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Joseba Lezeta
San Sebastián
Lunes, 27 de enero 2025
«Larga vida al remonte», deseó Javier Urriza en su discurso de despedida ayer en un DV Gunea convertido en punto de reunión de familiares, ... amigos, compañeros y admiradores del remontista de Pamplona. La modalidad a la que este pelotari iruindarra llegó a los 25 años procedente de la pala pierde a su refrente de la última década, al relevo de Kotero Ezkurra como número uno de Galarreta. «Aunque llegó tarde, fíjate lo que le ha dado tiempo a conseguir en dieciocho temporadas. Se va un grande», apunta el genio de Doneztebe.
Urriza candará a los 43 años su modélica y ejemplar trayectoria como remontista el sábado 28 de junio en Galarreta, «la catedral» como la define el propio protagonista. Desde Oriamendi apuntan que «ese día veremos un espectáculo como no se ha conocido antes en la pelota». La empresa sitúa alto el listón y se autoimpone presión organizativa.
Antes, el viernes 11 de abril, Urriza se despedirá de la afición navarra en el Labrit de Pamplona, «la Bombonera, donde he metido miles de horas y me hice pelotari. Será un placer». El sábado 8 de febrero comenzará una serie de partidos que puede oscilar entre once y trece según avance en el Erremontari-Sagardoaren txapelketa, competición en la que aspira «a sentirme competitivo». Quienes le conocen de verdad saben que saldrá a la cancha a por todas.
Para dar cuenta de su adiós Urriza eligió el 27 de enero, fecha en la que se cumplían dieciocho años exactos de su debut en el Euskal de Huarte en 2007, con Olazar de compañero frente a Uterga y Zubizarreta. Cayó 35-31. Unos meses después ya era campeón de parejas.
Aquel partido supuso el inicio de una fértil trayectoria en la que destacan ocho txapelas individuales -entre 2012 y 2022 solo se le esaparon las ediciones de 2014, 2019 y 2021- y ocho de parejas -conquistadas entre 2007 y 2023 junto a Lizaso, San Miguel, Etxeberria III, Barrenetxea IV, Larrañaga, Labaka (2) y Azpiroz-. Adornan su palmarés seis títulos del Masters y cuatro del Erremontari-Sagardoaren txapelketa. Ha marcado una época.
43 años tiene Javier Urriza. Nació el 9 de noviembre de 1981 y debutó como remontista el 27 de enero de 2007 en el Euskal.
16 txapelas, ocho en el Individual y ocho en el Parejas, además de seis títulos en el Masters y cuatro en el Erremontari.
1.199 partidos lleva como profesional en 18 temporadas. Terminará su carrera con más de 1.200.
11 partidos le restan a Urriza -serán 13 si llega a la final del Erremontari- hasta su adiós el 28 de junio en Galarreta.
Nunca es fácil decidir cuándo decir adiós. Sobre todo cuando te atrapa y te apasiona lo que haces. «En realidad, ha sido un proceso. Barruntaba la idea desde hace dos años. Quería elegir el momento adecuado. Durante este tiempo hay épocas de pesimismo en las que te preguntas qué haces aquí y rachas positivas en las que la cabeza te pida estirar un poquito tu carrera. Una vez puesta la fecha, quiero seguir compitiendo con los mejores estos meses».
Urriza acaba de volver de unas vacaciones de tres semanas en Filipinas. Y lo hace dispuesto a retomar los entrenamientos para poner a punto el cuerpo con el fin de luchar de nuevo por las victorias y ampliar de paso el palmarés. No ha cerrado ese capítulo.
José Mari Barrenetxea, máximo responsable de la empresa Oriamendi, enumeró las variadas virtudes, no solo deportivas, de quien ha sido referencia de la plantilla durante un largo y a la vez difícil periodo para el remonte. «Se va un atleta; un excelente profesional; un magnífico remontista; un gran estratega a la hora de leer los partidos; un delantero que ha sabido sacar lo mejor de sus zagueros; alguien honesto y humilde fuera de las canchas; y una persona íntegra».
La empresa ha habilitado para la ocasión un bono de acceso a cinco de los once festivales previstos con la participación de Urriza. Podrá adquirirse al 50% del precio y está ya disponible en la página web de la empresa. A partir de este sábado, también en la taquilla de Galarreta.
Acompañaron a Urriza en el anuncio de su despedida antiguos compañeros como Koteto Ezkurra, Iñaki Lizaso y Jon Eizagirre. Compartió vestuario con todos ellos, así como postiormente con Imanol Ansa, Endika Barrenetxea, Iban Larrañaga, Jagoba Labaka -ya retirado- y Aritz Zubiri. Fue campeón de parejas con varios de ellos.
El protagonista del día también se acordó de los remontistas en su comedido y elegante discurso. «Son amigos para toda la vida. Algunos habrán tenido que hacer malabarismos con sus trabajos y sus vidas para poder estar aquí», destacó sin dejar de lado «a los asiduos de Galarreta; a las tres compañías donde he trabajado y que me han permitido compaginar mi dedicación laboral y el remonte; a la empresa con la que debuté, Galarreta, y a Oriamendi, con la que he seguido jugando».
Dedicó asimismo palabras de agradecimiento a «Seve Arcelus, mi consejero y botillero; a Ibai Barón, mi preparador físico, la persona que ha ayudado a ser más ágil a este tronco alto».
Y se emocionó Urriza en la dedicatoria dirigida a su familia. Empezó por su padre, ya fallecido, «quien me inculcó tantos buenos valores y la pasión por la pelota». Siguió por su madre, Resu, «ejemplo de perseverancia y amor», antes de citar a su compañera, Leire, y a sus hermanas, Ainhoa y Amaia. Las cuatro mujeres arroparon al protagonista.
«No he sido el más habilidoso ni el más técnico, pero sí uno de los más cabezones», concluyó Urriza. «El remonte es una lección de vida y será complicado encontrar en el futuro una pasión igual».
Javier Urriza define a Kike Elizalde, intendente de Galarreta, como «el mejor maestro que he podido tener. Esta aventura empezó en 2005. Jugaba a pala y estaba preparando el Mundial de México cuando recibí una inesperada llamada. Me ofrecían pasarme al remonte. No lo veía nada claro. Seve Arcelus, en cambio, no lo dudó. Y empecé a ensayar con Kike».
El exremontista altsasuarra tardó poco en darse cuenta de que habían acertado. «Empezamos a primeros de septiembre en el Euskal. Fueron cuatro meses intensos. Las sesiones eran cada dos días. Aquello iba rápido por su constancia. Los días que no estaba conmigo iba con la cesta al Amaya. Evolucionó tan rápido que cada día parecía que venía una persona distinta».
Añade Elizalde detalles técnicos. «El golpe de costado de Urriza no es propio del remonte. Lo ha importado de la pala. En cambio, en esa modalidad no existe el pelotazo por encima de la cabeza y eso lo aprendió a la perfección. Como ese botecorrido tan característico suyo. Los palazos, cómo se desplazaba en la cancha... Se veía que podía jugar mucho. La pena es que no salgan más pelotaris con esas aptitudes».
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