La economía vasca sostiene el pulso aunque ya nota el efecto de la alta inflación

En este balance del Gobierno Vasco también se aprecia, aunque en menor medida, que la inversión modera su ritmo de crecimiento. Por el lado de la oferta, los servicios ligados al consumo son los que más suavizan su incremento, mientras que la industria y la construcción mantienen el ritmo del mes anterior.

En los últimos meses, el termómetro de la economía vasca ha ido acreditando este crecimiento «sólido». En concreto, en enero alcanzó los 131,6 puntos, tres décimas por encima del valor de diciembre (131,3) y ocho si se compara con el valor de noviembre de 2021 (130,8). A partir de ahora, el escenario se verá alterado el impacto de una energía con precios desbocados, los cuellos de botella en los suministros de las materias primas y la incertidumbre introducida por la invasión en Ucrania.

Este termómetro, que se elabora mensualmente sobre la base de más de 100 indicadores de la economía vasca, arrancó en enero del pasado 2021 con 42,1 puntos (decrecimiento) para ir remontando de una forma sostenida en el curso de los meses siguientes. En marzo (67,2) la economía entró en la zona de «crecimiento suave» para irrumpir al mes siguiente con 138,1 puntos en la zona de «crecimiento sólido», plano en el que se ha mantenido desde entonces.