Esta es la moneda de cinco pesetas que puedes vender por miles de euros

La numismática, la ciencia que estudia las monedas, vuelve a sorprender a aficionados y curiosos, y a quien tenga monedas antiguas en casa y que pueda sacar provecho de ello. Se trata del valor que ha ido adquiriendo una pieza en concreto, acuñada en 1957, de 5 pesetas con la imagen de Francisco Franco y que es objeto de deseo de coleccionistas. Su nombre popular, aún sonará familiar a muchas personas: un duro.

¿Cuánto valor alcanza esta moneda? La venta más destacada de los últimos días en este ámbito se ha dado con dicha pieza, que ha alcanzado un precio de 95.000 euros. Una cantidad astronómica que se da entre especialistas a través de las webs dedicadas a la numismática y que sirven de plataforma de compra venta. Si bien, en una búsqueda por internet es fácil encontrar quien las vende por precios bastante inferiores, que van desde los 27.000 euros a los 400, según su estado de conservación.

Pero, ¿qué es lo qué hace tan valiosa a esta moneda? El valor de estas cinco pesetas ya no es el de su curso legal, ya que esta moneda dejó de existir en España en 2002 y ya no se pueden canjear por euros en el Banco de España. Su valor actual viene dado por su gran rareza. Acuñada durante la dictadura franquista, su diseño es un reflejo de la propaganda del régimen, pero no es solo testimonio de una época, sino que en aquel año, en 1957, este duro se acuñó de forma muy limitada.

Por lo demás, la moneda en apariencia es muy similar a muchas otras de la época franquista, con la inscripción habitual entonces que dice «Francisco Franco, caudillo de España por la G. de dios» y con el águila en el reverso. Su peso es de 5,75 gramos y su diámetro es de 23 milímetros.

Esta moneda de 5 pesetas de 1957 es un claro ejemplo de cómo un objeto que aún puede encontrarse en hogares, por haberse guardado como recuerdo o por despiste, puede convertirse en tesoro literalmente. Ya ocurrió hace un par de años con unas raras monedas de 2 euros que alcanzaron los 2.000 en subasta. Su historia y su rareza la han convertido en una de las piezas más codiciadas por los coleccionistas, que están dispuestos a pagar cifras astronómicas. En algunos casos porque se calcula que su precio puede irse incrementando aún más en el futuro, algo que ocurrió de forma extraordinaria en 2009, cuando se subastó la moneda española más antigua, un centén de Felipe II y vendida por ochocientos mil euros.