Peio Pagola | Director general de Ingeteam Indar Machines
«Si nos limitáramos al mercado nacional, la sostenibilidad se vería comprometida»Con un 85% de sus ventas dirigidas al exterior, la histórica firma de Beasain cumple 85 años en buena salud y con retos por delante
Ingeteam Indar Machines está de aniversario. La histórica firma de Beasain, referente mundial en motores de bombeo hidráulico, eólica 'onshore', motores para megacruceros o equipos ... para el sector energético, tiene una previsión de ventas de 300 millones de euros para este ejercicio –el 85% son al exterior–, una plantilla de 920 personas –800 en Beasain y 120 en Segorbe, Castellón– y varios desafíos por delante. Su CEO, Peio Pagola, los cuenta aquí y ahora.
–¿Cómo llega la empresa a este aniversario?
–Con fuerza y entusiasmo. Somos una empresa en plena transformación generacional y tecnológica, afrontando proyectos que hace apenas unos años hubieran parecido inalcanzables. Nos hemos consolidado entre los grandes actores internacionales.
–¿Cuáles son los ejes de su plan estratégico?
–La seguridad está por encima de todo, y la sostenibilidad empresarial pasa por priorizar la rentabilidad frente al volumen. Nuestros ejes se articulan en torno a nuestras principales propuestas de valor: diferenciación tecnológica, cercanía, escucha activa y empatía, dinamismo y flexibilidad, y una orientación absoluta al cliente.
–¿Cómo están sus negocios?
–Venimos de unos ejercicios exigentes, marcados por la volatilidad de precios tras la pandemia, pero hoy todos nuestros negocios están bien posicionados y con una proyección muy positiva. Destacan especialmente las áreas de Water, Hydro, Generación Flexible (Gas) y Marina, que muestran una evolución muy sólida. Nuestro negocio más joven, Transmission & Distribution, tiene un futuro muy prometedor, aunque su volumen actual sea menor. El mercado Wind sigue sin reactivarse al ritmo deseado, pero mantenemos un nivel de actividad importante y nuestra apuesta por él sigue firme.
«Tenemos aprobada una inversión cercana a 10 millones para construir una nueva nave en nuestra planta de EE UU»
–¿Qué negocio sufre más?
–Más que hablar de sufrimiento, lo que vivimos es un alto nivel de exigencia por la complejidad tecnológica de nuestros productos y los mercados en los que operamos. Hoy no tenemos ningún negocio que lastra a la compañía, y eso es fruto de una diversificación equilibrada y saludable.
–Su sector atraviesa una transición energética sin precedentes. ¿Cómo afecta a la estrategia?
–Vivimos una etapa apasionante en la que confluyen múltiples transformaciones. En este contexto, actuamos con agilidad para posicionarnos en tres grandes ejes. Por un lado, la creciente demanda de generación eléctrica asociada al desarrollo de los grandes centros de datos impulsados por la IA. Después, la necesidad de almacenamiento energético derivada de la generación renovable (solar y eólica) y de la nuclear. Y, finalmente, la aportación de estabilidad a las redes eléctricas, un tema prioritario a nivel global tras los recientes apagones.
–¿La política proteccionista de Donald Trump con los aranceles les está afectando?
–Sí, sin duda. El problema es que las reglas del juego cambian constantemente, y lo que hoy puede beneficiarnos, mañana puede perjudicarnos. Esta falta de estabilidad genera incertidumbre y dificulta la planificación.
–¿Ser una empresa volcada en el exterior es una ventaja o una desventaja?
–Nuestra vocación internacional es una fortaleza clave. Los volúmenes de negocio no serían posibles sin nuestra presencia global. Si nos limitáramos al mercado nacional, la sostenibilidad de se vería comprometida.
«Es fundamental integrar las nuevas tecnologías en la industria tradicional, pero también revalorizar la ingeniería industrial»
–¿Coinciden con el diagnóstico de Adegi de que la industria guipuzcoana está estancada?
–Diría que la industria tradicional guipuzcoana sí atraviesa un momento de cierta desaceleración. Ha sido el motor del bienestar de nuestro territorio y, sin embargo, a veces percibimos un cierto menosprecio por no estar ligada a las últimas tendencias tecnológicas –digitalización, computación, IA–. Es fundamental integrar esas nuevas tecnologías, pero también revalorizar la ingeniería industrial.
–¿Van a abrir alguna planta más?
–Sí, tenemos aprobada una inversión cercana a 10 millones para construir una nueva nave en nuestra planta de EE UU. Actualmente contamos con plantas en Beasain, Castellón y EE UU, además de actividad industrial en Brasil.
«Es uno de nuestros mayores retos. El mercado laboral está muy activo y cada vez hay menos titulados en ingeniería»
–La electrificación y la descarbonización son dos grandes ejes globales. ¿Qué papel juegan en esa transición hacia una industria más sostenible?
–Son ejes que guían nuestra estrategia y nuestra razón de ser. Contribuimos a la electrificación de sectores clave como la energía, la movilidad o la industria, desarrollando soluciones que reducen las emisiones y mejoran la eficiencia energética. Nuestro objetivo es claro: impulsar una industria más sostenible a través de la tecnología y del talento de nuestras personas.
–¿Cómo atraen a nuevos perfiles técnicos?
–Es uno de nuestros mayores retos. El mercado laboral está muy activo y cada vez hay menos titulados en ingeniería, por lo que buscamos incorporar talento joven desde fases tempranas, colaborando con universidades y centros de formación.
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