Javier Urriza
Dedicación y constancia han distinguido la carrera del palista campeón del mundo que brilló todavía más como remontista y dice adiós el sábado
Joseba Lezeta
Pamplona
Martes, 24 de junio 2025, 06:50
Javier Urriza pone punto final a su carrera como pelotari y remontista este sábado en Galarreta, el frontón de sus grandes éxitos. Tiene 43 años ... y guarda ocho txapelas del Individual y ocho más del Parejas. Pero le queda mucha vida y tarea por delante. La vida sigue.
– En enero anunció que se retiraba el 28 de junio. ¿Cómo ha vivido estos cinco meses de aproximación a la despedida?
– Ha sido muy bonito a nivel deportivo y una montaña rusa de emociones. He recibido muchísimas muestras de cariño. Me lo he tomado como un desafío deportivo. Desde hace tiempo tenía previsto un parón, quizá hasta definitivo hacia diciembre. Había planificado un viaje a Filipinas. Paré un mes y volver a recuperar el ritmo competitivo supuso un desafío. Una vez que fui cogiéndolo, he disfrutado.
– El fallecimiento en abril de su madre añadió emociones a este proceso de cinco meses.
– Una montaña rusa total. No han sido cinco meses fáciles en lo personal porque se han acumulado muchas emociones diferentes.
– ¿Resulta más difícil prepararse cuando se sabe que hay una fecha de retirada?
– Sí y no. Es diferente. Te lo tomas con otra mentalidad. Al principio me costó mucho recuperar el ritmo de juego. Pero me he entrenado a gusto. Al ser consciente de que son los últimos, tanto con mi preparador físico como con mis compañeros han sido días especiales, lo mismo en la cancha que dentro del vestuario.
– ¿Cómo fue la despedida de abril en el Labrit ante la afición navarra?
– Increíble. Muy emotiva. El Labrit lleno, un frontón especial para mí, el reconocimiento de mi ciudad. Presente toda la familia, incluida mi madre. Ahora echas la vista atrás y te das cuenta de que fue precioso. Además, acompañó el espectáculo deportivo. De diez.
– ¿Cuál es su mayor preocupación para el adiós en Galarreta?
– Mostrar un buen nivel competitivo. Quiero seguir siendo buen competidor hasta el último día. No diría que he sido obsesivo, pero sí me he enfocado mucho en ello durante mi carrera.
– Juega con Azpiroz contra Aldabe y Barrenetxea IV.
– Es el partido que disputamos en el Labrit y el que quería jugar. Entonces ganamos y era lógico que les concediéramos la revanchas en frontón largo.
– ¿Cómo llegó al remonte?
– De pura casualidad. Tenía 24 años. Errea, canchero del Euskal de Huarte en aquel momento, le comentó a Kike Elizalde, intendente de Galarreta, que había un chico que jugaba a pala con posturas de remonte y que me veía potencial remontista. El remonte andaba en ese momento necesitado de savia nueva. Me ofrecieron hacer una prueba. Para mí era una propuesta muy loca. Si no llega a ser por Seve Arcelus, posiblemente ni la habría atendido. Buen conocedor de las distintas disciplinas, me animó a pasar la prueba. Yo barruntaba un posible paso a profesional de la pala. Seve era consciente de que esa modalidad atravesaba un momento complicado y me insistió en que no perdía nada por probar el remonte. Él tenía mucha confianza en Kike Elizalde, que vio en mí capacidad de aprendizaje. Así empezó todo.
– Una suma de circunstancias...
– En realidad, un cúmulo de casualidades. Si no se juntan los factores de Errea, Seve, Kike y la situación de la pala, mi camino natural me habría conducido a ser palista profesional.
– ¿Había visto jugar a remonte?
– Solo en la tele. Los martes daban remonte en La 2 y lo veía al salir del cole. Nunca antes había visto un partido de remonte.
– ¿Qué fue lo más complicado?
– Todo. Aprender a remontar, cambiar las posturas, adquirir los mecanismos, las distancias, pasar del frontón corto al largo, el bote de la pelota...
– Elizalde cuenta que durante el proceso de aprendizaje dejaba a un Urriza al final de un entrenamiento y le llegaba otro mejor al siguiente.
– Iba haciendo mis trampas. Me dejaron una cesta y unas pelotas. Estudiaba Ingeniería Técnica Electrónica en Vitoria y era monitor de pala de estudiantes universitarios en el Ogueta. Iba al entrenamiento un rato antes de empezar y aprovechaba para andar con el remonte. Llegaba a la sesión del fin de semana y Kike se reía mucho conmigo. Imagino que soltaba unos palazos terribles con la cesta y la pelota salía rápida pero con poco arte.
– Trabajador, competitivo...
– Mi mayor virtud ha sido ser cabezón. Nunca he sido el más artista del cuadro, pero sí perfeccionista y exigente conmigo mismo. Ycreo que he sabido competir bien bajo presión.
– ¿Le gustaba la presión?
– Aunque soy bastante tímido a nivel personal, de joven me ponía jugar con público. Me sentía cómodo y rendía. Me envalentonaba. Cuanto mayor me he hecho, he percibido más tensión en los partidos importantes. Empiezas a cargar con la mochila de partir como favorito, y se nota. Aprendes a rendir con presión.
– ¿Quién le transmitió la afición a la pelota?
– La heredé del aita. Salía del colegio, llegaba a casa, montaba en el coche con mi padre e íbamos al club Amaya, del que somos socios. Mi padre jugaba a pala tres días a la semana. Yo practicaba el baloncesto, el tenis y el fútbol. Llegué a compaginar tres deportes al mismo tiempo.
– Fue campeón del mundo de pala en dos ocasiones.
– En 2002 en Pamplona a paleta cuero. Estaba con Larrea, Oroz, Manu Galán. Ya pala corta en 2006 junto a Velilla, y estaban en el equipo Zozaya y Erburu.
– ¿El remonte ha cambiado desde su llegada al día de hoy?
– Totalmente. Cuando llegué estaba en una cuesta abajo después de años buenísimos. Dependía de la apuesta, que comenzó a bajar. El modelo de negocio era muy diferente. Había un cuadro muy grande y muy técnico. Ahora lo dejo más basado en el marketing y con la apuesta como algo residual. Creo que el remonte está al alza. Cada vez tiene más interés y mayor presencia en los medios. Veo futuro al remonte. Es una modalidad preciosa. No conozco a nadie que haya ido al frontón a ver remonte y no le haya gustado. Su hándicap es la dificultad. No puedes jugar a remonte hasta los 14 o 15 años. Pero una vez que empiezas a dominarlo, la sensación es increíble. Al principio asusta, luego engancha.
– Hasta ahora compartía el remonte con otro trabajo.
– Estoy en Sumelec, empresa de suministros eléctricos que posee una división enfocada al sector de renovables. Soy responsable de desarrollo y negocio. Me gustaría seguir progresando a nivel profesional. Tengo en mente algún máster.
– A partir de ahora dispondrá de más tiempo libre.
– Aficiones y cosas para hacer hay de sobra en la vida. Me gusta el submarinismo. He buceado en Lanzarote y más recientemente en Filipinas. Me encantaría coger la raqueta de tenis y ver si soy capaz de darle tres seguidas. Como cuando cogí por primera vez el remonte... Si encuentro algún veterano loco como yo, encantado.
– ¿Qué se lleva del remonte?
– Una lección de vida. El cariño de mucha gente y la demostración de que cosas imposibles a priori se pueden conseguir a base de constancia y dedicación.
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