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Vientos en contra. El parque eólico de Itsaraz promovido por la compañía noruega Statkraft, que plantea la construcción de ocho aerogeneradores en Aramaio y Eskoriatza, entre Álava y Gipuzkoa, sufrió este jueves un varapalo judicial al recibir la declaración de impacto ambiental desfavorable. El Ministerio ... para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico argumenta en su informe, publicado en el Boletín Oficial del Estado, que esta infraestructura podría causar «impactos negativos significativos» sobre la avifauna y los espacios protegidos del entorno. Una decisión que supone un frenazo y complica sobremanera la viabilidad del proyecto.
Dado que el parque de Itsaraz supera los 50MW de potencia instalada, es la Administración central la encargada de dar curso y aprobar o no las solicitudes. En concreto, la autoridad competente es el Ministerio para la Transición Ecológica. En los parques más «pequeños», como el de Piaspe, que también promueve Statkraft, los permisos salen de los Gobiernos autonómicos.
Entrando en detalle, la declaración de impacto ambiental relativa al parque eólico de Itsaraz establece que «no existen garantías suficientes» de que el parque eólico y su infraestructura de evacuación «no provocarán un impacto significativo» sobre especies de fauna protegidas y amenazadas, «a pesar de las medidas preventivas y correctoras propuestas». El Ministerio, que recuerda que en el entorno del parque eólico existe «un elevado y diverso número de aves rapaces» como el buitre leonado y el alimoche, añade que tampoco puede descartarse que el parque eólico «no provoque pérdida de hábitat de campeo, reposo y alimentación de un número importante de especies amenazadas o protegidas».
De esa forma, señala que no se puede concluir que el proyecto «resulte ambientalmente viable», al no haberse descartado la generación de «impactos ambientales significativos que comprometan la integridad de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Urkiola y afecten al estado de conservación de varias de las especies protegidas y consideradas objetivo de conservación de dicha ZEC y de otros espacios de la 'Red Natura 2000 próximos»».
Itsaraz, con una inversión de 60 millones, se ubicaría en la frontera entre Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y contaría con una capacidad de 60,4 megavatios (MW) de potencia. El proyecto contempla la instalación de ocho grandes molinos de 201 metros de alto tomando en cuenta la altura máxima de la pala -de los que solo uno estará en territorio guipuzcoano- y que ocupa 782 hectáreas.
La denominada Declaración de Impacto Ambiental -DIA- es uno de los documentos y autorizaciones más importantes para el desarrollo de cualquier instalación eólica. Si la DIA es favorable, el proyecto es ambientalmente viable y se puede autorizar. Si es desfavorable, por ejemplo, como es el caso, por su impacto ambiental, el proyecto se descarta.
Desde la compañía noruega, consultada al respecto, aseguran a DV que «no renuncian» al proyecto y agregan que están estudiando «si existe alguna alternativa». Una postura refrendada por fuentes del Ente Vasco de la Energia, dependiente del Gobierno Vasco, que confirmaron que los siguientes pasos a dar en este proceso «dependen» de la multinacional escandinava.
En cuanto a la resolución desfavorable sobre Itsaraz, desde Statkraft expresaron su lamento, añadieron que «respetamos» la decisión del órgano competente y confiaron en «poder seguir contribuyendo en el futuro a la imprescindible transición energética» en la que Euskadi «debe jugar un papel fundamental».
Desde Statkraft defendieron que este proyecto respondía al «triple prisma» de todas sus propuestas: «sostenibilidad económica, medioambiental y social». Este parque eólico fue diseñado para «tratar de impulsar la socialización de la energía, buscando la implicación de empresas, administraciones y comunidades locales en el proyecto. Para ello, la empresa alcanzó un acuerdo de colaboración con Krean, ingeniería y promotora de Mondragon Corporación», añadieron.
Un estilo persuasivo que ha caracterizado a la compañía, que se ha reunido con responsables políticos, asociaciones ecologistas y vecinos de las localidades guipuzcoanas implicadas para explicar los proyectos y resolver las dudas planteadas.
Finalmente, desde la multinacional subrayaron que durante la tramitación de Itsaraz, Statkraft recibió dos informes «favorables» de las diputaciones de Araba y Gipuzkoa, otro «neutral» del Gobierno Vasco, y, «únicamente, uno desfavorable, de la Diputación de Bizkaia -a pesar de que el diseño del parque eólico solo contempla el recorrido de la línea eléctrica por este territorio y ninguna otra infraestructura del parque eólico-». «Este informe desfavorable hace referencia a la posible afección por su cercanía a una zona donde hay tres nidos de alimoche. No deja de sorprendernos que otros proyectos con afección similar en Euskadi sí hayan podido avanzar», sentencian.
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