Menos mal que debutaba Larrazabal...

Estaba cantado. La suspensión de la final del Campeonato de Parejas y la aventura de programar un festival deprisa y corriendo tenía todos los boletos para ser un fracaso en cuanto a asistencia de público. Y eso es precisamente lo que pasó ayer en el Bizkaia de Bilbao, donde solo se dieron cita alrededor de 200 personas. Los rectores de Baiko estarán agradecidos a los seguidores de Iker Larrazabal, que cumplía su sueño de debutar como pelotari profesional. Se lo comunicaron el viernes y apenas había tenido tiempo para hacerse a la idea de lo que suponía el salto.

Fueron precisamente los seguidores del novel delantero de Amurrio quienes dieron calor y color a las desangeladas gradas del recinto de Miribilla. Cerca de centenar y medio se desplazaron desde la localidad alavesa para presenciar en directo el estreno de su vecino y amigo. Sobre todo gente joven, ataviados con camisetas de colores -rojas, azules y blancas- con su nombre a la espalda y también del Amurrio, el club donde había desarrollado su carrera como aficionado. También desplegaron un par de pancartas en las gradas. Con buena parte de ellos se fotografió Larrazabal al término del estelar en plena cancha, como muestra de agradecimiento. Qué menos que corresponderles después de su apoyo incondicional, que comenzó cuando salió a calentar y no concluyó hasta la conclusión del partido.

¿Y si no hubiese jugado Larrazabal, si no hubiese arrastrado tanta gente? Esa es la pregunta que se hacen bastantes pelotazales. A 200 personas réstenles los alrededor de 150 aficionados llegados desde Amurrio y les quedarán poco más del medio centenar en un recinto de 3.000 localidades a pesar de las restricciones de aforo a 600 personas por la normativa sanitaria. Ni Aimar Olaizola, ni Mikel Urrutikoetxea, los dos pesos pesados de la promotora vizcaína, ni Ander Imaz ejercieron de reclamo. Una imagen que invita a una profunda reflexión.

Al menos Larrazabal, con solo 18 años, se salvó de la quema. Gustó mucho a pesar de comenzar nervioso. Fue capaz de subírsele a las barbas a todo un campeón como Aimar Olaizola. Firmó tantos preciosos, derrochó ilusión y, a pesar de perder, no perdió nunca la sonrisa. Acabó acusando el cansancio. El material y el ritmo a que se juega en profesionales es muy diferente. Ander Imaz reaparecía después de tres semanas sin vestirse de blanco y trató de echarle una mano, con acierto dispar.

Aimar Olaizola, que tuvo que tirar de galones para lograr la victoria, señaló que «a Iker le he visto entrenar y me gusta muchísimo. Si tiene un poco de suerte va a ser una figura. Hay que darle tiempo, pero seguro que dará mucho que hablar». Urrutikoetxea también le conoce de sesiones de trabajo en el Bizkaia y en Eibar. «Tiene mucho potencial. Es joven y, lo más importante, le da mucho a la pelota», dijo.

Araba ya tiene otro pelotari profesional después de once largos años de espera. Los últimos en codearse con los primeras fueron Iñigo Nalda y Aitor Pinedo.