El mal tiempo alivia el bolsillo de los consumidores eléctricos

El viento y la lluvia pueden resultar elementos muy incómodos en el transcurrir de nuestra actividad diaria, pero lo cierto es que son aliados de nuestros bolsillos. Al menos, en lo que se refiere a la factura eléctrica. Cuando estos dos fenómenos meteorológicos abundan, el mercado eléctrico diario, el que sirve para determinar el precio de la electricidad consumida, experimenta un acusado descenso. Y esto es así porque las tecnologías de generación eólica e hidráulica son más baratas que otras como el carbón o el gas.

Un ejemplo claro de todo esto es lo sucedido en febrero, con una gran actividad hidráulica y sobre todo, ventosa. Tal es así que resultó ser el mes con más producción eólica de la historia (desde que se tienen mediciones): los 6.091 gigavatios por hora generados sirvieron para cubrir el 30,2% de la demanda, un 2,4% más que en febrero de 2014 según datos de Red Eléctrica.

Como consecuencia de todo ello, el mercado eléctrico ('pool') acabó el mes con una media de 27,49 euros por megavatio a la hora (Mw/h). Una cifra que no era tan baja desde abril de 2014, cuando acabó por debajo de los 27 euros. Hubo días, como el 27, en el que el Mw/h se pagó a sólo 5,79 euros, el precio diario más reducido en los últimos dos años.

¿Y cómo se traduce esto en la factura de la luz? En primer lugar, hay que matizar que estos cálculos afectan sólo a los clientes acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC). Esto es, la tarifa regulada dirigida a los usuarios con menos de 10 kilovatios de potencia contratada. Según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), son 12,75 millones de puntos de suministro los acogidos a esta modalidad. Los que están en el mercado libre tienen un precio pactado con la eléctrica, por lo general con una vigencia de un año.

Sólo una parte del recibo

El precio del mercado eléctrico determina el que vamos a pagar por kilovatio consumido. Aunque en este lado de la factura, el del consumo, también se incluyen parte de los peajes de acceso. Esto es, lo que sirve para pagar los costes regulados del sistema eléctrico (transporte, distribución, incentivos a las renovables, etc). El resto de los peajes de acceso se abonan en la parte del recibo correspondiente a la potencia contratada. Es decir, lo que pagamos todos los meses independientemente del consumo de electricidad. A mayor potencia contratada, más habremos de abonar por este concepto.

Así que la cotización del mercado eléctrico influye en el importe final de la factura, pero sólo hasta cierto punto, porque los peajes y los impuestos tienen un peso enorme en el recibo (que será mayor cuanta más potencia contratada tengamos). Por ejemplo, la diferencia entre lo que un usuario medio del PVPC (con 4,4 kw de potencia y un consumo anual de 3.500 kilovatios/hora al año) pagaría en su factura de febrero respecto al pasado mes de julio (el más caro de 2015, con 59,55 euros Mw/h) es de 15 euros.

En febrero, esa familia tipo habrá pagado (lógicamente siempre que su periodo de facturación coincida con el principio y final del mes) 53 euros, por los 68 de julio. En aquel mes la producción eólica e hidráulica fue muy baja, y tecnologías como el carbón y el gas tuvieron un mayor protagonismo a la hora de configurar el precio del 'pool'.

Respecto a la factura de enero (cuando el mercado mayorista promedió 36,5 euros Mw/h), la diferencia fue de poco más de cuatro euros, once si se toma como referencia el pasado diciembre. Son cálculos realizados a partir del simulador de factura eléctrica de la CNMC. Para equiparar el consumo de ambos meses se ha tomado como referencia el periodo comprendido entre los días 1 y 29 de cada mes.