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Santiago Olañeta se encuentra al frente de Boj, una empresa centenaria que siempre ha estado ligada a Eibar.
EMPRESARIOS

Santiago Olañeta: «Tenemos que dar valor a que un producto se fabrique aquí, no fuera»

Degustar una copa de vino sabe mejor si se acompaña con unos utensilios para la ocasión, como los que fabrican en Boj

Ion Fernández

Domingo, 23 de agosto 2015, 15:54

El vino. Esta bebida tiene hoy en día mucha demanda. A la hora de comer, como aperitivo o en un encuentro con amigos o familiares. Muchas personas aprovechan estas ocasiones para degustar este zumo de uva. Pero no es lo mismo disfrutarlo en una copa de cristal o en un vaso de plástico. Hay utensilios que ayudan a potenciar su sabor y tampoco hay que olvidarse de la necesidad de disponer de un buen sacacorchos que ayude a descorchar la botella de la mejor manera posible, sin contratiempos y de forma sencilla. La empresa Boj, dirigida por Santiago Olañeta, cuenta con más de 100 años de experiencia invertidos en fabricar herramientas para este uso.

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  • 1905 año de fundación.

  • Manuel Barrenechea, Bernardo Olañeta y Vicente Juaristi crearon Boj. Santiago Olañeta forma parte de la tercera generación de una empresa familiar que actualmente tiene 23 trabajadores.

  • Actividad

  • Industria.

  • Fabricación y diseño de utensilios para vino de uso profesional y doméstico. Destaca por sus sacacorchos.

- ¿Han constatado con los años un aumento del consumo de vino entre la población?

- En países donde se produce mucho, como en España, Francia o Italia, siempre ha habido un fuerte consumo. Se han producido una clasificación y selección que han llevado a una mayor calidad de esta bebida en las botellas que se comercializan. Asimismo, el consumidor se ha hecho más sofisticado. Tiene sus preferencias, conoce bien el producto y las diferentes marcas.

- ¿En qué ha beneficiado esto a Boj?

- Las personas se han dado cuenta de las posibilidades que ofrecen los diferentes utensilios para vino, por lo que ha aumentado la venta. Han comprobado que sirven para potenciar el sabor de la bebida y para darle otro encanto al momento de degustarlo.

- A una persona que le guste el vino, ¿qué utensilios le recomendaría tener en su hogar?

- La pieza fundamental es un sacacorchos, un artículo obligatorio en cada hogar. A partir de aquí, aconsejaría disponer de copas de calidad, escanciadores, oxigenadores, cortacápsulas, una funda enfría botellas, un termómetro, identificadores de copas y salvamanteles.

- El sacacorchos, pieza imprescindible. ¿Habrá una gama amplia?

- Hay muchos tipos de estos utensilios. Podemos hablar del descorchador automático, el de presión o el de tipo bodega con espiga fresada. En Boj siempre hemos comercializado muy bien el modelo de doble palanca, un clásico diseñado por mi padre, David Olañeta, en 1932. También se vende muy bien el sacacorchos de pared, que se empezó a fabricar en 1954, diseñado también por mi padre.

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- Este utensilio se ha convertido en su producto estrella.

- Nosotros nos dedicamos principalmente a la fabricación de sacacorchos. Los vendemos en 31 países, como por ejemplo en Estados Unidos, Francia y Alemania. También hacemos utensilios resistentes con un diseño tradicional.

- Comercializan estos productos para el vino, pero también sirven para otras bebidas.

- Hablamos de vino porque entre las bebidas a las que van dirigidos nuestros utensilios es el más extendido entre los consumidores y en el que más se emplean. No obstante, también se pueden usar para sidra, cava o champagne.

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- ¿Cuál es la idea de negocio de la empresa Boj?

- Esta empresa afronta el futuro con rigor e ilusión, abriéndose al mundo con visión y pasos bien dirigidos. Tanto el rigor como la ilusión son importantes, porque implican continuación por hacer las cosas bien.

- Otra de sus apuestas es la innovación.

- En Boj también nos preocupamos por sacar productos nuevos. Cada año solemos crear algún utensilio diferente. Para ello hay que evaluar la demanda que existe en el mercado. Sin embargo, la innovación no viene únicamente del área de fabricación. Por ejemplo, recientemente hemos conseguido el certificado NSF, que nos acredita como una empresa óptima para la comercialización en Estados Unidos.

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- Y en su sector, ¿es importante fidelizar al cliente?

- Hacemos muchos esfuerzos para ello, pero en nuestro negocio el cliente va buscando lo que necesita y al precio que le conviene. Para nosotros es más importante tener productos en stock, para que cuando nos emitan un pedido lo podamos afrontar con rapidez. En Boj solemos hacer las entregas antes de 24 horas.

- Antes ha comentado que exportan su producto a 31 países. ¿Hace mucho que se decantaron por la internacionalización?

- En 1987 hicimos un consorcio de exportación con otras tres empresas de Eibar y hoy es el día en el que el 95% de nuestra facturación se encuentra en el exterior. Una de mis tareas actualmente pasa por viajar mucho. Creo que en África hay una buena oportunidad de negocio.

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-¿Tienen mucha competencia?

- La amenaza de las empresas chinas está muy latente, porque venden barato. Pero nosotros no comercializamos el mismo producto que ellos, los nuestros gozan de mayor calidad. Actualmente, muchas empresas se dedican a producir en ese país asiático porque resulta más económico y luego lo traen aquí para comercializarlo. Nosotros fabricamos en Eibar, a la que no se da mucha importancia hoy en día, pero en un futuro la tendrá. Debemos comprender lo beneficioso de fabricar aquí.

- Se trata de una empresa de largo recorrido, ¿qué supone eso para usted?

- Llegar a los 110 años resulta un orgullo que nos ayuda a seguir avanzando. Por nada del mundo me gustaría que esta empresa llegara a su fin conmigo. Tengo la ilusión de que continúe cuando yo no esté. Además, se trata de una empresa eibarresa, me siento muy eibarrés y mantengo la tradición.

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- En tantos años de vida también han tenido momentos críticos.

- Boj ha conseguido salir airoso de diferentes momentos en los que la economía no era buena. Conseguimos pasar la de los años 80 y también una pequeña crisis que hubo en los 90. Esta última ha tenido para nosotros algo de repercusión, pero no ha trascendido demasiado gracias a las exportaciones. Además, en esta empresa también hemos tenido que hacer frente a una gran inundación que se produjo en Eibar en 1983. Se acumuló en la fábrica metro y medio de barro, con árboles. Estuvimos 77 días limpiando. Fue peor que empezar de cero y estuvimos cerca de cerrar. No obstante, no podía dejar que eso sucediera y con esfuerzo lo sacamos adelante.

- Todo ello habrá servido para saber valorar a los empleados.

- Hay una magnífica convivencia entre todo el personal de Boj. Somos un grupo muy unido, en el que cada uno cumple su función y no se cuestiona el esfuerzo de cada uno. Todos saben que son imprescindibles y si tienen alguna petición nunca les digo que no.

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- También dispondrá de su tiempo libre para relajarse.

- Entre mis activifades favoritas está viajar, leer novelas o libros históricos e ir al cine.

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