CAF arranca el año a toda máquina y se mueve ya con mejores números que en 2019

Los números no mienten, y aunque se refieran solo a un trimestre no dejan de ser indicativos de la situación. Y es que si entre enero y marzo de 2019 la firma logró ventas por valor de 636 millones de euros, ese apartado ha subido ya a 662. El beneficio neto hoy asciende a 16 millones de euros, que comparan con los 14,4 de entonces. Y el ebitda muestra la misma fortaleza que entonces, con 57 millones.

Además, la reciente adjudicación en Francia de un importantísimo contrato –próximo a los 1.000 millones– con las autoridades de transporte de París (que ha estado un tiempo en vilo por las malas artes demostradas por un Alstom que ha terminado capitulando) y la fortaleza exhibida por Solaris –la filial especializada en autobuses 'limpios'– han hecho que la cartera de pedidos esté a solo 'un vagón' de romper su récord histórico, marcado, precisamente, en diciembre de 2019.

En aquel momento, la cartera, que no deja de ser un seguro de vida para las fábricas, pues responde a pedidos que habrá que afrontar, estaba en 9.446 millones de euros, cifra nunca alcanzada. Hoy, y sumando a los 9.226 millones de cierre del primer trimestre los contratos ganados en las últimas semanas (regionales en Suecia por 250 millones, tranvías en Lisboa por 43 y autobuses en Madrid por 73) y restándole las ventas de abril ( unos 225 millones) la cartera se eleva a unos 9.407 millones. Una cota que deja a falta de muy, muy poco un nuevo máximo histórico.

El impacto de la pandemia en el conjunto de la economía, que aún persiste, ha hecho olvidar en cierto modo de dónde veníamos. Y es que 2019 fue un año excelente, que puso la guinda a la recuperación iniciada tras la anterior crisis, lo que eleva el grado de dificultad de regresar a aquellos niveles apenas un año después de que se desatara la crisis del Covid.

«El 2020 ha sido un ejercicio marcado por la pandemia, en el que la rápida ejecución del plan de contingencia, combinada con la estrecha relación con nuestros grupos de interés (clientes, proveedores, trabajadores, inversores...) han permitido a CAF mitigar significativamente su impacto. De cara a próximos ejercicios, y con las reservas sobre la evolución del virus, el grupo aspira recuperar los niveles de crecimiento rentable anteriores a la pandemia y mejorar su valoración de sostenibilidad«, señala la compañía en su informe anual.

Las principales razones que soportan estas expectativas –añade CAF– son «las buenas perspectivas para la recuperación de los sectores de transporte ferroviario y movilidad urbana, el continuo desarrollo de la electromovilidad urbana, donde la empresa está bien posicionado con su oferta combinada (ferrocarril y autobús) y la apuesta decidida de las autoridades por la movilidad sostenible, impulsada por el European Green Deal, dentro del Plan de Reconstrucción europeo, donde el Grupo aspira a maximizar su participación«.

En esta tesitura, repleta de desafíos, CAF ha vuelto a la 'bicefalia' que tuvo en su día y que tanto agrada a los mercados. Acaba de nombrar a Javier Martínez Ojinaga consejero delegado (cargo que ocupará plenamente desde septiembre) para, junto a Andrés Arizkorreta, que se mantiene como presidente, afrontar esos retos de futuro que pasan por el crecimiento, la digitalización y la sostenibilidad en toda la firma.