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El martes de esta semana se ha cumplido un mes de la rotura de fibras en el dorsal que Erik Jaka sufrió en el Astelena de Eibar al ejecutar un saque en la eliminatoria del Torneo San Fermín del cuatro y medio que disputaba contra Jokin Altuna. Desde aquel día, el delantero de Lizartza dedica la mayoría de sus esfuerzos a cuidar y recuperar un músculo fundamental para los pelotaris. Va paso a paso, sabe lo que le espera este verano y prefiere no marcarse plazos para su vuelta a las canchas.
«Vamos poco a poco», apunta Jaka. «No necesito ir a Pamplona con el tema de la rehabilitación, aunque estoy en continuo contacto con el doctor José María Urrutia, médico de Aspe. Me hace un seguimiento estrecho. Acudo al fisioterapeuta y me reúno tres o cuatro días a la semana con mi preparador, quien me marca un plan de trabajo diario».
Al principio tuvo que hacer frente a episodios de dolor. «Durante algunos días tras la lesión tomé antiinflamatorios cuando notaba molestias. Luego, nada. Dedico un montón de horas a la recuperación. Los días se me van entre el fisio, lo que me manda el preparador y guardar reposo en casa al lado de la familia. Apenas me queda tiempo libre para dedicarlo a otras cosas».
Además de las sesiones de fisioterapia y «después de dos semanas sin hacer prácticamente ningún ejercicio», inició su trabajo de rehabilitación. «La segunda semana empecé a hacer bicicleta. La tercera cogí las gomas en el gimnasio. De momento, voy tranquilo. Noto bastante mejoría, pero sigo sin hacer gestos violentos con el brazo derecho. Esto requiere su tiempo y conviene no precipitarse».
Erik Jaka ha calculado con su preparador físico los siguientes pasos: «Empezaré a correr la semana próxima y la intención es empezar a hacer manos dentro de unos quince días».
Hay pelotaris víctimas de esta lesión que se han sometido a sesiones de plasma sanguíneo durante la rehabilitación. No es el caso de Jaka. «A los pelotaris de Aspe que se han roto el dorsal no se les ha aplicado plasma. Varios de Asegarce, en cambio, sí han recibido esas sesiones. Sigo las pautas marcadas por el médico».
En su búsqueda de información y consejos, el delantero de Lizartza ha entablado contacto con la mayoría de los manistas que se han roto el dorsal. «He hablado con Aimar, Aretxabaleta, Zabaleta, Irujo, Bengoetxea VI... Todos dicen lo mismo. Me aconsejan paciencia, dejar pasar el tiempo sin apresurarme y, otro detalle, que me haga una resonancia magnética antes de regresar a los entrenamientos de frontón para comprobar que la rotura ha cicatrizado por completo».
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