Las empresas vascas confían en la diversidad de su clientes para esquivar la crisis de VW

El tsunami Volkswagen no afecta de momento al sector vasco de componentes de automoción. Más vale que siga siendo así y que la crisis no se vuelva sistémica, porque la industria de suministros es, junto a la de la máquina herramienta, un pilar fundamental de la economía de Euskadi.

El Clúster de Automoción de Euskadi (Acicae) registra 300 empresas, una facturación de 13.000 millones de euros y 36.000 empleos. Supone, según datos de la asociación, el 20% del PIB vasco y el 47% del total del sector en España. Es fácil concluir que si este sector tiembla, el revolcón en el resto de la economía es inmediato.

De momento, reina la tranquilidad, aunque con el radar sintonizado para ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Hay un hecho que evita el pánico. Si Volkswagen pierde cuota de mercado, otra compañía ocupará su lugar y, en consecuencia, las empresas vascas seguirán vendiendo sus componentes: suspensiones, dirección, frenos, sistemas de escape, transmisión... En resumen, a rey muerto, rey puesto.

Acicae se muestra prudente a la hora de valorar la tormenta provocada por la multinacional alemana, con dos fábricas en España: Landaben (Pamplona) y Martorell. «Todavía es pronto para saber las repercusiones», indican sus responsables. No obstante, para impedir que el desarrollo de los acontecimientos pillen al sector a contrapié, la asociación empresarial ha creado un grupo específico de trabajo para ir evaluando la situación.

El clúster confía en que la tormenta escampe pronto y que los daños resulten mínimos. La asociación subraya que las características del sector en Euskadi evitarán que el impacto sea de entidad. «Nuestra industria está diversificada por clientes, modelos, funciones, productos y áreas geográficas. Esta particularidad nos hace menos vulnerables a las circunstancias específicas de nuestros clientes».

Las empresas vascas de automoción disponen de 600 plantas productivas, de las que 200 están fuera de España, fundamentalmente en los mercados emergentes de Europa del Este, Brasil, México o China. Es esta diversificación la que permite a Acicae relativizar el impacto de la crisis provocada por Volkswagen.

Otra circunstancia que tranquiliza al sector es el hecho de que el problema «parece que tendrá mayor incidencia en Estados Unidos, donde se beneficiarán otras marcas norteamericanas o japonesas. En el resto del mundo, la repercusión será mucho menor. Además -subrayan los responsables de la asociación- se seguirán fabricando vehículos al mismo ritmo de crecimiento, récord tras récord cada año. Ahora estamos en 90 millones».

GM, Toyota y KIA

Los responsables de la asociación de empresarios de automoción recuerdan que este no es el primer caso de crisis de un fabricante de coches y citan los problemas por los que atravesaron GM, Toyota o KIA. «La situación se ha solucionado de manera relativamente rápida y pactada».

El fraude de emisiones de Volkswagen, que podría afectar a otras empresas, pone sobre la mesa un debate más profundo sobre el futuro de la industria automovilística. Así lo reconocen en Acicae. «Este caso servirá para replantearse el modelo de crecimiento y sostenibilidad de la industria. Tendrá que acercarse a la electrificación de los vehículos, los híbridos...».

La asociación de fabricantes mantiene la apuesta por el crecimiento del sector. La semana pasada, antes de que surgiera el fraude de la multinacional alemana, Acicae anunció que impulsará la fabricación de subconjuntos y módulos para diferentes marcas. Este objetivo permanece inalterable.