José Luis Artola: «Para mantener al cliente la relación debe ser de tú a tú, no por whatsapp»

- Figúrese los años que yo llevo luchando y aportando para que esta empresa siga adelante y todavía no me siento que sea ni gerente, ni director, ni nada. Mi trabajo consiste en coordinar el trabajo entre el cliente final y el equipo de trabajo, que los proyectos salgan adelante en los tiempos en que tienen que salir y en luchar por un futuro para todos los que estamos aquí. Estoy en un papel en el que yo buenamente exteriorizo todo lo que tengo dentro, y lo mismo que ahora soy un gerente mañana soy un instalador, porque a mí también me gusta aportar directamente mis conocimientos donde puedo hacerlo.

- Parece de esos gerentes que está en todos lados?

- Es que tienes que estar en todos lados, es que ahí está el papel fundamental. No vale que seas gerente y que estés en la oficina. Tienes que estar aquí y allí y en destino también. Porque yo también muchas veces voy a las empresas en las que estamos trabajando y lo hago directamente, no hablo por correo ni por whatsapp. Creo que el whatsapp es otro sistema que ha nacido ahora que no beneficia a la correlación o relación de las empresas y las personas. Con las personas con las que tienes un "feeling", para mantenerlo, tienes que ir de tú a tú, aunque tengas que gastar cien euros en gasolina en ir y en volver a su empresa, vas y vuelves, pero estás directamente con ellas. Y si tienes que ir a comer, vas a comer, esa es mi filosofía.

- También se le ve directo en el trato con los empleados.

- Me ha ido bien ser directo en este oficio. Como gerente tengo que decir las cosas y las verdades y aunque hay gente a la que igual le puede no gustar la forma en la que lo haces, igual es peor la otra, porque alargas más la agonía. Yo pienso que, como un buen médico, si eres buen profesional tienes que ir al grano, a la herida.

Peldaño a peldaño

Saber adaptarse a los tiempos, a las necesidades de las empresas y a los mercados nacionales e internacionales ha aupado a Ilunki a una posición privilegiada en el sector de los automatismos eléctricos. Antes de embarcarse en la aventura empresarial en 1992, Artola era un electricista autónomo que prestaba sus servicios en varios campos. Después estudió Electrotecnia y empezó a trabajar para uno de los grandes grupos guipuzcoanos, Biele, hasta que llegó un momento en el que la envergadura de la actividad que desarrollaba le empujó a formar una empresa con más personas. «Empezamos diez, de las que, exceptuando dos que eran gente con una experiencia en el sector, el resto eran jóvenes que cogí de la escuela con 18-19 años y que hoy mantengo, gente muy buena. La gente joven capta rápido lo que quieres, es lo bueno que tienen, no tienen malos vicios adquiridos en el trabajo ni en la forma de ser», medita. Y fueron abriendo mercado, consiguiendo abarcar a otras firmas también con un peso importante a nivel nacional e internacional. Hoy, este tolosarra aficionado al deporte -concretamente a las maratones de monte- cuenta con un equipo de 30 profesionales y acaba de estrenar un nuevo pabellón para su actividad.

- Conserva los clientes pese a la crisis. ¿Alguna fórmula mágica?

- Mantener una línea, una profesionalidad y una personalidad como empresa. Hacer los trabajos en la forma que quiere el cliente y en el tiempo. Y tengo muy buen equipo y además también peleo y les digo a algunos clientes que no pueden jugar conmigo cada dos por tres cuando hay una competencia en el campo. Nuestros clientes principales mantienen una seriedad y unos precios, pero hoy en día también encuentras empresas que se aprovechan de la crisis y vienen diciéndote que hay otras de tu competencia que están trabajando por menos dinero, y yo les digo "bueno, yo tengo una línea marcada y no puedo andar subcontratando gente rara para abaratar los costes. No, no... Ilunki tiene una seriedad y tiene una línea. Y los precios se ajustan, sí, pero de ajustar los precios a la tiranía hay una diferencia que yo no voy a aceptar en la vida".

- ¿En una empresa con 30 personas la comunicación también es tan directa?

- Sí, de hecho a mí me gustaría poner en alza la importancia de la comunicación real entre dirección y trabajadores. Hay gente que me dice que con treinta personas a mi cargo debería tener dos representantes sindicales, por ejemplo, pero yo creo que se equivocan y si me lo propusiera un sindicato me negaría a ello. Y me negaría en un aspecto positivo. ¿Por qué? Porque yo me comunico con las personas de esta empresa. Les hago saber lo que hay, lo que tenemos entre manos. Para mí el sindicato tendría valor en las empresas muy grandes en las que hay que buscar el bien entre el empresario y los trabajadores, pero hoy en día en Gipuzkoa lo que se multiplican son muchas empresas pequeñas, y las empresas pequeñas ya suelen tener su comunicación buena entre ellos. Claro, para eso hay que hablar claro, la gente debe saber cómo estamos, qué es lo que hay, lo que cuestan las cosas, por qué no puedo valorar como quisiera otras...

- Generalmente los empresarios con empresas pequeñas y medianas tienen fama de no descansar demasiado. ¿Es así?

- Yo llevo años sin vacaciones, le digo sinceramente. Con el mercado que tenemos hoy en día tan apretado es muy difícil descansar? Y cuando hay proyectos fuertes tienes que estar encima de ellos día a día, ahí no valen peros, así que descansar, poco, pero no me quejo. También le digo que a veces soy un poco masoquista. Termino casi de pagar una empresa y me meto a un pabellón mayor, terminamos un proyecto y ya estamos en otro? Pero bueno, esa es mi vida... A veces no salen las cosas, pero nos va bien.