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Joseba lezeta
Domingo, 5 de agosto 2018
«Si el público se pone de tu parte de esa manera, mala señal», reconoció Aimar Olaizola tras su derrota. Preocúpate. Ya saben, la gente tiende a posicionarse a favor del más débil en busca de un equilibrio que no ve sobre la cancha. Sucedió ayer en el Ogueta de Vitoria, donde el campeón manomanista no dio opción alguna de revancha al subcampeón.
Jokin Altuna no necesita una pegada descomunal o un ritmo de vértigo para descomponer al contrario. Luce otros argumentos: precisión de jugador de billar, serenidad, comprensión del juego, físico en un cuerpo menudo y gen ganador. Arrolló con guante de seda a Aimar Olaizola, quien a lo largo de sus veinte años de profesional pocas veces ha abandonado el frontón con un marcador tan abultado en la mochila. Recordamos aquel 22-1 en el Manomanista de 2004, también en el Ogueta, frente a un Irujo que le hizo veintidós tantos seguidos. Poquitas más.
En una tarde calurosa de verano, Altuna endosó a Aimar un aparatoso parcial de 18-1 que condujo el partido de un prometedor 4-4 a un inapelable 22-5. Impreciso con el saque al inicio, la figura del amezketarra creció en la misma medida que se desdibujó la del delantero de Goizueta, incapaz de cortar la sangría.
Precisamente a partir del 4-4 se jugaron cuatro tantos de más de diez pelotazos, duros, peleados. Los cuatro cayeron del lado de Altuna III. «Y eso que los he dominado», señaló Olaizola II. «Cuando tenía que jugármela delante, he pegado atrás. Y cuando tocaba echar atrás, he hecho lo contrario. También es verdad que él se ha defendido bien».
El campeón manomanista se escapó 10-4. Un derechazo al colchón de arriba devolvió el saque a manos de Olaizola II, quien con la pelota en el uno tras una devolución apurada del rival y todo el frontón a su disposición, la mandó justo donde estaba el contrario. Aprovechó Altuna para conectar la volea, pasar a dominar y resolver con una cortada de zurda, la primera de una larga serie.
Esa acción puso la puntilla al ánimo de Aimar. Ese 11-5 significó el arranque de una tacada de doce tantos con la que Jokin, superior físicamente, se marchó directo al 22. «Al principio no he acertado mucho con el saque», confesó Altuna III. «Luego lo he hecho mejor». Desde ese momento hasta el final acumuló cuatro tantos directos de saque y tres en jugadas de saque-remate.
Maestro en ataque, puso la pelota a centímetros de la raya de contracancha o la recogió hacia la pared izquierda tanto de volea como a bote. Movió a Olaizola II hasta el punto de descoserle por momentos. Le obligó incluso a buscar la contra con un par de dejadas que se le cayeron bajo chapa. Ese nunca ha sido el juego de Aimar.
Altuna III suma con este cuatro triunfos seguidos contra Olaizola II, tres por parejas y uno mano a mano. El relevo parece incuestionable.
En el primer partido del Desafío, de parejas, Elezkano II y Martija han dado el primer punto al superar 22-16 a Arteaga II y Aretxabaleta. Danel Elezkano ha llevado las riendas del juego apoyado en un Martija que ha ido de menos a más. Arteaga, reñido con la chapa, y Aretxabaleta han aguantado hasta el 14-13 de un duro duelo de 68 minutos.
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