Rezusta, zaguero imperturbable

El amago de Altuna III al que no llegó con 21-21 en el último tanto y la consiguiente derrota en la final del Ciudad San Sebastián no han hecho mella en la moral de Beñat Rezusta. Cabe extraer esa conclusión tras verle en acción ayer en la segunda semifinal del Torneo Acarregui de Lekeitio, ganada 22-14 por el zaguero zurdo de Bergara en compañía de Elezkano II ante Altuna III y Merino II, quienes jugaron a contrapié desde el 15-3.

Gracias a este resultado, Elezkano II y Rezusta disputarán mañana a las 17.00 la final contra Urrutikoetxea y Larunbe. Tres vizcaínos en busca del trofeo, junto a un guipuzcoano que aspira a retener el título conseguido el pasado año en compañía de Altuna III.

Danel Elezkano fue conciso y contundente al destacar las aptitudes de su zaguero: «Beñat ha marcado diferencias un día más. Juega bien siempre». Ni el trote del verano, ni los veinticinco partidos sumados entre julio (diez) y agosto (quince), ni su segundo compromiso en los tres primeros días de septiembre hacen de momento mella en su juego. Imperturbable. Es su quinta final este verano tras las de San Fermín, Bizkaia, Bilbao y Donostia.

Rezusta no perdió un solo tanto, cobró tres tantos de jugada incluido el logrado en el último tanto tras llegar a cubrir el txoko, soltó un derechazo al ocho, ejecutó con esa misma mano una dejada a la contra que picó hacia abajo tras tocar la pared izquierda, apareció sobre todo en el rincón pero también en el ancho para ayudar en defensa a Elezkano, castigó a Merino II, creó oportunidades de remate a su delantero...

La superioridad de su zaguero permitió a Elezkano II lanzarse al remate, sobre todo durante la larga tacada de doce tantos entre el 3-3 y el 15-3 que dejó la eliminatoria vista para sentencia. El de Zaratamo cruzó cinco ganchos sin respuesta de un Altuna III rebasado y sin la frescura suficiente para hacer frente a la diferencia existente unos metros detrás suyo.

Detrás, Merino II trataba de capear el temporal con más intención que éxito. Durante esa fase no tomó la iniciativa del peloteo en ningún momento. Jugaron a remolque. Por momentos daba la impresión de que el duelo podía acabar con un marcador abultado.

Altuna III reaccionó tras fallar un resto de volea en el 15-3. Una parada al txoko le valió para cortar la racha rival, dirigirse al cestaño del juez y encontrar una pelota más baja a la que poder extraer zumo. Le sirvió para arreglar el desaguisado, alcanzar las dos cifras y terminar con mejor sabor de boca. Porque inquietar, lo que se dice inquietar de verdad, no estuvo nunca a su alcance.