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Carlos Ceballos y Juantxo Revilla, en la sede del Grupo CEI, en el donostiarra polígono Portuetxe.
EMPRESARIOS CARLOS CEBALLOS Y JUANTXO REVILLA DIRECTORES DE GRUPO CEI

Carlos Ceballos: «La empresa perfecta en la gestión de recursos humanos no existe»

«A la empresa que no se mueve y evoluciona le adelantan por la derecha». Por eso, en Grupo CEI han sabido diversificar el negocio

Ion Fernández

Domingo, 19 de abril 2015, 16:36

Siguen siendo tan amigos como al principio y se van de sidrería como antes. Carlos Ceballos, Juantxo Revilla, Jon Arzak y Bixen Peruchena llevan 26 años como socios al frente del Grupo CEI. El germen de la empresa lo engendraron cuando todavía se encontraban realizando los estudios que hoy en día se conoce como Grado Superior en Informática. Con el título ya en la mano, pusieron su idea en marcha. En estas tareas de dirección reunirse una vez por semana es algo que no se negocia, lo que resulta una de las claves para que todo funcione en una compañía que nació orientada a la formación de personas.

LA EMPRESA

  • 1988 nació el Grupo CEI

  • En 2007, adquirió una parte importante de las acciones de la empresa KTS Servicios informáticos

  • Actividad

  • Formación de personas

  • Cursos para trabajadores y desempleados. Además, trabaja en las áreas de prevención de riesgos laborales, consultoría, gestión de subvenciones, servicios informáticos y procesos de internacionalización.

¿Cuáles son los cursos más demandados?

Carlos Ceballos: Dos apartados abarcan la mayoría de la formación. Las pymes se decantan por los idiomas, porque muchas de ellas quieren internacionalizarse; y, por otro lado, las nuevas tecnologías tienen mucho peso, ya que cada vez se encuentran más implantadas. En menor medida, las empresas buscan cursos relacionados con los recursos humanos, el ámbito comercial y de producción, pero hay muchos más.

Juantxo Revilla: Algunos de estos cursos menores resultan igual o más importantes que los centrados en idiomas y nuevas tecnologías.

¿Cuál es el perfil de las personas que buscan formación?

C.C.: Destacan los trabajadores de pymes y luego estarían los desempleados, con cursos que promueve la Administración.

¿Se preocupan las empresas por la formación de sus trabajadores?

C.C.: Sí le dan importancia, porque se han dado cuenta de que puede convertirse en un apartado estratégico. Resulta importante tener a los trabajadores adaptados a las necesidades del mercado. Además, en la actualidad se dan muchas ayudas que fomentan la formación.

¿Cuesta mucho hoy en día conseguir subvenciones para poder financiar estos cursos?

J.R.: Antes era más sencillo que una empresa pudiera llegar a fondos públicos para poder desarrollar estas actividades dirigidas a obtener una mayor competitividad. En los últimos tres años cuesta más. Actualmente, se están dando más ayudas a los negocios de innovación; y se descartan otras centradas en la implantación de sistemas de calidad, que antes eran tradicionales.

C.C.: Cada vez son más complejos y exigentes los requisitos en las convocatorias para otorgar ayudas. Tenemos que trabajar mucho más para llegar a una financiación menor.

Han buscado la manera de diversificar el negocio.

C.C.: Hay una cosa que está clara: a la empresa que no se mueve y evoluciona le adelantan por la derecha.

J.R.: Ha resultado una evolución natural. Al margen de la formación, nuestros clientes demandaban otras necesidades y así hemos ido añadiendo nuevos servicios.

El último de ellos, la ayuda a la internacionalización para las empresas, algo por lo que cada vez hay más interés.

J.R.: En los últimos años ha surgido esta inquietud y necesidad. A partir de esto pusimos en marcha el negocio. A las empresas que nos contratan les llevamos a cabo todo el proceso: desde los primeros pasos en los que se busca a dónde ir y para qué hasta la posterior campaña de comercialización. Le damos el producto completo para que su salida sea lo más exitosa posible.

También ofrecen servicios informáticos...

C.C.: Aquí también tenemos un sector importante, en especial dirigido al sector socio-sanitario, colegios y sidrerías y bodegas. Buscamos soluciones a medida para los clientes. Desarrollamos aplicaciones para móviles, hacemos páginas webs y el mantenimiento de equipos informáticos.

¿Qué es lo que más les gusta de todo este trabajo?

J.R.: A mí me apasiona todo. Podría destacar el apartado de generar empleo.

C.C.: Yo subrayaría la libertad de poder decir qué hacer y medir si te sale bien o mal. No obstante, hay que hacerlo con responsabilidad, porque puede repercutir en las demás personas que trabajan aquí.

¿Cuál es su relación con sus trabajadores?

J.R.: No somos una directiva distante, estamos en el fango. Hemos creído siempre en las personas, en el equipo.

C.C.: Estamos intentando hacer políticas de apertura. Las decisiones las tomamos entre los cuatro y queremos que otras personas contribuyan en esta faceta. También apoyamos la conciliación de la vida laboral con la familiar.

J.R.: Es algo que además nos satisface. Una empresa no es únicamente producir, producir, producir. La empresa debe contar con un carácter humano.

C.C.: Sabemos que la empresa perfecta en la gestión de recursos humanos no existe, y siempre se cometen errores. Pero buscamos que las decisiones que tomemos resulten válidas para la empresa y el trabajador. Las personas que reciben esta atención luego aportan un compromiso mayor.

¿Cuáles son las mayores complicaciones que están encontrando con esta crisis?

C.C.: Muchas de las empresas a las que ofrecemos nuestros servicios vinculan la contratación de los mismos a la financiación que puedan recibir. Por ello, en esta época en la que todavía estamos saliendo de la crisis, con una Administración que recauda menos dinero y lógicamente otorga menos subvenciones, nos estamos encontrando que resulta más difícil emprender nuevos proyectos en las empresas. Además, desde hace unos dos años, nos estamos dando cuenta de que las Administraciones están orientando esas ayudas para que las ejecuten y las gestionen entidades que tienen un vínculo muy directo con ellas. Entonces, las compañías que nos desempeñamos en el sector privado puro y duro nos encontramos con dificultades para llegar a ellas y ofrecérselas a nuestros clientes. Nos están cogiendo cuota de mercado que antes teníamos nosotros, lo que nos está obligando a adaptarnos.

En esta agenda tan ajetreada que tienen, ¿cómo desconectan?

J.R.: La prioridad no es solo el trabajo. Cuando estamos con la familia nos centramos al 100% en ellos, y así nos relajamos.

C.C.: A mí me cuesta desconectar, pero me sirve un paseo por el monte y si es con mis hijos, mejor. La familia, por encima de todo.

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