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Cerca de 170.000 guipuzcoanos se beneficiarán de una menor carga fiscal por los cambios en los tramos del ahorro que proyecta la futura reforma ... fiscal. La norma que tramita ya el Gobierno foral formado por el PNV y el PSE, pendiente de aprobarse aún en Juntas Generales, recoge una propuesta de mejora para un numeroso colectivo de ahorradores de tipo medio del territorio.
Entrando en detalle, Hacienda pretende beneficiar a este perfil de contribuyente –el más representativo de una sociedad– aproximando la carga tributaria al principio de progresividad. Una medida, la relativa a la tarifa base del ahorro, que, eso sí, supondrá un mínimo impacto para las arcas forales –apenas un millón de euros según la memoria económica del proyecto de norma foral publicada ayer–.
Para alcanzar dicho objetivo, el nuevo texto fiscal rediseña los cinco tramos de la escala del ahorro preexistentes y añade uno más, elevando el tipo máximo de la escala hasta el 27%. Así, se creará un nuevo tipo por encima del máximo actual del 25% para aquellas personas con ingresos superiores a los 240.000 euros. A partir de esa cantidad, el tipo aplicable será del 27%, y un escalón por debajo se presenta otro gravamen del 26% para rentas del ahorro que se muevan entre los 120.000 y los 240.000 euros. La intención de las Haciendas forales es rebajar la presión fiscal sobre el resto de rentas en la medida en que suba la recaudación por los contribuyentes con esas ganancias superiores a los 240.000 euros. En definitiva, inyectar más dinero en el bolsillo del pequeño y mediano ahorrador con una medida que impactará en una gran parte de los contribuyentes del territorio.
Así, las rentas del ahorro de entre 15.000 y 30.000 euros verán reducido su tipo aplicable al pasar del 23 al 22%. Algo superior es la minoración de la cuota para quienes tengan un ahorro de entre 30.000 y 60.000 euros, ya que pasan de una carga tributaria del 25% al 23%. Hasta los 15.000 euros –primer tramo de la escala del ahorro– el tipo será del 20%.
El rediseño de los tramos de la escala del ahorro de la reforma fiscal impide saber con exactitud cuántos guipuzcoanos verán modificada su presión tributaria en los nuevas escalas. Pero lo que sí sabe es cuántos se hallan afectados según el actual sistema vigente. En la memoria del anteproyecto de norma foral figuran un total de 170.395 contribuyentes en las cinco escalas actuales –desde los 2.500 hasta los 30.000 euros–, que en su mayoría, aunque no todos, pagarán menos impuestos, puesto que a los tramos más altos del ahorro sí se les sube el tipo aplicable.
Conviene recordar que esta no es la primera vez que la Hacienda foral rediseña los tramos del ahorro. En la reforma de 2014 los tipos de gravamen máximos pasaron del 22 al 25% actual. Asimismo, los contribuyentes que en su declaración de la Renta sólo declaraban rendimientos del ahorro, más conocidos como rentistas, se quedaron sin 1.389 euros de deducción general que disfrutaban el resto de contribuyentes en su declaración.
Este cambio venía a responder a una disfunción entre la base imponible general y la del ahorro, y se podía resumir de esta manera. La declaración de la Renta se compone de dos tipos de ingresos: los rendimientos del trabajo o de actividades económicas, que se computan en la base imponible general; y los que se anotan en la base del ahorro. La mayoría de personas físicas declara en los dos bloques: trabajo y ahorro, pero una parte pequeña de la población sólo lo hace en la segunda. Vive, por tanto, de sus rentas. Ese grupo se quedó a partir de 2014 sin deducción general: sin 1.389 euros. Esta medida afectó a casi 8.000 guipuzcoanos y la Hacienda foral recaudó 9,4 millones más.
Rediseñar la tarifa base del ahorro es una de las medidas del proyecto del Gobierno foral, pero la reforma en su conjunto supondrá un impacto de 88 millones de euros para las arcas forales –ver tabla adjunta–. O lo que es lo mismo, permitirá que los contribuyentes guipuzcoanos se ahorren esa cantidad en impuestos. Es la estimación sobre la huella recaudatoria que recoge la memoria económica elaborada por la Diputación, a la que ha tenido acceso DV. La suma de las tres Haciendas forales ahorrará a los vascos 235 millones en impuestos.
Esta revisión incluye numerosas deducciones que pretenden aliviar a los colectivos más vulnerables y a las clases medias del territorio. Unas ventajas de las que se beneficiará el 80% de los contribuyentes, unos 330.000 guipuzcoanos, tal y como anunció la diputada foral, Itziar Agirre, en una entrevista publicada por este periódico el pasado 24 de noviembre.
La memoria recoge las modificaciones propuestas hasta la fecha, que persiguen responder a una serie de retos a los que se enfrenta Gipuzkoa para seguir siendo una economía competitiva al mismo tiempo que sostiene el Estado del bienestar y protege a sus colectivos más vulnerables.
Así, las principales medidas ascienden a 22 en el IRPF –el tributo que grava la renta de un contribuyente a lo largo de un ejercicio– y a 4 en el impuesto de Sociedades –que grava los beneficios empresariales–. El impacto recaudatorio previsto en IRPF asciende a 60,4 millones, lo que representa un 68,6%, mientras que en el caso de Sociedades la cifra es de 27,6 millones.
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En el caso del IRPF, que representa el grueso junto al IVA de la recaudación de Hacienda –un 76%–, hay tres medidas que aglutinan prácticamente el 82% del esfuerzo financiero que tiene previsto realizar la institución foral en este tributo. Se trata de la nueva bonificación de rendimientos sobre el trabajo, con 33 millones; las prestaciones en forma de renta de sistemas de previsión social, con 12,2 millones, y la deducción por aportaciones a planes de previsión social de empleo preferentes con 10 millones.
La medida que mayor impacto suma en Sociedades, según el fisco, es la que guarda relación con la deducción por contribuciones a entidades de previsión social voluntaria de empleo, con una estimación de 19,7 millones.
La Hacienda foral ha aprobado tres alegaciones de ciudadanos, organizaciones y entidades de la sociedad civil. Dos tienen impacto en el IRPF y otra en Patrimonio, el tributo que grava a los más favorecidos. Por un lado, se ha aceptado equiparar el tratamiento fiscal de las prestaciones por invalidez en caso de enfermedad a las originadas por un accidente. Además, se diferenciará la aportación y rentabilidad en las EPSV cuando se ha producido traspaso entre entidades. Y para que el arrendamiento de bienes inmuebles constituya actividad económica, se reduce el número de empleados de cinco a uno.
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