«Vivíamos al día y ahora tenemos cartera de pedidos para dos años»

La crisis económica obligó a Lanik a reinventarse. La compañía abandonó la estrategia de ir de la mano de constructoras que, con tal de ganar concursos, apretaban los precios al máximo. Hace cinco años la firma decidió apostar por liderar proyectos complejos y de gran volumen, un giro que ha tenido unos resultados espectaculares. Andrés Barbadillo, CEO de Lanik, explica que «hasta el verano vivíamos al día. Ahora tenemos trabajo garantizado para dos años. Antes ganabas los concursos ahorrando en presupuesto, mientras que ahora nos contratan porque somos capaces de dar soporte a las ideas complejas de los arquitectos».

Uno de los retos radica en aumentar el tamaño de las obras a afrontar. «Un proyecto con un presupuesto de 800.000 euros requiere la dedicación completa de un equipo de cuatro o cinco personas. Si la instalación a realizar tiene un coste de 13 millones, requiere un equipo de ocho, pero para una facturación quince veces mayor».

Ganar mercados

Barbadillo señala que esta búsqueda de grandes proyectos no supone renunciar a otros de menor cuantía, en especial si sirven para posicionarse en nuevos mercados. Este ha sido el caso de la remodelación de un mercado en Estocolmo. «El presupuesto es de 800.000 euros, pero es la primera obra que vamos a realizar en un país nórdico. De hecho -resalta el director general- ya hemos recibido propuestas de los arquitectos encargados de la rehabilitación para colaborar con ellos en otras iniciativas. Y eso sin haber puesto todavía ni un solo tornillo».