Altuna se reencuentra con Altuna

Jokin Altuna vuelve a meterse en las semifinales del Campeonato del Cuatro y Medio tras derrotar en el Bizkaia de Bilbao a Danel Elezkano. El amezketarra se verá las caras el próximo fin de semana con Oinatz Bengoetxea, clasificado directamente, sin tener que ponerse los tacos, por la renuncia de Urrutikoetxea. Al guipuzcoano se le presenta la oportunidad de tomarse la revancha de la final de 2016, cuando perdió por la mínima en el Ogueta de Gasteiz con el leitzarra.

Altuna regresa a su hábitat natural, el que le corresponde a tenor de los resultados cosechados en las últimas cuatro ediciones de la jaula. Se reencontró consigo mismo después de superar el amargo trago de la derrota en la final del manomanista ante Erik Jaka. Reapareció por parejas en el Astelena, con el lizartzarra de nuevo como rival, pero no dio una buena imagen. Se le vio desangelado, sin chispa. Las heridas seguían frescas aún. Pero con el paso de los días han cicatrizado. Si no hubiera sido así, no hubiera sido capaz de levantar una eliminatoria que se le puso muy complicada al principio.

Ya advertimos que Elezkano II era un rival muy incómodo, de los que no te dejan pensar y te avasallan a nada que tengan su día. Y el zaramoztarra pareció tenerlo al comienzo. Llegó a ponerse 9-1 a su favor. Parecía que no había nadie capaz de frenarle. Cada remate era tanto. Comenzó con un saque al ancho, al que siguieron un gancho, una apertura, otros dos saques, tres dos paredes y una pelota en paralelo a la raya de la contracancha. El único tanto que subió al casillero del amezketarra, dominado completamente hasta ese momento, fue gracias a un gancho del vizcaíno que pegó en la chapa.

Pero Altuna nunca se rinde. Es un ganador nato. Esos genes los lleva en la sangre. Otros hubiesen entregado la cuchara tras la exhibición del de Zaratamo. Él, no. Jamás. Con una tacada de ocho tantos consecutivos fue capaz de poner la primera igualada en el marcador (9-9). Altuna logró el primero de cosecha propia en el 9-4 al hacer correr la pelota por la pared. Hasta entonces, nada de nada. Pero los errores de Elezkano le supieron a gloria. Con cada tanto que subía a su casillero aumentaba su autoestima, mientras que Elezkano veía que la eliminatoria comenzaba a complicarse. Y mucho.

El amezketarra estaba cada vez más metido en el partido, mientras que su rival mostraba lagunas. El guipuzcoano se puso por primera vez por delante al llegarse al primer descanso reglamentario (11-12). Y fue capaz de incrementar esa renta hasta el 12-16, aprovechando una pasa de la distancia. Antes había cometido su primer y único error al mandar la pelota a la contracancha de sotamano.

Intercambio de golpes hasta el 14-17. A partir de ahí, Altuna puso la directa hacia la victoria mientras Elezkano asistía atónito que el partido se le iba de las manos. Nunca mejor dicho. El delantero vizcaíno tenía la oportunidad de clasificarse para semifinales por primera vez, pero su irregularidad y los siete errores que cometió, a los que hay que añadir la ya mencionada pasa de la distancia, le hicieron enfrentarse a la cruda realidad. Un dato. Solo hubo un resto de aire, el 12-13 y llevó la rúbrica de Altuna. Los demás fueron a bote.