Lakua descarta que el «sacrificio» que pide Urkullu a los funcionarios sean «recortes»
Los sindicatos ponen pie en pared y critican que el mensaje del lehendakari «divide» a los trabajadores
Las palabras en los últimos días del lehendakari, Iñigo Urkullu, apelando a una necesaria «solidaridad» por parte del funcionariado vasco, ante la crudeza con ... la que la crisis del Covid está golpeando al sector privado, han disparado las alarmas y la indignación de los sindicatos. En apenas 24 horas, ELA, LAB, CC OO y UGT han puesto pie en pared para criticar ese mensaje del jefe del Ejecutivo, y para recordarle que los empleados públicos han sido esenciales para combatir -desde la primera línea- la pandemia, y que no es hora de «dividir» a la sociedad. Ayer, cuestionado por este asunto, fuentes del Gobierno Vasco insistieron a DV en que no cabe traducir las palabras de Urkullu como una insinuación de «deflación salarial y recortes».
Algo, por otra parte, que ya deslizó el propio lehendakari en su polémica intervención, al señalar que esos recortes no están «encima de la mesa», en un discurso que, sin embargo, en modo alguno tranquilizó a los sindicatos.
«¿Por qué al hablar de solidaridad por parte de la función pública con la situación diferenciada y grave en el ámbito privado hay que entender que ello suponga deflación salarial y recortes?», insistieron ayer desde Lehendakaritza. El gabinete incidió en que Urkullu «en absoluto ha hablado de recortes».
En este punto, el Gobierno Vasco insistió en que «no habrá recortes en las políticas públicas sociales, que seguirán siendo una prioridad, ni en las condiciones del empleo público».
«El lehendakari no ha hablado ni entiende que el planteamiento haya de ser el que fue por imposición estatal en 2010», añadieron, en alusión a los ajustes derivados de la anterior crisis y que llegaron a Euskadi de manera forzada desde el Gobierno central. Aquel tijeretazo se concretó en, entre otras cosas, una reducción salarial, la congelación de las aportaciones a Itzarri (la EPSV de los funcionarios del Gobierno Vasco) -un asunto que aún colea en el Tribunal Supremo- o la eliminación de la paga extra de Navidad de 2012, que después se fue recuperando poco a poco hasta completarse en 2018.
El Gobierno Vasco destaca que el planteamiento de Urkullu no es aquel que llegó impuesto en 2012
Los sindicatos recuerdan a Urkullu la «generosidad» de los funcionarios en lo más grave de la pandemia
Aún sin terminar de aclarar qué pudiera comportar finalmete ese esfuerzo solidario que el lehendakari ha insinuado a las 70.000 personas que trabajan en la Administración Pública Vasca, algo un tanto peliagudo a las puertas de unas elecciones autonómicas, desde el Ejecutivo de Vitoria remacharon ayer que «no habrá recorte ni en gasto social ni en las condiciones del empleo público».
Dicho esto, y partiendo de la base de que Urkullu expuso sin ambages que los funcionarios tienen un puesto «garantizado» y que han de «conocer» los «sacrificios» que se hacen en la empresa privada y ser «solidarios», cabe interpretar que ese eventual esfuerzo pudiera llegar en forma de congelación. Una posibilidad que la consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, ya dejó entrever en una entrevista publicada el pasado domingo por este periódico.
Cabe recordar que el pasado febrero el Gobierno Vasco aprobó una subida salarial del 2% (con un coste de 83 millones de euros) con efecto retroactivo a 1 de enero para todo el personal público autonómico (Administración General, Seguridad, Educación, Justicia y Osakidetza).
Unidad
Si la víspera fueron ELA y CCOO, ayer las críticas a Urkullu llegaron de LAB y UGT. «Es curioso que durante días hayamos pasado de recibir aplausos para reconocer la labor de las y los empleados públicos, a decir que hay que empeorar sus condiciones laborales. Quieren crear una brecha entre empleados públicos y privados», aseguró la central liderada por Garbiñe Aranburu.
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