Volver la vista atrás sin dejar de avanzar
Nueve ediciones después, las finales regresan hoy a las 11.00 horas al Aritzbatalde de Zarautz en el primer año con participación de mujeres
JOSEBA LEZETA
SAN SEBASTIÁN.
Sábado, 22 de diciembre 2018, 09:03
La edición número 27 del Torneo Bankoa Crédit Agricole-EL DIARIO VASCO, que concluye esta mañana a partir de las 11.00 horas en ... Zarautz (ETB4 en directo), presenta condimentos que mezclan costumbres con una innegable intención de avanzar y de adecuarse a los nuevos tiempos. Las finales regresan al Aritzbatalde, frontón que en su día acogió las finales en nueve ocasiones. Las primeras visitas se remontan a la tercera y a la cuarta edición. Tras un paréntesis en el que rotaron por distintos frontones, Zarautz repartió las txapelas entre 2002 y 2008 -durante ese periodo solo las de 2006 se fueron a Tolosa-, hasta que Zumarraga tomó el relevo en 2009 y se mantuvo hasta el año pasado.
El regreso a Zarautz invita a volver la vista atrás, pero sin dejar de avanzar. La incorporación de las mujeres a este torneo con un formato individual dentro del cuatro y medio es la gran novedad de este año, una apuesta con ánimo y ambición de continuidad. Siempre con el foco puesto en la juventud, con un límite de edad -24 años dentro del curso- idéntico al de los hombres. El desarrollo de las todavía incipientes competiciones femeninas de mano marcará el camino a seguir. Evolucionará a buen seguro el material en busca de dar brillo al espectáculo. Habrá que ver también si el número de participantes aumenta lo suficiente para transformarse en un torneo de parejas. El tiempo dirá.
Leire Garai, llamada a última hora para suplir la ausencia por lesión de Amaia Vicario en cuartos de final, va a convertirse hoy en la pelotari más joven que ha disputado las finales del Torneo Bankoa-DV. La gasteiztarra tiene 15 años. La bidaniarra Larrarte es solo un año mayor con 16.
Ambas han sido capaces de superar a pelotaris de más edad, no de mayor experiencia ya que todas acaban de empezar. Garai y Larrarte manejan bien la pelota, buscan las esquinas y han encontrado ese punto de complicidad necesario con la pelota mixta, más rápida que la utilizada en otros torneos. Garai, que compite desde niña con los chicos de su edad, ha sorprendido con su manera de mover la pelota y lanzarse al remate. Larrarte no es de las que se arruga. Sin la pegada de su oponente, posee recursos labrados lo mismo en la mano que en la pala.
Hace poco protagonizaron la final del torneo de Huarte, con victoria para la alavesa. Hace año y medio coincidieron en la del Antiguo, donde Larrarte se llevó el gato al agua. Los nombres de ambas quedarán inscritos con letras mayúsculas en el palmarés, pero las dos, deportistas, quieren ganar.
Garai y Larrarte encenderán el semáforo verde hoy a las once de la mañana en el Aritzbatalde ante más de 800 pelotazales, mientras los chicos se colocan los tacos en el vestuario y calientan en alguna esquina del polideportivo zarauztarra.
Los promesas, guipuzcoanos
La final de promesas es enteramente guipuzcoana, algo que no había ocurrido en esta categoría en ninguna de las veintiséis ediciones anteriores. Sí en tres ocasiones dentro de los séniors. En 2003, hace quince años, el hernaniarra Erroizenea y el zarauztarra Oteiza superaron 22-13 al donostiarra Domínguez y al berrobiarra Altuna. Más tarde, en 2007, el antzuolarra Mendizabal III y el plaentziarra Jauregi se impusieron 22-16 al alegiarra Renobales y al ikaztegietarra Garmendia. Recientemente, en 2015, el asteasuarra Urbieta y el ataundarra Arratibel cedieron 12-22 ante el lasartearra Arteaga II y el azpeitiarra Murgiondo.
Hoy toman el relevo el arrasatearra Murua junto al asteasuarra Elizegi, por un lado, y el azpeitiarra Julen Egiguren con el oñatiarra Gartzia por otro. Si bien ni una ni otra partían como cabezas de serie, las dos parejas han mandado en la parte del cuadro que les asignaron. También disponen de los pelotaris que han marcado la diferencia con claridad: Elizegi en la zaga y Julen Egiguren en los cuadros alegres.
El asteasuarra Elizegi, que venía de un magnífico 2018, ha llamado tanto la atención que hace unas semanas recibió la llamada de un responsable de Asegarce para ir a entrenarse con ellos a Beasain. Combina fuerza y perseverancia. Hace botar la pelota detrás del cinco con frecuencia y de momento no ha encontrado a nadie que le apriete lo suficiente para provocar sus errores.
Murua, su delantero, colabora con el compañero a la hora de imponer el ritmo y, además, maneja con habilidad el gancho, su remate preferido.
Julen Egiguren, que en enero firmó un precontrato con Aspe, aporta elegancia. Alto, enjuto y elegante con las dos manos, recuerda a Urrutikoetxea cuando tenía 18 años. Habrá que ver hasta dónde llega su progresión, indudable de momento. Entra de aire con soltura.
De todas maneras, la labor de Markel Gartzia en la final se antoja fundamental. Cualquier aspiración pasa por frenar a Elizegi, tarea central en la aportación del oñatiarra, que posee dos buenas palancas.
Por cierto, estamos ante un partido de altura si nos guiamos por la estatura de los protagonistas. El más 'bajito' es Murua con su ¡¡1,86!! Egiguren llega a 1,88, Elizegi está en 1,90 y Gartzia ronda los dos metros gracias a su 1,97. Casi nada.
Delanteros de Tolosaldea
Cerrarán el programa los séniors, dos delanteros guipuzcoanos -ambos de la comarca de Tolosaldea- y dos zagueros vizcaínos: Ioritz Egiguren-Oier Etxebarria contra Eneko Labaka-Uriondo. No es fácil emitir un pronóstico. Imponer el estilo de cada uno se antoja fundamental.
La experiencia está en manos de Eneko Labaka, quien en su cuarta final de este torneo persigue despedirse con su tercera victoria consecutiva tras ganar con Martinez en 2016 y con Eskiroz en 2017. Zaguero que toca, zaguero que da el salto. Uriondo, que posee una buena derecha, ya ensaya con Asegarce.
Enfrente estará un Ioritz Egiguren que desde niño ha mamado la pelota en general y este torneo en particular. Juan Luis Ubera, antiguo organizador, le recuerda con el pandero en las manos acompañando a su hermana, que tocaba la trikitixa, mientras su aita Ramon hacía de botillero a Iñigo Altuna. Ahora es él quien está sobre la cancha.
Oier Etxebarria disputa la primera de sus dos finales -la segunda será el día de Nochevieja en Zaldibar- antes de estrenarse con Aspe en el Astelena de Eibar el 6 de enero. Muy seguro, encuentra bien altura en el frontis con la derecha. Se ha mantenido firme en las eliminatorias. Dice que «nunca he ganado a Eneko Labaka». Es el momento apropiado para poner fin a esa racha negativa.
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