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Los tacos llegan a la UniversidadJoseba Lezeta
San Sebastián
Viernes, 2 de mayo 2025, 00:11
Jugar a pelota a mano con menos dolor. Esa idea y ese objetivo bullen en la cabeza de Mikel (Usansolo, 27 años) desde que comenzó a tener conciencia de la principal pega del deporte que practica y le apasiona. A la búsqueda de una solución específica, ha investigado y experimentado con tacos, protecciones y distintos elementos que emplean los manistas. «Reconozco que soy un friki de los tacos», admite con una sonrisa.
Mikel ha plasmado buena parte de su trabajo en el trabajo fin de máster que ha realizado con el apoyo y bajo la dirección de Xabier Leibar, médico y profesor del IVEF en Gasteiz. 'Cómo reducir el dolor en la mano y mejorar el rendimiento del taco' es el título y el lema de un estudio profundo cuyo siguiente paso será la elaboración de una tesis doctoral.
Los tacos han llegado a la Universidad a través de la experimentación, la innovación y la tecnología. El siguiente paso, ya emprendido, consiste en salir de las aulas, de los laboratorios y de los despachos para instalarse en la vida cotidiana de los manistas. Lo explica el propio Leibar. «Los tacos son como las zapatillas de los atletas. Si no te duelen y además ayudan a que tu rendimiento progrese, mejor».
Mikel apunta en esa línea que «para la protección de las manos se han utilizado históricamente materiales creados para otras funciones que los pelotaris han adecuado para su tarea. Me refiero a los tacos, al verde... Mi objetivo ha sido desde el principio crear un material adecuado a las necesidades de la práctica de la pelota y que dé la mejor solución posible al dolor provocado por el impacto en la mano de una bola de 106 gramos que llega a 80 km/hora o a una velocidad incluso superior».
El de Usansolo, en colaboración con una empresa de la que elude dar su nombre, ha concebido un material para taco cuya composición guarda «en secreto». Damos fe de que es «más blando y moldeable» del que utilizan hoy en día los manistas profesionales. Añade Estrada que «permite gozar mejor la pelota. La notas dentro de la mano y ayuda a darle la dirección deseada, al mismo tiempo que sientes menos dolor». Hay pelotaris aficionados y de Garfe que juegan con ese taco y han constatado tanto un alivio como la posibilidad de jugar y entrenarse en frontón con mayor frecuencia de la que les permitía antes el estado de las manos.
Atestigua Estrada que «hemos examinado ese material en el propio frontón. Probado durante un mes con tres sesiones semanales entre 150 y 180 pelotazos con una sola mano, sigue intacto, lo cual es garantía de su duración» No tener que renovarlos supone ahorro de tiempo para el manista.
Ha abordado asimismo otros materiales indispensables para la protección de las manos de los pelotaris, como las esponjas, cuya misión consiste «en impedir que la pelota entre y castigue puntos concretos. La que hemos encontrado posee una forma molecular concreta. Es distinta a las que sirven para recoger agua y soltarla».
Adherir de la mejor manera posible los tacos a la mano también forma parte del proceso. El pegamento verde o la resina forman parte del utillaje del manista. «Me preocupa esta cuestión, ya que durante un partido los tacos se despegan. La causa es la sudoración de la mano, que hace que el pegamento no cumpla su función. En casos extremos aparece la hiperhidrosis, la sudoración excesiva, que ha llevado incluso al quirófano a pelotaris como Unai Alberdi, por ejemplo. Estamos investigando métodos, tanto para conseguir que las manos se mantengan secas durante un partido, como pegamentos que resistan mejor el sudor».
Todas las manos presentan distintas estructuras que obligan a adecuar la protección. Mikel aprecia conveniente «escanear la mano para lograr la imagen de su forma entera. Proporciona el tamaño de la palma y de los dedos, las ondulaciones, las líneas, la profundidad... Esos datos permiten una protección a medida».
También posee su teoría sobre la idoneidad del material. «Yo lo bajaría. Se está limitando esta disciplina a pelotaris de gran poder físico. Prefiero abrir el abanico. Desde las empresas dicen que la pelota mantiene el diámetro entre 62,5 y 63 milímetros y que pasa por el aro. Otras fuentes aseguran que se ha bajado. Yo mantendría esa medida o incluso pensaría en aumentarla un milímetro sin variar ni el peso ni la proporción de los componentes».
Curiosamente, Mikel Estrada cursó prácticas en el seno de la promotora manista Baiko, donde forjó «una buena relación con Pablo Berasaluze, técnico en aquel momento. Conocí a Aimar Olaizola, el preparador físico Etor Mendia... Varias personas de las dos promotoras de pelota profesional tienen conocimiento de dicho material y una de ellas ha mostrado ya interés».
Mientras moldea su proyecto, entabla contactos y da pasos para abordar la tesis doctoral, Mikel ejerce de monitor en el frontón de La Esperanza, en el Casco Viejo de Bilbao. «Tenemos a cerca de cien niños y niñas llenos de ilusión a los que enseñamos a jugar a mano, a cesta y a pala en el club Bilbao Esperantza Pelota».
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