Un camión entrando en las instalaciones de Fagor.

Más de 400 proveedores vascos, a la expectativa

El reinicio de la producción devolverá oxígeno a las empresas vascas, que facturaban al fabricante guipuzcoano 136 millones anuales

david taberna

Lunes, 4 de agosto 2014, 13:37

Muchas han tenido que bajar la persiana, otras realizar ajustes dramáticos y en la mayoría adaptar completamente su modelo de negocio. Son las más de 400 empresas vascas que facturaban a Fagor Electrodomésticos cerca de 136 millones anuales y a las que la caída del gigante de Arrasate les llegó en el peor momento: bajo el ojo de la tormenta de la crisis.

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Comprobados los efectos del temido efecto tsunami, la llegada de Cata abre la puerta de nuevo a los proveedores vascos y al empleo indirecto, precisamente en un momento en el que el consumo y la actividad parecen empezar a repuntar tímidamente.

Por supuesto, muchos de los proveedores vascos de Fagor Electrodomésticos siguen, meses después de la quiebra, sin pasar por su mejor momento. La cooperativa dejó una deuda a sus clientes de Euskadi de unos 42 millones de euros, un pasivo que en muchos casos ha resultado demasiado indigesto. De los cerca de 435 proveedores de Fagor contabilizados por el Gobierno Vasco, 60 tienen una deuda superior a 100.000 euros, y representan el 90% del pasivo total.

Impacto de la caída

Por supuesto, el impacto de la caída de Fagor fue notable en las cooperativas del propio Grupo Mondragón que eran proveedoras. Empresas como Orkli, Tajo, Enbega o Fagor Electrónica se llevaron la peor parte. Algunas como Tajo ha podio salir del concurso al que les llevó la caída de Fagor pasando página a la fabricación de línea blanca y apostando decididamente por la automoción.

Muchos se preguntan si la apuesta que Cata también va a hacer por las unidades de frío permitirá a algunas cooperativas recobrar este cliente, una incógnita que pocos ven factible, aunque no descartable.

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Ahora bien, los responsables de Cata ya dejan claro que su oferta y sus planes de negocio tendrán impacto directo en los proveedores guipuzcoanos y vizcaínos, lo que ayudaría a darle un empujón a la ansiada recuperación de la actividad industrial y al empleo indirecto de Gipuzkoa.

Apuesta a largo plazo

La caída de Fagor Electrodoméstico no supuso solo una catástrofe para las empresas del trascendental sector industrial sino para todo los sectores auxiliares. Entre ellos, por ejemplo, el del transporte de mercancías por carretera, al que la caída del gigante le dio el golpe de gracia.

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Por supuesto, el impacto que el resurgir de Fagor tendrá en el territorio no será inmediato. Precisamente, el Gobierno Vasco se ha venido inclinado en las últimas semanas por la oferta de Cata porque suponía la apuesta a más largo plazo, un proyecto con perspectivas de actividad industrial y empleo a diez y veinte años vista.

En sus diferentes ofertas, la propia Cata ya ha apuntando que el aporte salarial en la zona será de 38,2 millones de euros, una cifra que se debería quedar pequeña tras haber reforzado la firma catalana su oferta.

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