Gau beltza con 48 horas de retraso

El buen momento de juego con el que llegaba de la campaña veraniega y su clase habían permitido al campeón manomanista saltar obstáculos de mediana altura. Faltaba un examen verdadero para conocer su capacidad actual. Buscó reforzarla con una semana de descanso, consciente de que le esperaba una semifinal al límite ante un Peio Etxeberria que ya le había ganado en tres de sus seis enfrentamientos anteriores.

Manifestó Altuna III en la elección de material del jueves que «no voy a poner ninguna excusa» en caso de perder la semifinal. Cumplió la palabra y reconoció la superioridad absoluta de Peio Etxeberria. Eso no significa que el amezketarra jugara al cien por cien de su condición, ni al ochenta, ni al setenta. Pasar más horas en la consulta del fisioterapeuta que en el frontón cuando estás embarcado en una competición del máximo nivel difícilmente conduce al éxito. Hasta los magos necesitan el cuerpo y la mente en condiciones mínimas para sacar conejos de la chistera.

Altuna III no fue en el Atano III ante 1.261 pelotazales el pelotari capaz lo mismo de asombrar que de resistir embates de rivales poderosos. En una de las peores actuaciones que se le recuerdan, no tuvo en ningún momento opción de clasificarse para su novena final en el Campeonato del Cuatro y Medio, la cual le habría colocado a la cabeza de los manistas que mayor número de veces han disputado el partido por el título en este torneo. Desde 2023 comparte esa condición con Patxi Eugi, Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo. Presentan ocho cada uno.

Peio Etxeberria empezó con una falta de saque. Fue su único error de cierta gravedad. No cometió ninguno más. Trajo de casa la idea clara de jugar a Jokin Altuna por la pared izquierda, con la zurda como principal arma, y martilleó la defensa del amezketarra, incapaz la mayor parte del tiempo de tomar la iniciativa del peloteo antes de lanzarse a por el remate. Estuvo a merced del delantero de Zenotz, clasificado por tercera edición consecutiva para la final de la jaula oficial. Busca la primera txapela en esta distancia, la suya.

Jokin Altuna asegura que también aprenderá de esta derrota. No hay nadie en el mundo más consciente que él de los errores cometidos. Sobre los de la cancha deja una frase reveladora: «Si empiezo a decir qué he hecho mal durante el partido, tengo hasta las diez de la noche». Todavía no habían sonado las campanas de las ocho menos cuarto.

«Aunque me veía capaz de acertar a la hora del remate, hay que mandar en el peloteo y hacer daño al contrario para fabricar oportunidades. Y no lo he conseguido». Juegue mejor o peor, Altuna III nunca pierde la clarividencia a la hora de analizar el encuentro.

También Peio Etxeberria constató ante los medios de comunicación haberse encontrado con «un Jokin desconocido. En cuanto a lo mío, he hecho bien mi trabajo. Eso es lo más importante».

El guion de la segunda semifinal se pareció bastante al de la víspera en el Ogueta entre Zabala y Ezkurdia. Los minutos de tanteo hasta el 5-6 sirvieron para comprobar los primeros síntomas de debilidad del favorito. Una tacada de siete tantos permitió a Peio Etxeberria abrir brecha en el marcador y comprobar a la vez que mandaba en el peloteo y sometía al rival.

Los pelotazos de derecha de Altuna carecieron de velocidad suficiente para sacar hacia atrás a Etxeberria. Tampoco con la zurda de aire encontró la dirección correcta para desplazar atrás al contrario en la pared izquierda. Lo explica él mismo. «He sacado poco, apenas he dado dirección a la pelota con la derecha y no he metido bien ninguna en la mano izquierda».

Todo lo contrario que Peio Etxeberria. Sus zurdazos llevaron velocidad. Nadie echó de menos pelota más viva. Había suficiente para la jaula. Se apropió del centro de la cancha para mover al contrario de lado a lado. Y fortalecido por la ventaja, adquirió soltura rematadora con el paso de los minutos, reflejada sobre todo en las tres dos paredes de zurda inalcanzables para este Altuna. El 9-22 habla por sí solo.

Javier Zabala será posiblemente harina de otro costal en la final del domingo 16 en Bilbao.