El plan vasco para el vehículo eléctrico impulsará un sector al alza en Gipuzkoa

A través de este programa, presentado ayer por la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, se pretende impulsar la movilidad eléctrica de forma coordinada con los agentes públicos y privados, así como estimular su contribución al desarrollo socio-económico del territorio y a la generación de conocimiento.

El programa viene como anillo al dedo a Gipuzkoa, un territorio con dos empresas emblemáticas (CAF e Irizar) y varios centros tecnológicos, entre ellos Cidetec e Ikerlan, liderando el desarrollo de los autobuses eléctricos y la investigación sobre baterías de almacenamiento. Estas últimas resultan el elemento clave para que este negocio despegue, especialmente en el sector del automóvil de consumo masivo.

El Gobierno Vasco aspira a incrementar el uso de los vehículos eléctricos e impulsar la infraestructura de recarga. El objetivo trazado para 2020 fija que de la totalidad de las nuevas matriculaciones, el 4% sean eléctricos. Por tanto, para esa fecha se prevé que haya 4.800 automóviles de este tipo matriculados en Euskadi (en la actualidad se sitúan en torno a los 1.800). Además, se espera que se produzca un aumento de un 20% de pasajeros en medios de transporte colectivo eléctrico (ferrocarril, tranvía, tren).

Para lograr estos objetivos, se adoptarán medidas como subvencionar la compra de vehículos eléctricos y bonificar 60.000 recargas eléctricas. También se incentivarán quince planes de movilidad en empresas, la cesión temporal de cien automóviles eléctricos a las administraciones públicas o la creación de una central de compra de vehículos de energías alternativas para el Gobierno Vasco.

En el ámbito del transporte público, el objetivo del plan es realizar una electrificación progresiva de los diferentes modos de transporte. Para ello, se apoyará la introducción del autobús eléctrico urbano en la renovación del 50% de las flotas, así como la implementación de tres líneas de bus eléctrico inteligente a través de convenios .

Este impulso al bus eléctrico en Euskadi supondrá un aliciente para apuntalar la apuesta de CAF e Irizar por este negocio. De hecho, ambas compañías disponen de unidades circulando en Gipuzkoa. Este es el caso de San Sebastián, ciudad en la se encuentran en servicio vehículos de Irizar, o Irun, donde circulan autobuses de Vectia, la filial de CAF.

De hecho, la compañía ferroviaria ha redoblado su apuesta por este sistema de transporte. El primer paso lo dio en 2013, a través de CAF Power & Automation, con el fabricante gallego de carrocerías Castrosua. Ambos crearon una 'joint venture' denominada Vectia, especializada en soluciones de transporte urbano sostenible, mediante autocares híbridos y eléctricos.

CAF dio un paso de gigante en este sector el mes pasado con la compra por 300 millones de euros de la polaca Solaris, líder en el suministro de autobuses híbridos, eléctricos y convencionales.

Irizar, por su parte, inauguró en mayo la planta de Aduna, destinada a los autobuses eléctricos. Con 18.000 metros cuadrados construidos sobre una parcela total de 36.750, el centro produce ya un vehículo cada dos días. La semana pasada el grupo de Ormaiztegi comunicó la firma de un nuevo pedido en territorio galo por el cual fabricará quince unidades para Aix en Provence.

En esta misma línea del empuje guipuzcoano en el terreno de la electromovilidad, cabe destacar el trabajo que realiza Cidetec, Ikerlan o Tecnalia en la investigación sobre baterías. Pero, más allá de estos esfuerzos concretos, la Diputación de Gipuzkoa lidera la creación de un centro de electromovilidad que impulse al sector de la e-movilidad.

Por otra parte, se espera que el PIME fomente el trasvase modal de mercancías por carretera al ferrocarril, impulsando inversiones en infraestructuras y avanzando en el desarrollo de nuevas plataformas multimodales como Jundiz y Lezo. Esta última (Gaintxurizketa), según los estudios iniciales encargados por el Gobierno Vasco, daría servicio a un tráfico de hasta 4,2 millones de toneladas de mercancías al año, de las que un 10% serían contenedores, evolucionando desde los 35.000 iniciales hasta 80.000. Se estima que será necesario invertir 128 millones de euros en dos fases.