Hormaetxe e Ibarloza, poderío vizcaíno en un Ederrena vacío

La pelota aficionada vizcaína dejó su sello ayer en el Ederrena de Urretxu en la disputa de la séptima jornada del Torneo Bankoa-DV. Lástima que los pelotazales del Goierri y del resto de localidades limítrofes no pudieran disfrutar del juego de Hormaetxe e Ibarloza al disputarse el festival a puerta cerrada por la extensión de la pandemia del coronavirus. El delantero de Lezama en categoría promesas y el zaguero de Markina en sénior marcaron la diferencia, cada uno en su parcela, y lograron sendas victorias muy merecidas.

Lo de Ibarloza tiene mucho mérito. Repescado a última hora al igual que Karregal tras haber perdido juntos en Leitza, el markinarra dominó de cabo a rabo su parcela. Puede decirse que se pegó un paseo ante el azkoitiarra Uranga, que se estrenaba en la categoría sénior y que poco pudo hacer ante el poderío de su rival. Tiene 19 años y necesita tiempo para hacerse. Karregal, otro pelotari vizcaíno, formado en el club Adiskide de Galdakao, trató de ayudarle, pero Ibarloza gozaba de todas las pelotas, sobre todo con la derecha. Tenía el día en el que sale todo.

Karregal se vio obligado a entrar de lejos, desde el cuatro y el cinco, para intentar romper la inercia que se había instalado en la cancha, sin demasiado éxito. Uranga entregaba mucha pelota y el ataundarra Senar, que también milita en el Lapke, tuvo pelota a placer para rematar. Hasta diez tantos llevaron su rúbrica, además de dos saques y un único error, una falta. Tuvo que trabajar poco en defensa, no le obligaron. Ibarloza seguía haciendo de las suyas en los cuadros largos hasta que aquello había llegado a su fin.

Ibarloza tendrá que conformarse con su gran partido. No tendrá premio de momento. Tampoco Senar. Los pelotaris que han ejercido de suplentes en esta jornada no seguirán jugando en el torneo, regresarán los titulares en este caso García y Elizegi, quienes se medirán en el Izarraitz de Azpeitia el 21 de noviembre a Elola y Aldave, los cabezas de serie de su grupo. Pero los organizadores no descartan tener que echar mano de ellos en caso de no poder contar de nuevo con pelotaris navarros.

En promesas, el protagonismo fue de Hormaetxe a pesar de que Lizeaga trató de arrebatárselo. El delantero astigartarra tuvo un comienzo demoledor, impresionante. Gastó la pelota a base de voleas, ganchos y saques. Todo lo hizo él hasta el 0-6. Después, Hormaetxe comenzó a entrar en juego. Muy vivo de piernas, parece una bala, sujetó a Lizeaga y a base de trabajar consiguió limar la desventaja y colocarse por delante.

Lizega comenzó a fallar por culpa de la presión del delantero de Lezama, de 18 años. Aún así, el astigartarra volvió a hacer daño al darle más velocidad a la pelota, pero la diferencia en el marcador era demasiado grande. Si tanto él como el azpeitiarra Elosegi, que empezó bien pero después fue perdiendo la confianza, hubiesen evitado a Hormaetxe –no perdió una pelota– y hubiesen cargado el juego sobre García, igual hubiesen tenido opciones. El zaguero de Idiazabal, sustituto del riojano Ibáñez, de 15 años, se limitó a hacer buena y a coger altura en el frontis.