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Begoña Pérez Villarreal, directora de mercado de Azti.

«Podemos promover desde Euskadi un gran cambio en la industria alimentaria»

DIRECTORA DE MERCADO DE AZTI

Jorge Murcia

Viernes, 3 de febrero 2017, 11:38

Hace dos años la población mundial rondaba los 7.350 millones de personas, y se espera que en 2025 supere los 8.100 millones. Cada vez más bocas que alimentar frente a un sistema de producción insuficiente y, lo que es peor, ineficiente hasta casi lo obsceno: el 25% de la comida que se genera en el planeta acaba en la basura. La sostenibilidad de la cadena alimentaria es uno de los preceptos que guían al EIT Food, un gran consorcio europeo que se ha propuesto revolucionar la forma de producir, distribuir y consumir alimentos. Son 50 empresas, universidades y centros de investigación de la Unión Europea implicados en un plan de actuación que contempla la inversión de 1.400 millones de euros en los próximos siete años. Azti-Tecnalia es cabeza visible del nodo Sur del proyecto, que aglutina a 11 socios y 14 empresas innovadoras, entre las que se encuentra la guipuzcoana Angulas Aguinaga. Begoña Pérez Villarreal, directora de mercado del centro de investigación vasco -y responsable interina del nodo Sur de EIT Food- cree y espera que Euskadi pueda ser protagonista principal en el diseño de los alimentos del futuro.

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¿Cómo y por qué se involucra Azti en este proyecto?

Se trata de una iniciativa en la que estamos trabajando desde hace casi tres años, aunque no se ha hecho oficial hasta el pasado mes de noviembre. Es una ocasión única para poner al sector alimentario en el lugar que le corresponde en Europa. Hablamos del sector manufacturero que emplea a un mayor número de personas en Europa y muchas veces es tachado de poco innovador, muy tradicional en algunos círculos, como un defecto. Hemos luchado para que el EIT considere suficientemente interesante un futuro de innovación para el sector alimentario, y esa fue la razón de que nos involucráramos de forma muy intensa en construir un consorcio que fuera suficientemente innovador para responder al reto.

¿Cuánto dinero se invertirá en el proyecto?

Exactamente 1.600 millones de euros. Esta cantidad está compuesta por la inversión de los 50 socios de la iniciativa, con la participación de universidades y de centros tecnológicos, y del sector industrial más puntero europeo en el campo de la alimentación. Estos socios ponen 1.200 millones, que luego se verán complementados por 400 millones que proporciona la Comisión Europea a través del EIT.

¿A qué se va a destinar ese dinero?

Tenemos cuatro áreas importantes de actuación. Uno, lo que podríamos decir proyectos de innovación que den como resultado nuevos proyectos, nuevos servicios, 'startups' La segunda es la creación de nuevos negocios a través de varias aceleradoras en distintos puntos de Europa. La tercera es la educación, que es muy importante para poder crear proyectos de innovación y negocio. Abarca no sólo estudiantes universitarios. También pretende llegar a los trabajadores de las industrias alimentarias europeas, y a sectores de la sociedad civil: poner el foco en los niños, en los mayores, transmitiendo aspectos que consideramos clave tanto de la alimentación como de la nutrición. Hablamos de cursos de verano, másters internacionales que combinar con el trabajo en centros de investigación, industrias, la universidad, etc. Los seis programas de educación que tenemos previsto poner en marcha durante los siete años que mínimo durará el proyecto están basado en nuevos formatos de educación, como por ejemplo los cursos online. Queremos hacer más atractiva la educación en ciencia y tecnología de alimentos, y en la educación para los estudiantes. Creemos que no está suficientemente valorada. La cuarta área es la comunicación. El consumidor europeo necesita ver asegurada su confianza en el sector, y creemos que una comunicación de valor, con datos y resultados científicos puede ser una herramienta muy importante para nuestro proyecto.

¿Cómo creen que esta iniciativa puede impulsar o transformar el sector de la alimentación?

Es muy importante el partenariado que hemos elegido, los socios. Han sido seleccionados bajo tres premisas: la excelencia, la complementariedad y su capacidad. Basándonos en la actividad y su interés en hacer cosas nuevas en el sector, y con el impacto que nos hemos marcado para todas nuestras actividades, podemos proponer un cambio en el sector. Hay cuatro datos fundamentales para nuestra actividad: hemos prometido crear 350 'startups' en los primeros siete años en toda Europa. Vamos a educar entrenando en la realidad del sector a 10.000 estudiantes, y vamos a desarrollar 290 productos o servicios, o mejorarlos. Y ayudaremos a que las emisiones de gases contaminantes en el sector alimentario descienda en un 40% para el año 2030. Son unas metas muy exigentes, pero somos conscientes de que las hemos prometido y nuestras actuaciones van dirigidas a conseguir esos impactos.

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¿De qué manera se puede implicar el consumidor en esta iniciativa?

En el área de comunicación, resulta fundamental cómo conseguir que el consumidor participe 'cocreando'. Es decir, que nos guíe desde el inicio del diseño de las ideas para innovación. Es muy frecuente que en los centros de investigación empecemos a desarrollar cosas y en la fase final validemos con el consumidor el producto. En el EIT queremos que esté presente desde el momento cero. Que participe en su diseño, antes de empezar con los desarrollos tecnológicos. Es un reto, y no va a ser lo más fácil y sencillo porque vamos a tener que innovar mucho para conseguirlo. Hablamos siempre de 'el consumidor', pero no es verdad, porque somos distintos tipos de consumidores.

Cuando hablamos de innovación en el mundo alimentario, ¿hablamos sólo de nuevos productos?¿En qué otras áreas del sector se puede innovar?

