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Un plan de viabilidad con quitas del 40% a los proveedores no fabriles

Sin solidez financiera aparente, el programa incluye 1,2 millones en indemnizaciones laborales y otro más para trasladar la maquinaria de Garagartza

J. D. A.

SAN SEBASTIÁN.

Domingo, 24 de septiembre 2017, 08:47

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El informe pericial elaborado para justificar los despidos del ERE en Edesa Industrial incluye un apartado (el octavo) en el que se analiza el llamado plan de viabilidad manejado por CNA. El estudio no es profundo, pues tampoco lo es -aparentemente- el programa de futuro planteado por la catalana, pero sí arroja suficiente luz para entrever la idea que la firma barcelonesa maneja para Arrasate, sus trabajadores y su industria. Donde se mantienen las sombras es en el aspecto financiero, pues el perito resalta que «el plan no contempla las medidas exactas que se pretenden llevar a cabo para reestablecer la situación de la sociedad, las cuales entendemos que pasarían por capitalizar la deuda del Grupo CNA que, a su vez, dependerá de la negociación con la banca y con posibles nuevos inversores».

El Plan, dice el experto, busca «continuar la actividad en Euskadi», pero del detalle del texto se concluye que solo se mantendrían Basauri (termos) -con una producción creciente- y Eskoriatza para las ollas (también en perspectiva decreciente) y que cesarían lavado y placas, dejando los hornos y los calentadores en una ubicación nueva, tras un traslado que costaría (así está presupuestado) un millón de euros.

Lo que sí es seguro es que Garagartza cesaría su actividad al considerarse muy cara. Este aspecto es esencial para los trabajadores, que no quieren perder la referencia de la histórica planta y que aseguran que la Corporación Mondragón, propietaria de la misma, estaría dispuesta a parcelarla para dejar a CNA el espacio estrictamente necesario, a mejor precio, claro.

El informe señala que «no hay reestructuración posible que haga rentables» ollas y hornos, y que se mantienen solo «por razones estratégicas» produciendo menos para perder menos haciéndolo. De la misma forma, los planes de CNA pasarían también por «externalizar estampación», pues se considera una actividad cara y no rentable. En calentadores, «se dejan de producir los cuerpos de caldeo, producción muy manual», añade.

Para esa actividad, la previsión de empleo se sitúa en 132 personas (100 de mano de obra directa y32 de indirecta), que se reparte así: 37,8 en hornos, 39 en termos, 16 en ollas a presión y 39,2 en calentadores. A esto se unen 28 personas en servicios centrales, que incluyen procesos de soporte y comercialización.

Los costes medios por empleado irían de los 25.315,2 euros en la mano directa de las ollas a, por ejemplo, los 40.500 de la indirecta en esa misma actividad o en termos y calentadores. El plan estima unas «necesidades de fondos» (que tampoco aclara de dónde saldrían) de 1,225 millones de euros para el pago de las indemnizaciones por el ajuste de plantilla.

Plazos de pago

Para el arranque del plan de viabilidad-señala el experto contratado por CNA- «se pretende la continuidad del servicio por parte de los proveedores actuales y se establece para los nuevos aprovisionamientos el pago al contado». Junto a esto, la planificación pasa por «un pago inicial de 1,5 millones para los proveedores fabriles que sigan sirviendo producto a la compañía una vez se reactive», señala el informe del perito; y añade: «Para el resto de los saldos de proveedores y para los acreedores pendientes de pago se estima se producirá un acuerdo de pago con una quita del 40% y un pago aplazado a cinco años, empezando a pagarse la deuda en el ejercicio 2019, primero con tesorería positiva».

En el caso de las administraciones públicas, la deuda se pagaría en su totalidad en el horizonte temporal del plan (5 años). Esta hoja de ruta llevaría, en la práctica a que -como han denunciado los sindicatos presentes en Edesa Industrial- la heredera de Fagor Electrodomésticos terminara siendo más bien una comercializadora y no una compañía industrial de producción vasca.

De hecho, el plan, dice el perito, «estima el crecimiento de la actividad comercial, de tal forma que compense la reducción de la actividad productiva e, incluso, se presentan crecimientos de dicha actividad para el periodo proyectado. El experto concluye que o se aplica el plan (con sus muchos condicionantes) o se iría irremediablemente a liquidación.

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