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Final manomanista, Irribarria Urrutikoetxea

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Irribarria, con la txapela que le acredita como ganador. Jose Mari López
Pelota

Irribarria, campeón del Manomanista

El de Arama se impone a Urrutikoetxea en una final emocionante

Joseba Lezeta

Bilbao

Domingo, 9 de junio 2019, 16:55

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Ogueta y Rubén Beloki ganaron su segunda txapela

La txapela

Esas cualidades le condujeron a un triunfo complicado y laborioso frente a un

Pero no. Tuvo enfrente un gran pelotari, un Urrutikoetxea que varió el saque, defendió una barbaridad y empleó de lujo el sotamano de derecha. Elevó un escalón el buen nivel exhibido primero frente a Bengoetxea VI y después en la semifinal contra Ezkurdia.

Dos saques perfectamente colocados en la pared izquierda irrestables hasta para el mejor restador de la actualidad, Urrutikoetxea, proporcionaron el 15-13, ánimo, fortaleza y tranquilidad a un Irribarria que demostró casta y poso en ese momento crucial. Ahora o nunca. Era el momento.

Estaba por ver su mejor versión en la final. Dominó y acabó de gancho el 15-14. Cobró el 15-15 gracias a un sotamano enorme, si bien no tan grande como el rebote que firmó en el 4-4 mientras el de Zaratamo se limitaba a seguir la pelota con la mirada.

El desgaste hacía mella y Urrutikoetxea denotaba más cansancio que un Irribarria enrachado y pleno de confianza. Sometido a otro bombardeo, el de Zaratamo se defendió de volea desde el siete y la pelota cayó en escapada hacia el txoko. No llegó a tiempo Irribarria y el 18-18 subió de manera inesperada al marcador.

La txapela volvía a estar en el aire del templo bilbaíno de Miribilla.

Pese a la escasa renta, la txapela parecía de Irribarria. El público aplaudió su carrera hacia el último saque... segundos antes de que los seguidores de Iker se llevaran las manos a la cabeza. Urrutikoetxea dejó pasar la pelota y botó detrás de la raya del siete. Falta. 19-21. Vuelta a empezar.

Esos detalles marcan a veces la línea entre el fracaso y el éxito. Los deben cuidar todos. Incluido Irribarria. Porque el gran manomanista requiere conceder poco al rival, no darle respiro. Ese instinto ganador.

El de Zaratamo puso en ebullición el frontón y de paso a la afición vizcaína con la dejada de zurda al txoko que valió el 20-21. Pero no. Irribarria devolvió el siguiente saque, entró en el peloteo y Urrutikoetxea se adelantó cuando no debía y su intento de botepronto resultó infructuoso.

La

Iker Irribarria ha roto cánones. A los 22 años, disputa hoy su tercera final del Manomanista. Nadie lo había conseguido hasta 2019. Quizá haya que esperar mucho tiempo para ver de nuevo algo similar. Es la edad a la que comenzó el reinado ...

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