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Lunes, 4 de septiembre 2017, 08:45
Entre las numerosas virtudes de Titín, Martínez de Irujo y Olaizola II figuraba su capacidad de aguantar el trote del verano. Rendían a tope día sí y día también. La actividad se le ha acumulado a Jokin Altuna en la parte final de agosto y el comienzo de septiembre. El de ayer fue su octavo partido en trece días: tres en Bilbao, uno en Amezketa, tres en Donostia y uno en Lekeitio. Por momentos dio la sensación de encontrarse saturado, incluso cansado. Sus tres compromisos en la feria de San Sebastián se caracterizaron por inicios deslumbrantes a los que no pudo dar continuidad en las segundas partes. El descanso de competición del que va a disponer hasta el viernes debe sentarle bien.
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