Los cerebros de las empresas, menos optimistas

Son el verdadero núcleo de las empresas aunque, a la vez, probablemente la parte menos conocida exteriormente de las mismas. Hablamos de los departamentos financieros y, más en concreto de sus responsables, quienes tienen una visión privilegiada sobre cómo marchan realmente las compañías, cuáles son sus fortalezas y debilidades, así como por dónde puede ir su rumbo en los próximos años. Y desde esa atalaya privilegiada también ellos pueden hacer un análisis muy interesante sobre la marcha económica del país pues, no en vano, las empresas son su motor.

Más de un millar (en concreto, 1.148) han sido consultados por la multinacional Deloitte respecto a su visión tanto de la economía de sus países respectivos como de las propias empresas, y hablamos de firmas de 17 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre ellos Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Noruega, Suecia, Turquía y, el que más nos afecta, España. Aquí los consultados han sido un centenar de directores financieros (98 en concreto) y la principal conclusión que se extrae de sus respuestas es que son algo menos optimistas, tanto a nivel nacional como sobre sus compañías, que hace un trimestre.

Para tres de cada diez responsables financieros (el 28%) la situación de la economía nacional es «buena». Sin embargo, desciende la proporción de quienes la consideran regular -ya no es el 69% el que piensa así sino el 65%- al tiempo que aumenta el peso de los que la ven francamente mal; de hecho, estos últimos se triplican con creces (pasan de representa el 2% al 7%) si bien todavía son minoría. A un año vista, no obstante, la perspectiva mejora de forma sensible.

Ahora son un 30% de esos directivos los que piensan que dentro de 12 meses la economía española seguirá creciendo, casi diez puntos más (antes era el 21%) que en la encuesta anterior realizada hace medio año. Asimismo, se mantiene la representación de quienes piensan que más bien estará «en lenta recuperación» (ahora un 56%, un punto menos).

Llama la atención, sin embargo, que pese a los buenos datos de crecimiento -el Gobierno y la mayoría de los institutos coinciden en que España subirá este año, en términos de PIB, en torno al 3,2% y por encima del 2% el próximo ejercicio- todavía haya quienes piensan que el país podría estancarse o, incluso, retornar a la temida recesión. Son en cualquier caso relativamente pocos -aproximadamente tres de cada 20 responsables financieros consultados- y, además, claramente menos que hace seis meses (ahora un 14% y antes un 21%).

La consolidación, en 2017

Dos tercios de esos directivos, no obstante, apuestan por que la economía española logrará consolidar su crecimiento durante 2017, lo que significaría que al menos en términos macroeconómicos la crisis pasaría ya a los libros de historia. Para cuatro de cada 10 esa conversión hacia una situación estable se producirá durante los próximos seis meses mientras que un 25% sitúa ese horizonte en la segunda mitad de año. El otro tercio, por contra, es menos optimista -o más pesimista, según como se mire- pues para ellos el afianzamiento económico llegaría ya a partir de 2018.

El precio del petróleo -que, tras las subidas de las dos últimas semanas al calor del anuncio de la OPEP de que reducirá su producción el año próximo, volvió a situarse el viernes por debajo de los 50 dólares el barril (de clase Brent) por el escepticismo a que el cartel petrolero termine cumpliendo o no su promesa-, junto a los tipos de interés -donde el BCE no prevé movimientos ni al alza ni a la baja a corto plazo- y la evolución económica del resto de socios europeos, fundamentalmente de los países a los que más exporta España, como Francia y Alemania- son a juicio de la mayoría de los profesionales consultados (entre el 75% y el 80%) las tres variables de mayor impacto a las que se enfrenta la economía nacional.

Riesgo para las inversiones

Claro que también les ha tocado a los directivos financieros analizar la marcha de sus empresas y su opinión al respecto es bastante menos optimista que hace medio año. Entonces prácticamente ocho de cada 10 consideraba que sus perspectivas financieras iban a mejorar, algo que hoy solo piensan dos de cada tres (el 67%). En materia operativa la consideración mejora, de modo que siete de cada 10 (el 72%, casi lo mismo que en la encuesta anterior) piensan que aumentara la cifra de negocios, aunque hace dos años había prácticamente unanimidad al respecto (95%).

Que parte de estos profesionales tienen dudas respecto la evolución real de sus empresas queda claro si se observa que más de la mitad (53%) no considera que sea un buen momento para asumir riesgos mayores en los balances de sus compañías; al fin y al cabo, tres de cada 10 (el 28%) estima que su facturación será menor o, como mucho igual, dentro de 12 meses. Además, dos de cada 10 (el 19%) cree que sus costes operativos van a aumentar en ese tiempo y menos de un tercio (32%) piensa que estarán en disposición de aumentar sus plantillas.

En otros países de nuestro entorno, empero, la valentía empresarial en esta materia es todavía menor. Como promedio, solo el 28% de los consejeros europeos consultados ve este momento «adecuado para invertir», mientras que en la Eurozona llegan a representar el 30%.

Las causas de que uno de cada dos directores financieros en España no tenga claro si su compañía debe invertir más en esta coyuntura son de nuevo múltiples. Las principales, eso sí, serían la interinidad en que ha estado el Gobierno durante más de 10 meses por la inestabilidad política, la incertidumbre económica global -pese a que el 68% de los consultados sigue sin ver impactos negativos del 'Brexit' en su empresa- y la falta de certezas sobre la política fiscal -la encuesta se hizo antes de que el Consejo de Ministros aprobara hace una semana una subida de impuestos en las empresas, las bebidas y el tabaco por valor de 8.000 millones de euros para 2017-