Borrar
Aizega, Arzak, Subijana, Arbelaitz y Aduriz, en un momento del coloquio. LUSA
«Nos echamos a la piscina sin saber si había agua»

«Nos echamos a la piscina sin saber si había agua»

Elena Arzak, Subijana, Aduriz y Arbelaitz aportaron el maridaje entre empresa y talento

Fernando Segura

SAN SEBASTIÁN.

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 19 de enero 2019, 09:46

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando se habla de empresa y talento, lo habitual es que pensemos en la industria 4.0 y similares. Sin embargo, si en alguna actividad el maridaje de ambos conceptos resulta perfecto, ésta es la gastronomía. De ahí que la presencia en la cita de Adegi de algunos de los más grandes cocineros guipuzcoanos estuviera más que justificada. Pedro Subijana, Andoni Luis Aduriz, Elena Arzak e Hilario Arbelaitz se ausentaron de sus cocinas un par de horas para explicar en Tabakelera su experiencia ante un auditorio donde se encontraba lo más granado del mundo empresarial guipuzcoano. Previamente, José Mari Aizega, director del Basque Culinary Center, subrayó que el sector gastroalimentario se ha convertido en una imagen de marca de referencia para Euskadi, sin olvidar que supone el 10% del PIB vasco.

El primero en intervenir en el coloquio fue Pedro Subijana, quien reconoció que la decisión de aquellos jóvenes que iniciaron el camino de la nueva cocina vasca, entre ellos él mismo, «fue como echarse a la piscina sin agua». El propietario de Akelarre añadió que se partía de un recetario, de una forma de hacer «con prestigio, pero decadente. Nosotros aportamos un sentido crítico».

Este mismo espíritu emprendedor quedó patente en la intervención de Andoni Luis Aduriz. «Somos unos osados, porque no hay tanta gente dispuesta a dar la vuelta al guión consabido. Todavía quedan cosas por indagar y en eso estamos». Además de osadía, el 'chef' de Mugaritz explicó que en su carrera también ha habido una gran dosis de «ingenuidad». «El trayecto ha sido muy complicado. Si me hubieran contado en mis comienzos por todo lo que iba a pasar -indicó Aduriz- quizá me lo hubiera pensado».

Elena Arzak recordó que conoció a aquellos jóvenes cocineros, llamados a revolucionar los fogones, en las reuniones que organizaba su padre en el restaurante del Alto de Miracruz. «Yo tenía diez años cuando estos señores dieron los primeros pasos para situar nuestra gastronomía en la élite mundial. El esfuerzo que realizaron fue brutal, porque afrontaron grandes riesgos económicos. Y aquí siguen -remachó Elena Arzak- dando guerra».

Hilario Arbelaitz, por su parte, reconoció que no quería ser cocinero, pero las circunstancias familiares hicieron que tuviera que hacerse cargo del restaurante familiar. La situación dio un giro total cuando «conocí el movimiento de la nueva cocina. Ahí me entró el gusanillo».

Ahora, tras el camino recorrido, la receta pasa por, como subrayó Elena Arzak, «no morir de éxito y seguir en la brecha».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios