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Imagen de archivo de una descarga de pescado en el puerto de Hondarribia. Mikel Fraile
La caída del precio del pescado en lonja hace sopesar a los armadores el cese de las faenas

La caída del precio del pescado en lonja hace sopesar a los armadores el cese de las faenas

Especies como la merluza han pasado de pagarse, en una semana, desde los 7,25 euros por kilo a los 4,50 euros

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Martes, 24 de marzo 2020, 06:40

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La crisis del coronavirus sigue impactando en todos los sectores de la economía. Uno de ellos es el de la pesca, ya que la brusca caída de los precios del pescado en la lonja de Ondarroa, mercado de referencia vasco por acoger el mayor volumen de especies, está haciendo que los armadores sopesen el cese de las faenas. Las cotización de diversas especies en la primera venta se hundió ayer con una reducción media aproximada del 40% con respecto a los precios registrados hace una semana.

Así, la merluza pasó a pagarse ayer en lonja a 1,99 euros/kilo frente a los 3,35 euros que alcazaba el pasado día 16. La lubina cotizó hace una semana 7,25 euros y ahora el kilo está a 4,50. El congrio, otra de las especies que aporta la flota de altura al fresco, ha pasado de 3,06 a 1,15 el kilo. En cuanto al rape, el negro y el blanco, se pagaba, respectivamente, a 5,43 y 4 euros el kilo, y ha caído a 3,47 y 2,09 euros.

Precios del pesado

  • Merluza: De pagarse, en lonja, el pasado día 16, a 3,35 euros/kilo, ayer se pagó 1,99 euros.

  • Lubina: Cotizó hace una semana a 7,25 euros/kilo y ha bajado a 4,50.

  • Congrio: De 3,06 euros ha pasado a 1,5.

  • Rape: El negro y el blanco, se pagaban, respectivamente, a 5,43 y 4 euros kilo, y ayer, a 3,47 y 2,09 euros.

Kiko Marin, gerente de la Organización de Productores de Ondarroa, aseguró que los armadores se dividen entre «seguir o parar». Todo ello evidencia que ningún sector económico tiene garantías de sortear los efectos de la crisis del coronavirus. Y es que la flota tiene que afrontar unos gastos fijos antes de salir a la mar, con lo que si encuentra unos bajos precios en la lonja no le resulta rentable acumular pérdidas, por lo que es más lógico que interrumpan la actividad.

Por todo ello, los armadores mantuvieron ayer por viodeconferencia una reunión con responsables del Gobierno Vasco y de las cofradías para plantearse si, en esas condiciones, les sale a cuenta seguir saliendo a faenar. Porque el problema está siendo generalizado. Así, en el Mediterráneo, hace una semana el kilo de gamba roja se pagaba a 100 euros el kilo y ahora está a 10 euros. La gamba roja acaba de salir de una de las vedas ecológicas que se decretan para asegurar su sostenibilidad. En todos los mares, el hundimiento de los precios está motivado por la ausencia de demanda, provocada por el cierre de restaurantes y de bares.

Ante la ausencia de cliente, muchos pesqueros vuelven a puerto pensando en cuánto dinero habrán perdido con la jornada, porque los costes fijos casi superan a los que se obtienen a la vuelta. Y no se puede olvidar que los marineros cobran una parte en función de los precios obtenidos. Aunque los problemas afectan según cuál es el arte de pesca que utiliza cada uno de los barcos pesqueros, el problema está siendo muy similar.

Los que utilizan el arte de cerco están llevando a cabo la campaña de verdel, pero han anunciado que retrasan la costera de la anchoa hasta el 12 de abril. Su problema es que tienen que convivir en un reducido espacio hasta una quincena de personas y es difícil cumplir con las condiciones impuestas por las autoridades sanitarias para evitar los contagios del coronavirus. Los guantes los pueden utilizar, pero es difícil el uso de máscaras en plena mar. Y el temor a contagios ha provocado que muchos pescadores no quieran correr el riesgo.

Ayudas

El presidente de Cepesca, Javier Garat, ha solicitado al Gobierno central y a la Comisión Europea una serie de medidas mediante la utilización de parte de los más de 1.000 millones de euros del Fondo Marítimo y Pesquero para que se pueda subsidiar un paro como el que está sufriendo parte de la flota pesquera española. Es de esa partida de donde salen las ayudas que reciben los pescadores cuando se ven obligados a paralizar algún tipo de pesca a causa de vedas ecológicas. «Queremos tener las mismas condiciones que, por ejemplo, marca el decreto aprobado por el Gobierno para los ERTE» para una situación de fuerza mayor como es el coronavirus, declara Garat.

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