El Gobierno Vasco no teme que la escalada de confrontación de LAB afecte a la incipiente recuperación económica
Considera que no existe una especial conflictividad pese al bloqueo de la negociación colectiva
pilar aranguren
Domingo, 5 de junio 2016, 08:18
La nueva fase de confrontación que pretende impulsar LAB para el próximo año, llevando la conflictividad no solo al ámbito de la empresa, sino también ... a otras esferas, como puede ser la pública, en un intento de restablecer las condiciones laborales y sociales cercenadas por la crisis y por políticas que entienden neoliberales, no preocupa por el momento demasiado al Ejecutivo vasco, ya que considera que esa mayor conflictividad no supondrá un freno a la incipiente recuperación económica.
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El Gobierno liderado por Iñigo Urkullu hace gala en los últimos meses de que Euskadi está siendo una "isla de estabilidad" en el mapa de inestabilidad política que vive el conjunto del Estado y que ya está afectando a algunos aspectos económicos, como apuntan diversos expertos. Pues bien, el Ejecutivo vasco no teme que "ese remanso de paz" se vea enturbiado por una escalada de conflictividad que pretende superar las limitaciones de la negociación colectiva a raiz, sobre todo, de la última reforma laboral.
Un salto cualitativo
Fuentes consultadas por EL DIARIO VASCO, no dan por el momento excesiva importancia al anuncio realizado la pasada semana por la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, quien auguró un salto cualitativo en la estrategia del sindicato abertzale, que hace un año inició una reflexión profunda sobre un nuevo modelo de acción sindical con el que superar los topes y límites que existen para dar una respuesta efectiva ante la actual coyuntura. Una estrategia que pasa, como ya avanzó este medio, por crear la suficiente conflictividad en las empresas para que la situación se haga insostenible, de modo que las asociaciones empresariales se convenzan de la conveniencia de firmas acuerdos tanto en el ámbito empresarial como sectorial.
Aunque la conflictividad no se circunscribirá a la negociación colectiva, ya que la central abertzale está convencida de que "no hay posibilidades de que la mera negociación de convenios vaya a transformar la realidad". Considera que existe una amplia realidad que requiere de una respuesta contundente, como pueden ser la precariedad o la discriminación salarial, entre otras cuestiones.
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Además, LAB no quiere avanzar sola en ese camino y tratará de buscar compañeros de viaje. Su aliado natural es ELA, con quien buscará crear una alinaza que fortalezca esa estrategia. La central nacionalista ya ha adelantado que está dispuesta a estudiarlo. Su secretario general, Adolfo Txiki Muñoz, mostró una "voluntad sincera y manifiesta para hablar con LAB e intentar resolver los elementos que les ha diferenciado en el pasado reciente, como son la interpelación a toda la clase política o las distintas estrategias en materia de negociación colectiva. Ambas centrales son conscientes del potencial laboral, social y político que tendría esta entente". Según ha podido saber este medio, hay una voluntad clara por ambas centrales de avanzar por ese camino, aunque son conscientes de que no será sencillo.
Pues bien, preguntado al respecto, el Ejecutivo vasco no se plantea por el momento los efectos que tendría dicha alianza. Considera que el camino que tienen por delante ambos sindicatos no es sencillo, por lo que entiende que todavía es algo aventurado ponerse en ese escenario y menos en el salto cualitativo que supondría una alianza sindical entre dos fuerzas que han apostado en los últimos años por la confrontación. Entiende que pese al bloqueo de la negociación colectiva no existe una especial conflictividad, en la medida en que no se está traduciendo a huelgas, por lo que la situación es perfectamente sostenible.
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Visión del Consejo de Relaciones Laborales
Sin embargo, la visión que tiene el Consejo de Relaciones Laborales es muy diferente. Considera que la actual coyuntura, en la que se firman convenios con cuentagotas y con un porcentaje muy elevado de trabajadores con sus convenios decaídos o pendientes de renovar, no es bueno ni a corto ni a largo plazo, máxime porque se está perdiendo cada vez más terreno en el ámbito vasco de negociación colectiva, en la medida en que cada vez más convenios dependen de lo que se firma en Madrid.
Un exponente ha sido el Acuerdo Estatal del Metal, que ha enfrentado a los sindicatos nacionalistas con los de corte confederal, pero también a ELA con el Ejecutivo de Urkullu, y especialmente con el lehendakari, tras la negativa de éste a recibir a su secretario general, lo que ha puesto en evidencia la brecha existente entre ambos tras las reiteradas críticas de 'Txiki Muñoz' y su sindicato al Ejecutivo. Unas relaciones que están muy deterioradas y que podrían agravarse en caso de que se materialice la alianza.
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