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El Gobierno admite que la subida del SMI destruirá empleo en la agricultura

El salario mínimo de 900 euros al mes se aprobará en los próximos días y beneficiará de forma directa a más de 1,3 millones de trabajadores

Alexis Algaba

MADRID.

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Miércoles, 5 de diciembre 2018, 06:44

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El Gobierno ha admitido por primera vez que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros, medida que aprobará en los próximos días, puede provocar «alguna leve destrucción de empleo». Así lo reconoció ayer el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, aunque precisó que será principalmente en el sector agrario, donde según las estimaciones realizadas podría existir «un riesgo de alguna leve destrucción de empleo», ya que se cotiza por jornadas y se cobra por horas. Por eso están trabajando en algunas medidas de choque para paliarlo.

A su vez, apuntó que dentro del sector servicios, alguna rama del comercio minorista y limpieza «puede tener problemas», mientras que será «absolutamente inexistente» en la industria y en la construcción. «Esto es lo que dicen nuestros criterios», aseguró el secretario de Estado, que acusó a algunas entidades de realizar una «extrapolación muy aventurada» al dar cifras globales del impacto que tendrá esta medida en el mercado de trabajo, como por ejemplo la Airef, que considera que podría traducirse en 40.000 empleos menos, o el Banco de España, que lo eleva hasta 190.000. «No creemos que se vayan a destruir muchos puestos de trabajo», auguró Granado.

Sin embargo, aseguró que, incluso en el caso de que «pudiera producirse una pérdida de puestos de trabajo, el objetivo de lograr con esta medida unos ingresos extra de 1.500 millones de euros para las arcas de la Seguridad Social debería mantenerse puesto que es «moderada» y «relativamente prudente».

Y es que calculan que a partir del mes de enero, una vez que se apruebe esta medida mediante un real decreto, habrá al menos dos millones de personas que cotizarán más al sistema, según las primeras estimaciones oficiales del impacto que tendrá. Concretamente, 1.327.054 trabajadores que están ganando ahora menos de 12.600 euros brutos al año pasarán a ingresar 900 euros al mes (en 14 pagas), pero en esta cifra no están incluidos los que cotizan por el régimen especial agrario o las empleadas del hogar, que muchas de ellas cobran menos, sobre todo las que trabajan a jornada completa. Además, habría que contar a aquellos que cobran más de 900 euros al mes pero que cotizan por la base mínima, puesto que ésta se incrementará en el mismo porcentaje: un 22,3%. Se podría llegar entonces a los 2,5 millones o incluso tres millones de beneficiarios, también por el «efecto arrastre».

ENBA no lo ve «preocupante»

En Euskadi, la asociación agraria ENBA señala que el incremento del SMI no afectará de manera «preocupante» al sector, ya que las campañas son puntuales, su dimensión es más pequeña y los «escasos» empleos que se generan en las explotaciones de mayor tamaño son «estables».

La asociación enumera las campañas de recogida de uva, manzana o guindilla como las más importantes y creen que para ellas «no se mira tanto el salario. La mano de obra más profesional escasea y si además pagamos por debajo del SMI la situación se complicaría más», explican. El principal reto al que se enfrenta el sector no es tanto el retributivo como el de relevo generacional, de forma que el foco de ENBA se centra en mostrar atractivo el sector para que más profesionales se acerquen a él y tomen las riendas de las explotaciones. «El principal problema es que falta gente», apostillan.

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