Estamos convencidos de que la producción de alimentos va a cambiar en los próximos años. Vamos a acercar las 'fábricas' productoras a los lugares de consumo. Para ello vamos a necesitar, por ejemplo, nuevos electrodomésticos que nos faciliten el procesado de alimentos, que necesitarán a su vez materias primas preparadas de manera diferente a lo que estamos acostumbrados ahora. Todos hemos visto la evolución de internet. La comida nos llega a casa o lo recogemos en un determinado punto. Esto se integrará en la cadena alimentaria. Y también veremos cambios en la preparación y la distribución de los alimentos, tanto a nivel canal Horeca (hoteles, restaurantes, colegios.) como en casa.

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Pero, ¿cómo puede afectar todo este proceso a las empresas tradicionales de distribución?

Tenemos empresas de distribución en nuestro consorcio muy interesadas y que son muy activas sugiriendo nuevas ideas y formas de llegar al consumidor, porque ellos también están viendo cómo hay cambios y cómo el consumidor está demandando diferentes tipos de productos y materias primas. Por ejemplo, ya hay algunos supermercados a los que el consumidor acude desde con sus propias bolsas, envases y botellas para empaquetar la materia prima. Se hace con leche, cereales, etc. Una parte de consumidores está muy concienciado con temas de sostenibilidad, de disminuir también el packaking, y van a ver cubierta esa demanda con determinados supermercados o en determinadas áreas del mismo.

¿Y en la cadena de producción?

La sostenibilidad es algo que entró hace ya años en muchos aspectos de la sociedad, y por supuesto también en el sector alimentario. Ser muy cuidadosos con todos los recursos que utilizamos en una empresa. Hablamos no sólo de una materia prima alimentaria, sino también de energía, agua, etc. Esto es algo en lo que el sector está muy concienciado. Pero va a ir a más, de eso no hay duda. Y lo necesitamos, porque el número de habitantes del planeta está creciendo, y la mayor parte de los ciudadanos sabemos que los recursos naturales no son indefinidos. La industria lo tiene muy claro, porque es un aspecto que incide directamente en su economía, y el consumidor empieza a estar muy concienciado. Necesitaos potenciarlo mucho más aún porque el 25% de lo que producimos lo tiramos a la basura. Son cifras que nos deberían avergonzar, y tenemos que combatirlo.

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¿Quién y en base a qué ha elegido a los socios del proyecto?

Entre el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Azti conformamos la semilla que hemos agrupado a los socios españoles. La elección ha sido consensuada entre todos, para sobre todo fomentar la complementariedad la excelencia en todos los subsectores de la alimentación. Además, nuestro consorcio no está circunscrito al 100% al sector alimentario tradicional, sino que tenemos socios industriales y también del mundo académico en áreas de especialización que nos parecen fundamentales hoy en día para innovar en el sector. Por ejemplo, en temas digitales tenemos a Siemens, a Bosch en el terreno de los electrodomésticos y de 'packaging'. Es un consorcio combinación de la excelencia en nuestro sector tradicional, pero también tenemos agentes de otros sectores que están francamente muy interesados en fomentar la innovación en el sector.

¿Cómo puede afectar este proyecto al sector en Euskadi?¿Qué papel puede jugar nuestro territorio?

Por eso estamos tan interesados desde Azti no sólo en formar parte del consorcio, sino en ser una parte superactiva. Lo primero que hemos conseguido es que la primera actividad que vamos a hacer este año en el consorcio (22 y 23 de febrero) es un 'marketplace event' para emparejar a nuestros socios, responder a la primera convocatoria de actividades de creación de negocio, innovación y comunicación. Los 50 socios estaremos en Bilbao dos días completos mirando tendencias de consumo para los próximos años, intercambiando ideas, formando consorcios para responder y proponer actividades para los próximos dos años. Esos días haremos un evento interno, porque uno de nuestros 50 socios es una asociación de startups, la hemos creado nosotros, se llama 'Rising Food Stars'. Son 39 'startups' que hemos seleccionado en Europa por su excelencia y sus posibilidades de futuro. Todas ellas estarán en Bilbao enseñando y compartiendo sus productos. Hay seis españolas, pero ninguna vasca. Tenemos que fomentar las startups del sector gastronómico y alimentario en el País Vasco. Es un deber que nos hemos marcado en Azti. Y va a ser uno de los resultados en los próximos años. Eso esperamos.

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¿Hay mayor concienciación en la relación entre salud y alimentación?

La conexión entre salud y alimentación cada vez es más cercana, y eso se está reflejando en la formulación de los alimentos y en los nuevos que nos van a llegar. El mayor conocimiento científico que tenemos todos los meses sobre cómo los alimentos inciden en nuestra nutrición y salud. Y eso lo tenemos que ver reflejado en nuevos alimentos.

¿Cree que existe un déficit de confianza en el consumidor?

Todo esto está relacionado efectivamente con la confianza, porque hay cosas que no están claras, que no se han comunicado bien. Y porque hay prácticas que son claramente mejorables. La tendencia a que la transparencia, la trazabilidad y la información estén disponibles para el consumidor que quiera invertir una parte de su tiempo en comprobarlo es indiscutible a nivel mundial. Tenemos que facilitar que el consumidor que quiera invertir parte de su tiempo en conocer el origen de las materias primas, el tipo de procesado de los alimentos que compra. Es uno de los programas de innovación. Digitalizar el sector en el sentido de que la información que se genera desde la materia prima desde el procesado hasta el consumo pueda estar disponible dentro del sector para los distintos agentes industriales en los eslabones de la cadena, pero también para el consumidor. Es la transparencia en la información de la cadena alimentaria. Nos parece fundamental.

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