La pelota pierde su San Fermín

Las empresas de pelota a mano se quedan sin los ingresos correspondientes a nueve llenos en ocho días de pelota a mano en el Labrit. Sin la final del cuatro y medio navarro del día de San Fermín por la mañana. Sin el torneo de parejas. Sin el ambientazo de las noches... Otro mazazo.

En Iruñea hablan de la posibilidad de trasladar la fiesta hacia la fecha de San Fermín Txikito, al 25 de septiembre. Pero no sería lo mismo, ni parecido, desde el punto de vista de la oferta de pelota de Baiko y Aspe.

La realidad es que el verano está en el aire para las empresas de mano. Al menos en el formato que conocemos y que ha imperado en los últimos años. Aunque el estado de alarma se levante de forma gradual en mayo o junio, nadie sabe lo que ocurrirá con las Madalenas de Errenteria, con las fiestas de Santa Ana de Ordizia, con los Santiagos de Ermua, con los Saninazios de Azpeitia. Eso en julio. Otra incógnita enorme sobrevuela el mes de agosto. La espada de Damocles pende sobre la pelota en esas plazas fijas.

Esta coyuntura, sin embargo, abre a su vez una 'oportunidad' a Baiko y Aspe para poder reubicar sus competiciones oficiales, si bien dependerá de cuándo y cómo se les permita retomar la actividad. Dibujemos para junio, julio e incluso agosto un escenario de pelota a puerta cerrada y con retransmisiones en directo de Euskal Telebista en cumplimiento del contrato televisivo en vigor.

Una de las altenativas para dar contenido al producto consistiría en acabar lo que resta del Campeonato de Parejas (dos jornadas de la liguilla de semifinales más la final) y proseguir con un Manomanista que retrasaría sus fechas para plantarse en pleno verano. Hasta podría existir tiempo para programar un torneo del cuatro y medio como el de San Fermín en fechas posteriores a las habituales. O torneos de parejas para los que ni siquiera deberían cambiar de sede.

Pero de momento estas ideas solo son castillos de naipes en el aire porque los pelotaris continúan en casa, sin poder ni siquiera entrenarse en el frontón. Levantada esa prohibición, se les debería permitir poner a punto las manos antes de vestirse los pantalones blancos. Lo único tangible es que la cifra de festivales perdidos ascenderá a 27 el fin de semana del 10 de mayo, día hasta el que se extenderá como mínimo el estado de alarma.

Sin la posibilidad, al menos inmediata, de abrir los frontones al público y con la consiguiente merma en el capítulo de ingresos durante un periodo ignorado aún, las empresas deberán conocer también las intenciones de Euskal Telebista antes de establecer un calendario lógico, viable desde el punto de vista económico y, si es posible, atractivo para el pelotazale. Necesitan cuadrar los números.