Zabaleta saca a pasear el látigo en la final del Aste Nagusia de Bilbao

Ausente Artola y eliminado en semifinales un Albisu que acusó el trote de agosto, Asegarce vuelve a sentir la crudeza del verano. Olaizola II y Larunbe cayeron 9-22 a manos de Elezkano II y Zabaleta en la final del Torneo Aste Nagusia de Bilbao, ayer en el frontón Bizkaia. El zaguero de Etxarren elevó el dominio completo sobre Martija en la semifinal a tiranía respecto a un Larunbe sin capacidad para contrarrestar la exhibición de su rival de posición, designado mejor pelotari de la competición.

Elezkano II y Zabaleta ganan por segunda vez el Aste Nagusia, donde ya se impusieron en 2016. Además, prolongan la hegemonía de su empresa, Aspe, en este torneo. Lleva cuatro victorias seguidas desde 2015.

El verano de José Javier Zabaleta confirma todo lo positivo que apunta desde hace meses. Suma dos torneos, Vitoria y Bilbao, y alcanzó también la final en Pamplona, si bien perdió en aquella ocasión.

Poderoso y elegante a partes iguales, Zabaleta firmó una exhibición de primer orden. Esas devoluciones desde el cuadro ocho al siete cuando los rivales le aprietan, minan la moral de los adversarios cuando se repite en tantas ocasiones. El látigo de Etxarren funcionó a pleno rendimiento. No solo eso, sino que terminó el partido sin fallar una sola pelota. Sus escapadas de inicio de partido llegaron sobre la chapa. Después se convirtieron en cañonazos que bombardearon a un Larunbe que aguantó muchos tantos y cedió en otros ante semejante presión.

Olaizola II movió bien la pelota en los primeros tantos, pero chocó con la defensa de Elezkano II y Zabaleta, firmes en ese apartado. Los tantos caían de su lado y eso minó el ánimo de la pareja de Asegarce. Porque el duelo no fue un camino de rosas al principio. Para el 3-11 habían cruzado ya 297 pelotazos a buena.

Esa renta dio tranquilidad a Zabaleta, siempre bien acompañado por un Elezkano II con las ideas claras y listo a la hora de decidir en busca de qué pelota ir. Seleccionó bien. También mantuvo a raya a un Aimar rebasado la mayoría de las veces, obligado a entrar desde lejos... las contadas ocasiones en las que pudo.

Solo Artola y Albisu en el Villa de Zarautz se han rebelado contra el yugo de Aspe en las competiciones de parejas, que en Elgoibar y Donostia varían de fisonomía: turno para las mixtas.