «impacto directo en el futuro de la juventud. Los que van a salir ahora de la Universidad lo tienen muy complicado», reflexiona.
Esto hace, en su opinión, que la formación tenga todavía más importancia. «Una crisis nunca es una situación fácil y venimos de otra de la que todavía no nos hemos recuperado. Todo esto afecta más a la juventud porque no se crea tanto empleo, se tira de lo que hay y es más difícil contratar».
Para esta elgoibartarra hay otro reto importante, como es el de la retención del talento joven. «Si no se mima a toda esta generación, busca oportunidades fuera, que es lo que ocurrió en la anterior crisis, y luego es más difícil repatriarlo».
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