Directivos de Uvesco e inversores vascos se alían para comprar la compañía y blindarla en Euskadi
El CEO, Ángel Jareño, cinco ejecutivos, el vehículo Indar de Kutxabank, el fondo donostiarra Stellum, Inveready y Geroa, desde Orza, ultiman una oferta a PAI Partners por más de 700 millones de euros
El anclaje definitivo a Euskadi y en especial a Gipuzkoa del Grupo Uvesco (BM y Súper Amara, con más de 7.100 empleados), que estuvo ... en claro riesgo de saltar por los aires el año pasado al ser pretendido por Carrefour, parece hoy más cerca. En la que sería la mayor operación de este tipo en la historia del País Vasco y una clarísima apuesta por el arraigo, parte del equipo directivo de la firma irundarra, con su CEO, Ángel Jareño, al frente, ha dado un valiente paso adelante para liderar la adquisición de la compañía, controlada hoy en un 70% por el fondo de inversión francés PAI Partners, que desde hace tiempo le ha puesto el cartel de 'Se Vende'. Una operación valorada en más de 700 millones de euros.
Pero Jareño y sus compañeros no viajan solos. Ni mucho menos, ya que han logrado incorporar a su aventura a importantes socios locales. En principio, se trata de Indar –el nuevo vehículo de Kutxabank para invertir en empresas estratégicas del país–; el fondo de inversión donostiarra Stellum Food & Tech (situado bajo el paraguas de la Fundación Artizarra), que ya está presente en el capital de Uvesco desde la llegada de PAI; la gestora de fondos con sede en Donostia Inveready, también accionista del grupo de supermercados irundarra a través de la instrumental GAEA; y la EPSV de empleo de referencia en Euskadi, Geroa, que con su participación en este consorcio elevaría de forma muy significativa su apuesta por invertir en compañías vascas
En el caso de la EPSV, y dada la envergadura de esta nueva inversión, cabe la posibilidad de que la entrada en el capital de Uvesco se realizara de forma indirecta a través de Orza, un vehículo compartido con Elkarkidetza y que ambas utilizan de forma habitual.
La operación, liderada por los directivos y con una clara vocación de ser protagonizada por capital privado, aún se negocia
Se trata de un grupo de inversores de muy distinta naturaleza, lo que no siempre facilita el encaje de bolillos que supone esta operación, pues cada cual tiene su particular naturaleza y distintas necesidades actuales y futuras; tanto a la hora de invertir en este momento como a la hora de, en un futuro, salir del consorcio, si así fuera.
La operación, denominada confidencialmente 'Rubicón' y que valora la firma de supermercados en más de 700 millones de euros, es en realidad lo que se conoce en términos financieros como un MBO ('Management Buy Out'), que no es sino una compra capitaneada por los ejecutivos de la propia empresa que, en definitiva, pasan así a ocupar una posición de control convertidos en los accionistas de referencia.
Está previsto que algunos de los actuales pequeños accionistas del grupo de alimentación (no todos los propietarios de las familias fundadoras cántabras y vascas vendieron sus acciones a PAI en abril de 2022) se sumen también a la operación.
A esta hora, Ángel Jareño y sus socios del equipo gestor de Uvesco han cerrado ya la financiación necesaria para sostener su parte, apoyados en un par de los denominados fondos de deuda; un paso importantísimo para dar confianza al resto y que la operación pueda llegar a buen puerto.
Flecos
Los primeros espadas de Uvesco, Indar, Stellum, Inveready y Geroa ultiman estos días los detalles de sus respectivos pesos y márgenes de maniobra presentes y futuros en el grupo; aspectos siempre delicados y que en ocasiones generan auténticos momentos de tensión. Son esos últimos 'flecos' que a veces convierten las negociaciones en no aptas para cardíacos. Tras sufrir diversos vaivenes en negociaciones terriblemente intensas, faltaría tan solo recorrer los últimos metros de la carrera, los más difíciles.
La oferta, gestada de forma muy discreta desde comienzos de año, podría culminar en un par de meses si todo va bien, ya que, entre otras cosas, se requieren diversas autorizaciones, como la de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Pero para eso los franceses han de aceptar la propuesta, aún no cerrada del todo.
Aunque la adquisición tiene carácter estrictamente privado, así se ha planteado desde el principio por sus promotores, se da por descontado el apoyo de las administraciones vascas, a las que se ha mantenido al cabo de las conversaciones y que, a su vez, han mostrado su total voluntad de facilitar todo lo que pudiera quedar en su mano.
De hecho, en las últimas fechas, y con esas tan diferentes sensibilidades a flor de piel mientras se trata de encajar todas las piezas, el Gobierno Vasco se ha remangado para tratar de desbrozar algunos escollos de última hora, que aún persisten. Una labor en la que ha llegado a participar el consejero de Industria, Mikel Jauregi, y que ha recibido también la atención directa del lehendakari, Imanol Pradales.
El atractivo de Uvesco, demostrado el año pasado con el asalto de Carrefour y aún vigente, redobla el sentido de la alianza vasca
Cabe recordar que cuando PAI canceló a finales del pasado año de manera sorpresiva la venta de Uvesco a Carrefour (en realidad, el grupo francés de supermercados quiso ahorrarse casi 80 millones a última hora, lo que acabó con la paciencia de PAI y desbarató la operación), tanto la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, como el propio consejero Jauregi, mostraron su sincero «alivio».
Y es que a nadie se le escapa la importancia de la empresa en términos de país. Todo, además, en un momento donde resuenan a diario las voces reclamando un esfuerzo por aunar voluntades para fortalecer el arraigo de nuestras empresas clave.
A falta de cerrar por completo la letra pequeña y las necesidades de todos los actores principales de esta apuesta por blindar Uvesco en Euskadi, cabe la posibilidad de incorporar a algún otro socio inversor vasco, quizás del ámbito público. Algo que, es cierto, no casa con el espíritu inicial de la apuesta pero que podría resolver la situación si las cosas encallaran por alguna razón de última hora.
De haber prosperado, el intento de compra por parte de Carrefour a finales del pasado año hubiera hecho añicos más pronto que tarde el histórico anclaje de la empresa al territorio.
Defender la esencia
Un propietario como aquel, actor destacado del sector de la distribución en Europa, habría impuesto finalmente la ley del mercado, deslocalizando o desnaturalizando en un visto y no visto los servicios centrales de Irun e imponiendo (esto no hubiera podido ser tan rápido pero hubiera llegado) la filosofía y la política de Uvesco sobre la marca blanca, la marca de fabricante y el resto de aspectos esenciales de la compañía, así como su inequívoca apuesta por los proveedores locales.
A la espera de que esta oferta se concrete del todo, no conviene olvidar que el cartel de 'Se Vende' sigue en pie y que Uvesco no ha perdido un ápice de atractivo para otros inversores y operadores del sector por su rápido crecimiento (el año pasado facturó 1.186 millones, un 10,6% más); también en Madrid, donde ha ganado notable presencia en los últimos años mediante varias adquisiciones como las de Gigante o Hiber.
A esto se suma que Dia –controlado por oligarcas rusos– presentó el pasado mes de marzo un plan estratégico a cinco años con el que aspira a crecer en España mediante inversiones por valor de 900 millones de euros. Una estrategia que incluiría eventuales compras de compañías rivales.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión