«Se necesitarán casi dos años más para que la subyacente baje al 2%»

Ferreiro señala que habrá «una probable tendencia a la baja de los precios, no tanto por la menor tasa de inflación, sino por la subyacente, que es la que marca la tendencia a medio y largo plazo». Esta ha caído en el último mes cinco décimas y se ha situado en el 6,1%. Explica que la tasa subyacente si se comporta muy bien este año acabará en torno al 4% y que habrá que esperar prácticamente otro año más para que se sitúe en el 2%.

Pero advierte de que en esa tendencia a la baja se producirán altibajos, entre otras cuestiones por los alimentos que, aunque también están moderando su subida poco a poco, es previsible que repunten tras el verano por dos cuestiones. Por un lado, por el efecto de la sequía, que se dejará notar dentro de unos meses, al haber una menor oferta en los mercados de estos productos. Y por otro lado, porque los alimentos crecieron en menor medida el año pasado en el segundo semestre y cualquier repunte que se pueda producir este año en esas fechas hará que suba esa tasa. Es el denominado efecto escalón o estadístico.

Un efecto que estos primeros meses beneficia a la inflación general porque el año pasado los precios crecieron sobre todo en el arranque de año –energía y alimentos–, pero que se volverá en contra en la recta final por la alimentación.

Además, señala que buena parte de la moderación de los precios de la alimentación se debe a las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno central –rebaja del IVA, excepción Ibérica para reducir la factura eléctrica...–, que son temporales y que tendrá que ir retirando como le exige la UE.

«Cuando se empiecen a retirar dichas ayudas los precios van a volver a subir», remarca el experto en Economía. Pero indica que el Gobierno tendrá que negociar con la UE que esa retirada que se producirá a partir del verano sea progresiva para que el impacto en esa subida de los precios sea menor.