Remontada de segalari a cargo de Miren Larrarte

La sega es uno de los deportes más agónicos que existen. Requiere insistir, no bajar la guardia en ningún momento, apretar cuando toca y también calcular bien los tiempos. Miren Larrarte, que caía 9-2, 14-8, 18-11, 15-10 y 20-15, recurrió a las aptitudes del buen segalari para remontar a Leire Garai, que acariciaba la victoria con esa renta de cinco tantos a falta de dos para 22.

La perseverancia figura en el DNI de la bidaniarra, nieta por su rama materna del asteasuarra Florentino Mayoz, afamado sega-jartzaile -preparador de guadañas- de buena parte de los mejores especialistas de esta disciplina del herri kirolak. Transmitió ese oficio a su hijo del mismo nombre, tío de la pelotari.

Aunque ellos no hayan sido protagonistas directos de apuestas y campeonatos, los Mayoz saben lo que se cuece sobre la hierba. Algo ha heredado Miren Larrarte si nos atenemos a su actuación de ayer, en la línea de otras precedentes.

Manista diésel, no se viene abajo. La gasteiztarra Leire Garai, de 15 años y uno menor que la guipuzcoana, mandaba sobre la cancha. La mayor velocidad que imprimía a sus pelotazos le permitía rematar, sobre todo con la dejada al ancho, su mejor arma de ataque. Dispuso de siete tantos de ventaja en el 9-2 y en el 18-11.

Le cuesta arrancar el motor a Larrarte. Ya le sucedió en semifinales del Emakume Master Cup, en Amezketa, donde se quedó a las puertas de levantar un 16-8 ante Olatz Arrizabalaga. Perdió 18-17. Sin un gesto de más, sin alzar la voz, sin lamentarse exteriormente de los errores, en calma absoluta, resiste.

Poco a poco equilibró el juego, requisito indispensable para aspirar a la victoria. Atemperó a Garai, cuyos derechazos ya no le obligaban tanto. Al mismo tiempo, comenzó a funcionar su zurda, que ganó eficacia con el paso de los minutos. Únicamente defensiva al inicio, cobraba otra dimensión.

También aumentó la tensión. Los espectadores protestaron tres decisiones de los jueces: una cortada de zurda de Garai al ancho que vieron dentro en el 15-10, una posible estorbada de la gasteiztarra en el 19-14, y una cortada de Larrarte con la izquierda que algunos entendieron buena y los responsables de tomar las decisiones, en cambio, mala. Las tres resoluciones cayeron del lado de Garai.

Las muestras de desaprobación de parte del público son buena señal en estos casos. Atestiguan que la gente atendía al partido, que le importaba lo que ocurría sobre la cancha...

Larrarte mantuvo la cabeza fría y siguió a lo suyo, a la espera de que las circunstancias le favorecieran. Los tantos se endurecieron y el paso de los minutos hizo mella en Garai, sobre todo a partir del 20-15. Primero se llevó la mano al cuello. Le dolía. También se quedó tumbada en un par de ocasiones después de intentos vanos de llegar a la pelota. Buscaba un respiro. Físico y psicológico.

La bidaniarra se le echaba encima. Se aproximó a un tanto con la volea del 20-19. Había tomado la iniciativa. Para no volverla a dejar. Guardaba lo mejor para el final, tres cortadas de zurda inalcanzables para Garai, la del 20-21 después de un intercambio de diecisiete pelotazos que fundió a la perdedora. El torneo ya tenía a su primera campeona del cuatro y medio.