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joseba lezeta
Tolosa
Lunes, 23 de abril 2018, 19:09
«Me he visto con chispa. Atrasaba bien la pelota. Pero Danel Elezkano me ha anulado por completo». Un Iñaki Artola abatido reconocía la superioridad del contrario tras caer 22-11 en el Beotibar de Tolosa y verse apeado del Manomanista a la primera. «El deporte es cruel», añadía el delantero de Alegia, centrado en esta competición desde que hace varios meses Asegarce no le incluyera como titular para el Campeonato de Parejas. «He preparado el Manomanista durante mucho tiempo y hay mucho sudor derramado detrás de este partido».
El arrollador inicio de Artola no presumía una derrota tan clara. Todo lo contrario. Fresco, atizó pelotazos enormes. Su derechazo del 0-2 habría botado a la altura del siete y medio de no mediar el intento infructuoso de volea de Elezkano II. Su sotamano en el 1-6 iba camino de tocar la raya del siete.
Gozó la mayoría de sus zarpazos, encontró altura en el frontis, obligó a defenderse desde muy lejos al de Zaratamo. Cobró dos tantos de saque gracias a disparos bien cruzados a la pared izquiera para complicar la devolución de aire del restador. Resultado: 1-6.
El decorado cambió como de la noche al día tras enviar Artola la pelota por encima del fleje de la pared izquierda en el 2-6. No por ese error, ni porque diera facilidades, sino porque un Danel Elezkano tan serio y centrado como siempre, a la par que inspirado, inició una exhibición. Le salieron todas las jugadas menos el gancho bajo chapa del 5-7 y el intento de dos paredes de zurda de sotamano del 20-10, su único error grosero de la tarde. Pasó desapercibido entre tanto remate brillante.
Elezkano II cortocircuitó la pegada de Artola con un planteamiento ofensivo y una idea clara: evitar el peloteo. Solo tres de los 33 tantos disputados alcanzaron o rebasaron la decena de pelotazos. La víspera en Eibar fueron doce entre Altuna III y Julen Retegi, cuatro veces más. El juego discurrió veloz.
El vizcaíno sacó bombeado y cruzado a la pared izquierda para forzar devoluciones apuradas de zurda a cargo de Artola -vio inutilizado su sotamano-e ir decidido a por el remate de aire. Firmó siete tantos de saque-remate. Si el de Alegia dejaba pelota en el centro de la cancha, conectaba el gancho. Si le abría hacia el ancho, turno para la volea de derecha.
La desesperación de Artola creció en la misma proporción en la que aumentó la confianza de un Elezkano certero en sus acciones. «No ha existido peloteo», insistía Artola en su análisis. «He intentado ponerle a jugar a bote y que rematara desde más atrás. Imposible. He probado a restar a bote desde atrás en varios tantos, incluso lo he hecho y Danel ha acertado igual. Tenía que quitarle el saque-remate y no he podido. Y no ha sido porque mi partido haya sido desastroso. Si yo he estado a un 70%, él ha jugado a un 90%».
Una cosa es saltar a la cancha con las ideas claras y otra, más complicada, poner en práctica todo lo que traes preparado de casa. Lo consiguió Elezkano II: «Tenía que ir adelante sin miedo. Si me pongo a bote, no puedo ganar a nadie. Debo buscar el aire y poner ritmo al juego. Los ganchos me han entrado bien en la mano. He acertado mucho».
Ese saque suyo tan lento y nada académico rindió altos réditos a Elezkano II: «No soy buen sacador, pero le doy buena dirección. Con el tipo de juego que se hace hoy en día, haces daño al contrario si metes la pelota en la pared izquierda».
Convenció Elezkano II, ex de Asegarce y quinto pelotari de Aspe en cuartos de final mientras su antigua empresa ha perdido por el camino a Artola, Víctor, Laso y Arteaga II.
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