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ENRIQUE ECHAVARREN
SAN SEBASTIÁN.
Martes, 17 de octubre 2017, 08:11
Juan Mari Juaristi, Atano XIII, tiene 60 años -cumple 61 años en noviembre-. Azkoitiarra de pura cepa, miembro de la saga de los Atano, fue el primer seleccionador de material de la Liga de Empresas (LEPM) sucediendo a Fernando Tapia y Ladis Galarza. Desempeñó el cargo durante trece años y lo dejó para dar paso a Kepa Peñagarikano. Solicitamos su opinión tras las duras declaraciones de Víctor el sábado en Ezcaray tras el partido ante Elezkano II. Sabe muy bien de lo que habla. Y lo hace desde la experiencia.
- Fue cocinero antes que fraile...
- Jugué diez años como profesional con Empresas Unidas, pero tuve que dejarlo en lo mejor de mi carrera al romperme la rótula. A pesar de ello, no me desvinculé del todo de la pelota. Seguí jugando como aficionado. En aquellos años llegábamos a jugar entre 100 y 120 partidos al año.
- Y si le pregunto por el material, ¿qué me dice?
- Han cambiado muchas cosas desde que fui seleccionador. En mis primeros años había mucha más tirantez entre las empresas, había pique. Los intendentes barrían más para casa que ahora, era algo normal. Se debían a quien les pagaba. Ahora, en cambio, los intendentes van casi de la mano. El trabajo del seleccionador es más llevadero.
- Pero de vez en cuando aparece alguna piedra en el camino...
- Lo tengo muy claro. Mientras siga habiendo elecciones de material, siempre saltará la liebre. Y seguirá siendo igual mientras exista la pelota. Cuando estás metido en este mundo debes ser imparcial, seleccionar las pelotas y descartar los excesos. La teoría dice que deben prevalecer las condiciones del frontón a la hora de poner las pelotas por encima de los intereses de los pelotaris. Pero no siempre se cumple.
- También fue testigo del cambio de peloteros, de Cipri a Punpa.
- Antes había mucha diferencia entre el material de Aspe y Asegarce. Cada empresa tenía tendencias diferentes. Yo empecé con Cipri, pero poco a poco sus pelotas fueron desapareciendo. En nuestra época lo había sido todo. Luego llegó Punpa y fue una revolución. Me gustaban mucho sus pelotas. La diferencia era abismal con respecto a las de Cipri. El material era espléndido y no tardó mucho en copar el mercado. Hubo pelotaris de Aspe que se posicionaron en contra, luego salió el cuero vuelto, pero acabaron entrando.
- No todo ha sido un camino de rosas durante todos esos años...
- Ha habido buenos momentos y también malos. No hay que negarlo. Si lo sientes, sufres. Si no es así, es que no te importa nada lo que estás haciendo. Y lo haces porque te gusta, intentando siempre hacer las cosas bien. Puedes equivocarte, somos seres humanos.
- Tampoco se habrá lucrado económicamente
- No, desde luego. He jugado a pelota toda la vida y el cargo de seleccionador fue un complemento. Me abrió muchas puertas.
- Apenas quedan ya en activo aquellos gallos con los que había que lidiar bien duro.
- Es cierto, ahora no hay 'Miuras' ni 'Victorinos'. Como mucho son vacas de Lastur -resalta que no quiere ofender a nadie-, pero eso no quiere decir que no peguen cornadas. Son distintas. Alguno de aquellos pelotaris me lo hizo pasar mal a veces.
- ¿De quién se acuerda?
- Voy a contar una anécdota que tuve con Oskar Lasa. Era un pelotari que comenzaba a meterse en el partido desde el día de la elección de material. Un día en Arrasate estaban Roberto García Ariño y Antton Maiz como intendentes de Aspe y Asegarce. Lasa jugaba con Xala frente a Olaizola I y Patxi Ruiz, aunque puedo estar equivocado. Nada más ver las pelotas, sin tocarlas ni botarlas, dijo 'vaya mierda'. Y luego ganaron el partido con aquellas pelotas. Lasa era un pelotari muy competitivo. Pensaba una cosa y decía otra para desestabilizar al contrario. Cada uno tenía sus propias armas.
- ¿Qué es lo que ha oído en un frontón que más daño le ha hecho?
- Cuando llegué al cargo nos acusaban que íbamos a cargarnos el mano a mano por el material que se estaba utilizando, que no había pelota. Apareció Irujo y todo el mundo tuvo que acoplarse a su forma de jugar. El que no lo hacía se quedaba fuera. La pelota le debe mucho a Irujo. Entraba de aire al saque en el cuatro y medio, algo que no se había visto nunca en los frontones. Decían que estaba loco, pero a los genios siempre se les ha tachado de locos. Bendita locura. Las tardes de gloria que nos ha dado a todos los pelotazales. Tampoco quiero olvidarme de otros pelotaris como Aimar, Xala, Gonzalez, Oinatz, Mikel Goñi y muchos otros. Lo que pasa es que Irujo era especial, diferente al resto. Es una pena que no haya podido seguir en activo por sus problemas de corazón.
- ¿Qué le parecen las declaraciones de Víctor?
- Si se quejó será por algo, pero es triste que solo se hablara del material después del partido que vimos. El de Ezcaray es un frontón peligroso, atípico, multiusos, no es industrial. Lo conozco bien, la pelota anda mucho por el suelo y hay que andar con cuidado a la hora de seleccionar el material. Creo que el seleccionador acertó, otra cosa es que no le gustasen las pelotas a Víctor. A mi juicio, el material era idóneo para las condiciones del frontón. Disfruté viendo el partido por televisión. La reacción de Víctor fue un mensaje para otros partidos. Normalmente, quien suele quejarse es el pelotari que pierde, no al contrario. Saltó como un resorte. Tendrá sus motivos. Me imagino que para el viernes en Logroño tendrá el material que le gusta. Ojalá que Martin Alustiza se equivocase siempre con el material y viésemos buenos partidos como el de Ezcaray.
- ¿Cómo ve ahora los partidos desde fuera?
- De forma totalmente diferente, ahora todo es perfecto. Todos son unos fenómenos, el espectáculo ha mejorado mucho. Antes, el más exigente era yo conmigo mismo. Si había una pelota que pegaba en el rebote, me dolían las tripas...
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