Borrar
Las diez noticias clave de la jornada

«Una idea brillante no sirve de nada si no interesa a nadie»

Tres emprendedores explican su experiencia en BIC Gipuzkoa y el reto que supone crear una empresa

F. S.

SAN SEBASTIÁN.

Lunes, 7 de mayo 2018, 06:44

Comenta

El emprendimiento requiere grandes dosis de realismo, apoyo y, sobre todo, trabajo. Así describen Ana Bego Astigarraga, Paul Minguez-Olaondo y Eider Sánchez su experiencia como fundadores de las empresas Alimek, Akting y Naru, respectivamente. Los tres comenzaron su andadura en Bic Gipuzkoa, un camino que iniciaron con ilusión desbordante y, al mismo tiempo, con una bisoñez y valor merecedores de elogio.

Los tres han logrado sus objetivos. Alimek y Akting son empresas sólidas, con veinte y once años de recorrido a sus espaldas, en tanto que Naru, con solo año y medio de experiencia, comienza a abrirse camino.

Estos jóvenes decidieron crear su propia empresa, en lugar de acomodarse a trabajar para otros y llevar, probablemente, una vida más tranquila. En el caso de Paul, el tránsito de estudiante a emprendedor fue natural. «En la propia Universidad de Navarra nos plantearon que creáramos una empresa. Éramos cuatro amigos, ingenieros de telecomunicaciones, y con 25 años y los estudios recién terminados decidimos liarnos la manta a la cabeza». Así surgió Akting, una empresa dedicada a dar soluciones a sus clientes en el entorno de la industria 4.0.

«No es un camino fácil. Las cosas no siempre salen bien y hay que reiniciar el proyecto»

En el caso de Eider, el salto fue más abrupto. Dejó su trabajo, al igual que su socia, Maider Alberich, para fundar Neru. «Teníamos claro que queríamos emprender, hacer algo que mejorara la calidad de vida de los enfermos». La tecnología que han desarrollado sirve para ofrecer a médicos y pacientes oncológicos una mejora en el tratamiento y en la situación de los afectados.

Ana Bego es la más veterana. Su empresa dio sus primeros pasos en Bic Gipuzkoa hace dos décadas. Alimek surgió para dar servicio a las firmas alimentarias, obligadas a cumplir los reglamentos de calidad aprobados por la UE. Los comienzos fueron complicados. «Nos encontramos con bastantes obstáculos, porque las empresas no estaban preparadas. Durante un tiempo tuvimos que sobrevivir ofreciendo otros servicios paralelos».

Los tres emprendedores consideran que el apoyo es vital para salir adelante y, en ese sentido, subrayan el papel jugado por Bic Gipuzkoa. «Aquí hemos encontrado una ayuda que no tienes en un sótano de Palo Alto», señala Paul, en alusión a la tópica imagen de los jóvenes tecnólogos californianos extendida tras la creación de Microsoft por Bill Gates y Paul Allen, en el garaje de la casa de los padres del primero.

El fundador de Akting explica que en su caso la incubadora fue determinante. «No sabíamos que existía BIC, hasta que uno de nosotros se enteró. Llevamos los papeles con nuestra idea. Nos la aceptaron. Supuso disponer año y medio de línea de teléfono, ordenador e impresora y, lo que es más importante, un equipo humano que te acompaña».

Eider y Ana Bego corroboran el papel de Bic Gipuzkoa. «Somos técnicos y la parte empresarial no la conocemos. Además -subraya la fundadora de Alimek- resulta muy gratificante estar rodeado de gente que se encuentra en la misma situación que tú». Eider añade que «empiezas de cero, lo tienes que hacer todo. La sala común sirve para llorar tus penas, pero también para encontrar personas que han hecho el mismo recorrido y que te pueden ayudar».

Tras el camino recorrido, estos tres empresarios tienen bagaje más que suficiente para ejercer de mentores de los nuevos emprendedores. ¿Cuál sería su principal recomendación? La primera, la expresa Ana Bego. «No es un camino fácil. Hay que trabajar mucho, las cosas no siempre salen bien y hay que reiniciar el proyecto. Por eso el apoyo de gente que ha pasado por ahí es importante». Añade que también resulta esencial escuchar al cliente. «Te van a dar claves interesantes. Una idea brillante no sirve de nada si no interesa a nadie. Si no encaja en las necesidades del cliente, no tiene futuro». Paul corrobora las palabras de Ana Bego. «Los ingenieros pecamos un poco de creer que tenemos ideas tan geniales que empezamos a desarrollarlas sin saber si hay alguien dispuesto a comprarlas.

El fundador de Akting añade que resulta de gran estímulo compartir las ideas. «Los que arrancan un proyecto -señala Paul- no deben guardarlo, han de explicarlo. Es normal tener miedo, piensas que te van a copiar, pero si acudes a los foros adecuados, como BIC, te ayudan tanto desde el campo empresarial como desde el tecnológico».

Y, después de llegar a donde han llegado, ¿tienen estos tres emprendedores intención de crear más empresas? «No lo descarto», responde Paul; «ya lo he hecho», añade Ana Bego; «tengo claro que no voy a parar», concluye Eider.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco «Una idea brillante no sirve de nada si no interesa a nadie»