«Llevaré diez pares de lentillas a los partidos»
Jokin Altuna, que pasó un calvario con la vista en el Astelena, logra una victoria de última hora con Zabaleta ante Olaizola II y Albisu
Las lentillas trajeron de cabeza a Jokin Altuna en el estelar montado este domingo en el Astelena de Eibar con dos parejas de quilates. Sus dificultades de visión no le impidieron, sin embargo, anotarse el triunfo junto a Zabaleta por 18-22 ante Olaizola II y Albisu, quienes se las prometían felices tras adelantarse 18-16. Los seis últimos tantos cayeron del lado azul.
«Pensaba que esto no me podía pasar», declaró Altuna III tras su calvario con las lentillas. «Nunca me he sentido tan incómodo en el frontón. Se me han movido las lentillas durante el calentamiento. Me he colocado las de repuesto y una de ellas se me ha movido. No veía bien la pelota y no sabía dónde ponerme. Ni me he enterado de lo que pasaba sobre la cancha».
De todas maneras, el amezketarra no pierde el sentido del humor. «Siempre se aprende algo. A partir de ahora llevaré diez pares del lentillas a los partidos». También restó méritos a su contribución personal al triunfo. «Zabaleta ha jugado solo los seis últimos tantos. No me encontraba a gusto y le he dejado hacer».
Brillaron los zagueros en el Astelena. Ambos. Y eso que Zabaleta no acabó del todo satisfecho con su actuación. La pelota viajó por la cancha del Astelena alegre y a una velocidad reservada a los grandes. Fue un toma y daca en toda regla.
Jon Ander Albisu se lamentará de la pelota clara en el ancho que se le cayó al suelo de derecha cuando dominaban 18-16. Permitió el cambio de material y significó el inicio de la tacada definitiva. Hasta entonces el ataundarra rindió a un nivel altísimo. Me atrevo a decir que a sus 30 años, en plena madurez, atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera, si no el mejor. Ya lo evidenció en la segunda jornada de la liguilla de semifinales del Campeonato de Parejas, en el Bizkaia, ante el propio Zabaleta.
Olaizola II-Albisu
18
-
22
Altuna III-Zabaleta
-
Tiempo de juego: 52 minutos y 28 segundos.
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Pelotazos a buena: 446.
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Tantos de saque: Olaizola, 2. Altuna, 1.
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Faltas de saque: Olaizola, 0. Altuna, 0.
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Tantos en juego: Olaizola II, 8. Albisu, 3. Altuna III, 8. Zabaleta, 5.
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Tantos perdidos: Olaizola II, 2. Albisu, 6. Altuna III, 3. Zabaleta, 2.
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Marcador: 1-0, 1-3, 3-3, 3-5, 4-5, 4-7, 6-7, 6-9, 7-9, 7-11, 8-11, 8-12, 10-12, 10-13, 14-13, 14-15, 15-15, 15-16, 18-16 y 18-22.
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Momios de salida: 100 a 70 a favor de Altuna III y Zabaleta. 50 a 100 por abajo.
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Incidencias: los 62 espectadores presentes en el Astelena vivieron el festival en familia. Las restricciones de movilidad hacen casi imposible acudir al frontón, aunque se permite la asistencia desde la propia localidad y de las colindantes.
La pelota sale como un tiro de su derecha, la extiende, suelta la zurda con confianza, corre como una centella a cubrir el txoko, defiende las difíciles cada vez con mayor garantía, el poder de su volea continúa intacto, sus cortadas llevan veneno, pide las buenas al delantero, aunque se llame Aimar Olaizola... Exhibió todas esas virtudes en Eibar. Pagó con la derrota media docena de errores, un par de ellos inoportunos.
Si bien los zagueros cargaron con el mayor peso del juego, los delanteros no se ausentaron. A pesar de las lentillas, Jokin Altuna ofreció pinceladas de su clase y confirmó que ahora mismo posee chispa en la derecha. Buena noticia en los días previos al Manomanista. Le faltó concentración para exprimir lo que lleva en su cabeza.
Olaizola II, a las puertas de su 41 cumpleaños, se sumó a la fiesta con un puñado de remates marca de la casa entre los que destacó la lejana parada al txoko del 11-13. Manejó bien los mejores momentos de su zaguero para voltear el electrónico y adelantarse en el marcador después de nadar contracorriente hasta el 10-13. Lamentó las tres escapadas al ancho de Zabaleta, que también pesaron en el resultado definitivo.
Poquísimo público
El Astelena registró una pobre entrada con 62 espectadores, en la línea de la víspera en el Beotibar de Tolosa. La combinación, prácticamente inmejorable, merecía una respuesta del pelotazale imposible en estos momentos por la normativa de movilidad vigente. El acceso al espectáculo, según el decreto en vigor, estaba limitada a los eibartarras y a los vecinos de localidades colindantes, que debían presentar la entrada ante las autoridades para justificar el viaje. Ahora mismo todo son dificultades con las que convivirá el Manomanista.